Capítulo 48

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Al ver que el demonio se acerca, el humano reacciona al instinto de alzar su arma para defenderse y eliminarlo. Pero antes de que eso pueda ocurrir, Karak desaparece entre las sombras y reaparece detrás de Ren para detener la acción.

—Aquí se acaba nuestro trato, Ren. Te devuelvo tu alma para que sea usada de otra forma. —Dice con un poco de pesar.

—El señor guardará mi alma, porque sabe que lo hice por un bien mayor. Lo hice por mi familia.

—Y yo lo hago por la mía —Dice Borja antes de derribar al humano con una de sus manos. —Esa niña me enseñó lo que es querer a alguien. La perdí una vez tiempo atrás; y no volveré a perderla. —Comenta levantando el cuerpo inconsciente del humano.

—Adiós, Ren —Dice Karak mientras observa cómo borja se aleja con quien había considerado su amigo.

Los demonios menores permanecen observando el árbol que parece reaccionar a la flecha clavada en el tronco. Poco a poco, las esferas que este posee parecen ir perdiendo su brillo azulado hasta ser simples esferas grises. Vacías.

***

Al llegar al lugar en donde Vesta permanece inmóvil, Borja nota la presencia de Raksha, que intenta usar su magia para curar a toda costa a la joven.

—Vamos Vesta... —Balbucea Raksha —No hagas esto. No le hagas esto al demonio. Siquiera hazlo por él o por ese chico.

—¿Está...? —Raksha voltea a ver al demonio de inmediato para interrumpirlo.

—No, aun respira; pero está muy débil. Será mejor que lo hagas ahora y que sepas controlarte cuando estés en el limbo. —Dice la bruja con suma seriedad.

—No tienes que decírmelo. La traeré de vuelta sin importar el costo.

—Intentaré hacer que su cuerpo resista; pero tendrás que darle una razón para quedarse.

—Comprendo.

Luego de tomar su posición y de dejar al humano junto a Vesta, Borja da nuevamente la entrada al limbo para ir por Vesta, por su amada humana, por su querida hija.

—¿Qué está...? —Dice el humano al ver la nada del lugar —¿Qué es esto?

—Estamos en el limbo, humano.

—¿Esto es lo que hay después de la muerte? ¿Nada?

—En este lugar permanecen las almas recién fallecidas o que están por fallecer.

—¿Me dejarás aquí a cambio de la bruja inmunda? —Aquellas palabras molestan al demonio.

—No te dejaré aquí a cambio de ella, humano inmundo. Te eliminaré en su lugar y la sacaré de aquí. Así que si crees en algo después de la muerte, será mejor que te aferres a ello, porque no habrá vuelta atrás para ti.

—No me arrepiento de nada de lo que hice.

—Yo tampoco. —Dicho eso, el demonio da un rápido zarpazo para eliminar el alma del humano —Pero lo haré si esa niña muere sin que pueda evitarlo.

En el enorme lugar, Borja busca con la mirada a Vesta, a quien luego unos minutos logra ver junto a dos personas que la abrazan. Ambas almas le parecen conocidas, el humano alto que parece abrazar a ambas mujeres lo mira con una sonrisa amistosa. Mientras, la humana que envuelve a la joven permanece sonriendo con los ojos cerrados, disfrutando del momento, sin notar que el demonio no muy lejos de ellos la mira con cierta melancolía.

Borja comienza a caminar algo dubitativo hacia aquellas tres personas. En el rostro de Vesta puede ver la felicidad que le provoca abrazar a su madre y a su padre juntos por primera vez.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora