Capítulo 28

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En casa de Fey, él y la joven bruja esperan impacientes a que el hombre hable sobre aquella "verdad" que tiene para su hijo.

—¿Y bien? —Insiste Fey.

—Ese día, cuando salí con Algiz, todo iba realmente bien. Habíamos ido de pesca para traer algo a casa; pero...

—Ve directo al grano y dime qué pasó ese día. —Interrumpe el joven.

—Un demonio —Fey se sorprende al oírlo.

—Pero...

—Cuando ya estabamos por regresar debido a la lluvia que se avecinaba, Algiz y yo salíamos del lago para volver. Pero algo lo arrastró. Un demonio apareció y arrastró a tu hermano hasta el fondo del lago.

—Pero tú...

—Intenté salvarlo, Fehu. Te juro que lo intenté. Pero no pude.

—Algiz.

—Algiz jamás subió a la superficie. Por eso regresé sin él.

—¿Por qué no dijiste nada?

—Era mi trabajo. No podía dejar que ustedes supieran cuál era mi labor

—¿Por qué no te atacó a ti? —El hombre nota la impotencia de Fey.

—Por esto —Dice enseñándole una cruz plateada con otro metal en el medio. —Esto nos protege de esas cosas. Esto...

—Dijiste que te lo habían dado en tu trabajo ¿Qué hacías? ¿Qué haces?

—Soy un cazador, Fehu.

—Deja de llamarme así. ¿Cazador de qué?

—Nos llaman cazadores de brujas, de seres oscuros.

Al oírlo, Lanch y Lonch fijan una mirada sería en el joven mientras colocan sus manos sobre los hombros de Vesta.

—Así que estamos frente a alguien que podría matarnos? —Comenta Lonch.

—Según los libros, hace un par de siglos atrás, se descubrió la forma de eliminar a las criaturas demoníacas que atacaban a las personas. Se intentó cortar el problema de raíz eliminando la fuente de todo eso. Pero fracasaron.

—¿Fracasaron?

—Hay un lugar que alberga una gran cantidad de estas criaturas.

—El bosque de los demonios —Ambos hombres miran a Vesta —Están buscando ese lugar ¿verdad?

—Tú sabes dónde está.

Ambos demonios miran a la chica, atentos a su respuesta. Pero también, atentos a ese ligero cambio de humor en ella. Parece seria, en su mirada hay  frialdad como la de quien protege lo que es suyo.

—Sé perfectamente en dónde está —La chica envuelve a Borja con sus brazos como si temiera que se lo arrebataran.

—Sé que no todas las de tu tipo son malas. Que algunas apoyan a los humanos y quieren protegerlos.

—Pues a diferencia de las "de mi tipo", yo crecí en ese lugar —Algo en ella llama la atención de los demonios —¿Quieres saber por qué fracasó ese intento de destruir el lugar? Yo estuve ahí. No sé porque no pueden encontrar tan inmenso lugar; pero no me importa porque sé que está a salvo de ustedes...

—Vesta —El trance de la chica se rompe al oír la voz de Fey.

—Yo...

—Tranquila —El joven le regala una suave sonrisa antes de volverse serio al mirar a su padre. —Entonces, continúa.

El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta Where stories live. Discover now