Capítulo 42

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Al despertar, Vesta se ve enredada en los brazos del demonio que parece comenzar a despertar igual que ella.

—¿Borja? —Pregunta un tanto temerosa.

—Descuida, dudo mucho que Borkoff deje que alguien más tome su lugar. Dejaré que él se encargue de eso.

—¿Borkoff? Pero él...

—Remena lo liberó creyendo que les sería de utilidad. —Dice Ryuka —Y tal parece que tenía razón.

—¡Fehu! —La voz del hombre llama la atención de todos.

—¡Vesta, tienes que ayudar a Raksha a que Stolas controle su magia!

—¡No sé cómo!

—Raksha solía hacer que Rynna se calmara; pero tal parece que quiere que yo lo haga.

Vesta nota el lío en el que se encuentra su tía. Un nuevo grito del padre de Fey la hace correr en dirección al humo.

Al entrar al sitio, Vesta ve a dos hombres ayudando al padre de Fehu a cargar algo. Apenas lo ve, el corazón de la joven parece detenerse, y sus ojos se llenan de lágrimas de inmediato mientras se aparta para hacer que los hombres pasen hacia la salida.

—Fey... —Balbucea la joven.

—¡Vesta! —La voz de Raksha la saca de su trance viendo a los hombres salir. —¡Vesta ayúdame!

Vesta corre torpemente hasta donde Raksha se encuentra con el pequeño, quien aun no sale de la jaula por miedo a lastimar a alguien con su magia.

—Stolas —Dice Vesta con un hilo de voz —Ven, pequeño —Estira sus brazos hacia él mientras sonríe suavemente, como si el haber visto a Fey aparentemente inconsciente nunca hubiera pasado —Ven, no tengas miedo.

—Fuego... —Solloza el pequeño sin dejar de mirar a la joven que no duda en acercarse mientras la bruja mayor retrocede para abrirle paso —Fey está...

Él llanto del padre de Fey se escucha hasta el interior del lugar, provocando que los ojos de Vesta se llenen de lágrimas al creer saber lo que ocurre.

—Stolas... —Dice con voz temblorosa —Nada de esto es tu culpa, pequeño. Es normal tener miedo ante lo que no podemos controlar —acerca su mano al pequeño —Ven, vamos a casa. Estarás bien a donde iremos.

—¿Casa? —Vesta asiente mientras lucha por contener el llanto.

—¿En dónde está Mirilia? —Pregunta Vesta al notar su ausencia.

—En cuanto los hombres y Fehu abrieron la celda... Solo dijo que no podía proteger a nadie como se lo había prometido a Rynna y salió corriendo. No sé a dónde pudo haber ido.

—Entiendo...

Vesta voltea sorprendida al sentir que el pequeño sostiene su mano con un poco de temor. Entonces lo ayuda a bajarse para acomodarlo entre sus brazos y poder salir del lugar.

—Vesta... —Remena mira a Vesta con una expresió lastimosa —Fey no respira.

Las palabras de la bruja terminan por hacer que el corazón de Vesta se rompa en mil pedazos. Saber que el humano que había sabido ganarse su corazón ahora está muerto es demasiado, tanto, que no sabe como reaccionar; y el ver al afligido padre llorar por su hijo solo empeora más su estado.

—Resurrectionem... —Vesta y Raksha miran al niño en cuanto susurra esa palabra.

—¿Qué...? —Vesta mira a su tía. —¿Eso es posible?

—Es imposible en humanos, Vesta. En brujos se logra por medio de su magia. Por eso morimos y renacemos con ella. Es un proceso diferente porque renacemos. Pero no pasa lo mismo con los humanos ordinarios. Lo siento.

—Vita per vitam...

Aquellas palabras llegan a oídos de Fehu, quien en medio de lágrimas se pone de pie para dirigirse a Raksha y sujetarla de ambos brazos.

—He oido de eso. Por favor Raksha, trae a Fehu de vuelta. Te lo ruego, devuelveme a mi hijo.

—No lo entiendes... Para eso...

—Lo entiendo perfectamente, Raksha. Estoy dispuesto a ello con tal de que mi hijo despierte. ¡Él no merece esto!

—Fehu...

—"Vita per vitam" "Vida por vida" ¿no? ¿necesitas una? Toma la mía a cambio de la suya.

Los ojos de Raksha se inundan al ver la determinación de Fehu. Sabe que el hombre está dispuesto a todo con tal de que quien ama esté a salvo; pero nunca pensó que sería ella quien tuviera que ayudarlo en ello.

—Aun así nos falta otro mortal, Fehu. Y...

—Yo lo haré —Vesta da un paso hacia adelante con Stolas en sus brazos.

—No puedes —Dice la bruja —No voy a dejar que lo hagas, Vesta.

—No puedes detenerme, tía. Amo a Fey; y lo traeré de vuelta sin importar el costo.

Frente a todo, Borja no es más que un simple espectador de la decisión de la joven. Confía demasiado en ella como para impedir lo que está a punto de pasar. Sabe que es peligroso; pero también sabe que estará bien.


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El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora