El Bosque De Los demonios (3): La Búsqueda De Vesta

Capítulo 41

En el oscuro y desolado lugar, encerrada por las llamas azules de la magia que la apresa contra su voluntad, Vesta comienza a caer poco a poco en la desesperación.

—¡Déjame salir! —Grita Vesta entre lágrimas —¡Tengo que ayudar a Fey o...! Se va a morir...

—No eres más que un ave enjaulado, querida Vesta ¿Por qué mejor no dejas de llorar y cantas algo? Después de todo, puedo hacer de este lugar un poco más acogedor para ti.

Dicho eso, la nada que rodea a Vesta se convierte rápidamente en un lugar repleto de árboles, arbustos y nieve.

—Pensé que este lugar te haría sentir cómoda. Ahora si me disculpas, es mi turno de...

Grandes pisadas hacen temblar el suelo, llamando la atención de Vesta y la de aquella voz, que enmudece ante la inusual interrupción.

Aprovechándose de la confusión, Vesta decide correr entre los arboles para alejarse de quien ni siquiera puede ver.

—No te sirve de nada correr, niña. Estamos en tu interior; y yo controlo todo ahora.

—¡Encontraré la forma de vencerte!

—¡Vesta! —La mencionada se detiene al oír esa voz tan familiar, tan real, que teme que solo sea producto de toda esa ilusión. —Vesta...

—No eres real... —Dice cubriendo sus oídos —¡Déjame salir de aquí! ¡Tengo que ayudar a Fey!

—Y yo vine por ti —La voz de Borja hace que Vesta se sienta aun más confundida. —Vesta. Estoy aquí por ti —Dice estirando sus garras hacia la joven que no deja de mirarlo con recelo.

—¿Cómo sabré que...?

—Cuando tenías doce años te caíste de un árbol fuera del bosque y un par de humanos te encontraron —Vesta se sorprende por la certeza del hecho —Estabas asustada por no saber qué hacer, y yo estaba furioso por no poder salir de ese lugar para hacerte volver...

—Tú estás...

—Este lugar es tu interior, niña. Un lugar que solo tú deberías poder controlar.

La expresión lastimosa del demonio hace que Vesta se dé cuenta de que es el Borja verdadero. Entonces no duda en correr hacia él para aferrarse al pelaje en un fuerte abrazo mientras el demonio la sujeta cuidando de no lastimarla con sus garras.

—Estoy muy asustada, Borja. No sé qué hacer, cómo ayudar a Fey o...

—Yo vine aquí por ti, Vesta. Y cuando consigas retomar el control de ti misma, te apoyaré para salvar a ese chico.

Borja acaricia la mejilla de Vesta con suavidad para luego juntar su frente con la de ella. Pero las llamas azules los obliga a separarse de un salto para luego rodear a la joven.

—Una joven de espíritu fuerte, el demonio más terrible de la historia y una poderosa magia dentro un mismo y frágil cuerpo. Espero pueda resistirlo, de otro modo acabarás muriendo de la forma más horrible posible. —Vesta intenta buscar a la voz —Desgarrada viva.

—Borja y yo ya habíamos hecho esto antes —Dice Vesta con seguridad. La presencia de Borja la vuelve fuerte —Eres tú quien se irá.

—¡Ja! —Ríe la voz. —¿Piensas deshacerte de mí? ¿Acaso quieres ser una humana inmunda y ordinaria?

—Si así consigo evitar que hagas daño a otros, sí.

—Una bruja sin magia ¿cuál sería tu propósito entonces?

—Quizás me tome tiempo encontrarlo; pero esta es mi decisión.

—Chiquilla estúpida... —Vesta camina hacia las llamas con paso seguro —No te atreverías.

—Soy tu portadora después de Stolas. Yo te rechazo y destierro de mi cuerpo para ser contenido en otro...

—¿Contenerme? ¿Y en qué planeas contenerme, mocosa? —Vesta guarda silencio.

—En mí —La joven voltea sorprendida al oír a Borja.

—¿Qué? —Dice la joven. —Bor...

—Suena bastante tentador. Supongo que no perderé la oportunidad de poseer a un demonio, así que...

—Despierta, niña. Déjame el resto a mí —Dice antes de que las llamas se concentren para envolver al demonio hasta desaparecer en su interior.

—¡Borja!

—Ve por el chico, Vesta. Nos vemos afuera.

—¡Borja...!

—Despierta.

—¡Vesta! —La voz de Ryuka hace Vesta sepa que ha despertado. Pero a pesar de las palabras de Borja, la duda permanece en su cabeza.

¿Qué es lo que puede hacer ahora que no tiene magia? ¿Aquello habrá sido la mejor decisión?