Capítulo 34

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En el interior de la celda, Mirilia y el pequeño Stolas se mueven rápidamente al ver que el hombre abre la puerta para dejar caer a alguien dentro de esta.

—Ponte cómodo, amigo —Dice Ren —Esperaré a tu querida amiga a que venga por ti.

Dicho eso, el hombre se marcha entre risas mientras el demonio se queda atrás un momento mirando a Fey. Le interesa su siguiente paso.

—Mirilia... —Dice el chico en cuanto ve a la loba —¿Estás bien?

Mirilia se acerca a Fey en cuanto este estira su mano para hacia ella. Pero el agarre nervioso del pequeño hace que se detenga y mantenga su distancia.

—Vesta y Borja nos ayudará —Mirilia se sorprende —Sé lo que son. Descuida.

—Entonces... —Balbucea.

—Estoy de su parte, no te preocupes.

Fey desvía la mirada al pequeño y vuelve a mirar a Mirilia. Intenta acercarse a él; pero una sorpresiva llama roja lo obliga a marcar distancia.

—Tranquilo, no te haré daño —Dice Fey, intentando que el pequeño no se asuste más de lo que ya está —Me llamo Fey, quiero ayudarte.

—Quiero a mi mami... —Dice con un hilo de voz.

—Te ayudaré a encontrarla —El pequeño rompe en llanto al oírlo y niega con la cabeza —¿Qué pasa? —Mira a Mirilia.

—La madre de este niño murió al intentar evitar que el humano y el demonio se lo llevaran —Dice desviando la mirada hacia Karak —¿Qué es lo que quieren de él?

—De él, nada. Queremos a la chica y al demonio. —Se acerca a la reja —Queremos encontrar el bosque y eliminar el problema de raíz.

—Un demonio que elimina demonios —Dice Mirilia con seriedad.

—Todos tenemos un propósito ¿no? El mío es vengar la muerte de la familia de Ren ¿cuál es el tuyo? —Mirilia guarda silencio y Karak sonríe ante ello —Eso pensé. Los demonios blancos son tan inútiles como una bruja sin magia. Ninguno de los dos tiene propósito de ser.

—Te equivocas —Fey se levanta —Todos tienen un propósito de ser.

El demonio mira fijamente al joven. En sus ojos hay una determinación increíble; pero a pesar de todo ello, está asustado.

—Me pregunto qué pasaría si...

—¡Déjalo! —La voz de Mirilia hace temblar el lugar mientras el pequeño se tapa los oídos. —Deja en paz al humano, Karak.

—¿Quieres defenderlo? —Sonríe el demonio —Nunca he visto a un demonio blanco "pelear". Será algo digno de ver. Pero lástima que no tenga tiempo, tengo que ayudar a Ren a montar la trampa para las brujas y ese demonio. El juego está próximo a terminar; y ese lugar será al fin destruido.

***

En la casa del hombre, Vesta permanece caminando de un lado a otro frente a su tía, quien ya no sabe qué hacer para calmarla.

—No lo entiendo —Dice Vesta —El plan debía funcionar. Debíamos encontrar a Mirilia y a Stolas, no perder a Fey, no dejar que ese hombre y ese demonio escaparan con él.

—Tienes que calmarte —Dice Raksha —Recuerda que...

—¿Cómo quieres que me calme? Fey fue secuestrado por un demonio y un humano y se lo llevaron a quién sabe dónde. —La interrumpe intentando no caer en la desesperación. —Tenemos que ayudarlo. Tenemos que...

—Vesta —Raksha se pone de pie frente a ella y la mira con seriedad —¿Te enamoraste de ese muchacho?

—¿Qué? Este no es...

—Responde. ¿Sientes algo por él? —Se ve preocupada.

Frente a Raksha, Vesta guarda silencio. No es necesario que diga nada, los sentimientos que tiene hacia Fey son más que evidentes.

—De tal palo tal astilla —Dice Raksha.

—¿Y qué me dices de ti? —Ahora es Vesta quien mira y habla con seriedad —Conocías al padre de Fey. ¿Tú sientes algo por él?

Ahora es Raksha quien guarda silencio frente a la pregunta de su sobrina.

—Siempre reprochabas la decisión de mamá por enamorarse de mi padre. Me reprochabas en silencio por estar con Fey. Y tú también lo haces ¿qué...?

—Lo conocí hace un par de décadas, Vesta. —La joven guarda silencio —Tenía solo 15 años y el 18. Yo estaba viajando para regresar a casa en donde me encontraría con Remena y Ryuka. Pero él apareció. Se estaba ahogando en el río y... No pude dejarlo morir.

—Él te...

—Me descubrió apenas lo salvé. Usé magia.

—¿Cómo...?

—Así como tú, soy muy curiosa en mi juventud. Cuando saqué a Fehu del agua, quise ver que estuviera bien antes de seguir; pero mi preocupación se transformó en otra cosa cuando comenzamos a hacernos más amigos.

—¿Nunca se lo dijiste?

—No quise ir más allá con eso, Vesta. Cuando una bruja muere, esta renace gracias su magia. Pero los humanos no pueden hacer lo mismo, sobrina. Al morir, su historia se acaba ahí.

—Tía...

—Si me hubiera quedado con Fehu como hubiera querido, me habría condenado a tener que seguir otra vida sin él. Rynna lo sabía y aun así lo hizo. Pero ella...

—Murió tiempo después que padre.

—Si decides amar a ese chico, tendrás que saber que en algún momento morirá y tú seguirás aquí, en otra vida, recordando que alguna vez lo amaste y sabiendo que ya no lo volverás a ver.

En los ojos de Raksha, Vesta logra ver dolor y tristeza que parece haber estado años encerrado. Cada palabra parece doler.

—¿Te digo una cosa? —La voz de Fehu hace saltar a Raksha —De haber estado en tu lugar, habría hecho lo mismo.

—Fehu...

—No me importaría pasar el resto de mi vida a tu lado, Raksha. Créeme que eso me haría muy feliz. Pero ahora debo ver por mi hijo. Si él resulta... —No es capaz de terminar la frase —Nunca me lo perdonaré. Ya perdí un hijo por un demonio, no pienso perder a otro.

—¿Qué hay que hacer para recuperar a Fey? —Pregunta Vesta, dispuesta a lo que sea para recuperar al joven.

Fehu observa la expresión decidida de Vesta, algo parecida a Raksha. Su preocupación por Fey es enorme; pero el ver a la joven hace que tenga un poco de esperanza de volver a verlo.

—Saldremos en la mañana —Dice el hombre —No tiene caso hacer algo si no estamos bien descansados. Descansen, mañana les contaré el plan para acercarnos a ellos. Por ahora duerman.

 Por ahora duerman

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El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora