Capitulo 14

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Nunca lo había hecho antes, jamás en su vida pensó que alguien le pediría aquello. Estaba nerviosa, con lencería muy provocativa y unos tacones muy altos. El lugar era solo para ellos dos. Tenía dos minutos para salir y hacerlo. Ella veía como él estaba allí sentado esperando, con traje como siempre. El pequeño escenario privado de la pequeña sala del local estaba listo. Cuando su madre le dijo que tenía que hacer esto para el, ella había sentido un presentimiento de que no le saldría. Ni siquiera había practicado. Y no era buena para eso. La música tampoco tenía idea de cual seria. El sombrero de jazz que llevaba para bailar, le ajustaba un poco. ¿Qué pasa si se le cae? Los nervios eran muy fuertes. La canción comenzó a sonar. Tenía que salir y bailarle. Con una paso delicado, sensual y al tono de la música, _________ salió entre la oscuridad y se dirigió al palo que se encontraba al frente.

La canción era suave pero sexy y algo movida. Ella movía sus caderas de un lado a otro, desplazando sus manos por su cuerpo, entre los pechos y la cintura. El sombrero evitaba que el viera sus ojos, aun que ella podía verlo a él. Llego hasta el palo donde dio una vuelta con la mano extendida. Se detuvo delante de él, bajando y volviendo a subir. Se enrollo en el tubo y comenzó a bajar moviéndose sensualmente. Tiro su cabeza hacia atrás mientras su mano recorría sus propios pechos. Se levanto tan lento que era algo irritante. Bailo, bailo lo mejor que pudo, dejo la música la llenara y hiciera que se mueva como una diosa. La canción entro en su sangre y se movió como nunca pensó moverse. Por otro lado Justin estaba más que maravillado. Nunca había pensado que esa fue la mejor idea que se le había ocurrido. Disfrutaba plenamente, como ese lindo y delicado cuerpo se movía dándole placer, excitándolo como ella solamente sabia. Con las ganas de sentirse más sexy, se puso en cuatro y gateo hasta el. La música iba cesando, bajando de volumen. Llego hasta sus piernas donde fue subiendo. Lentamente, llevando sus manos por su pantalón, subiendo.

Se quedo cara a cara con el, mientras su mano se resbalaban por su pecho. Justin mordió su labio inferior, sintiendo como la excitación llenaba su sangre. Con delicadeza tomo las piernas de ella y las acomodo a su cadera. El se encontraba sentado en aquel sillón mientras ________ estaba sentada en sus faldas. Las manos de el estaban en la firme espalda de _________, se deslizaban de arriba abajo, por su cintura. Ella solo acaricio su rostro, viéndole el bigote algo crecido. Se acerco a besarlo pero el solo la desprecio. Bajo sus manos hasta sus mulos donde comenzó a acariciarlos. __________ no entendía porque no quiso besarla, por lo que intento de nuevo. El desprecio fue el mismo, el volvo la cara pero siguió acariciándola.

- ¿Qué ocurre? - pregunto ________ con el ceño fruncido, con las manos fuera del contacto con él, sueltas a su lado-
- No quisiste - murmuro el serio, con las manos ahora inmóviles en los mulos desnudos de ella- pensé que tu trabajo era complacer - sus ojos penetraban en los de ella como cuchillos-
- Esas no son mis horas de trabajo, tengo otra vida aparte de la que llevo en las noches
- Hubieras ganado mucho y solo te hubiera tomado 1 hora
- no quiero hacerlo fuera de mis horas de trabajo - murmuró ella intimidada por sus ojos-
- ¿ni siquiera conmigo? - deslizo su dedo por la mejilla de _______ convenciéndola, el sabia como hacer que las mujeres hagan lo que el quiere- si no me equivoco nos la pasamos muy bien
- La verdad es que no tengo tiempo - se defendió pensando en su trabajo, no podía darse el lujo de pedir permiso para salir por 1 hora o dos-
- Siempre hay tiempo para esto - la sujeto con más fuerza apegándola a el- eres mía, por lo que haces lo que te digo, cuando yo lo digo - en ese momento se acerco mas y besos delicadamente sus labios- ¿de acuerdo?
- Pero...
- Solo haz lo que te digo cariño - la apretó aun mas contra el, haciendo que ambas partes se rocen profundamente- y ahora quiero escucharte gemir - y con un movimiento veloz arranco sus bragas y desabotono su pantalón, bajándoselo un poco y penetrando en ella con fuerza-

Soltó un gran gemido, complacida. Justin había tenido tantas ganas de hacer eso durante todo el día. El dolor de cabeza le duro todo el salto día y no se le quito por nada del mundo. Incluso en pleno baile. Solo se le quito cuando su erección comenzó a asomarse. Eso era lo que necesitaba, y ahora podía sentirse complacido. Con un poco de esfuerzo la volvió a levantar y la sentó nuevamente, repitiendo el movimiento varias veces. Sin parar y sin contenerse el igual gemía. Esa era la mejor parte de todo su agobiante día. Su parte favorita, por la cual esperaba todas esas largas horas.

Había comenzado a llover torrencialmente. Chicago no era de esas ciudades que llueve en verano pero esa noche no había nada que pueda impedir que la tormenta cayera con fuerza. La radio sonaba por lo bajo mientras el motor seguía encendido. Habían pasado solo unos minutos cuando se estaciono en aquella calle casi desierta. Sus dedos comenzaron a tambalearse por el volante al ritmo de la suave canción. Su mirada nuevamente fue a aparar a la calle de al frente donde el cajero automático del banco seguía ocupado. Las luces de los edificios iluminaban la ciudad apagada por la torrencial lluvia. Después de unos minutos, volvió a voltear la cabeza, viendo como lo que ansiaba que estuviera vacio, ahora lo estaba. De su bolso que se encontraba en el asiento del copiloto, saco el papel donde había anotado el número de cuenta. Salió del auto haciendo que sus tacones de aguja resbalaran en la lluvia. Cerró la puerta detrás suyo, poniendo sus manos en su chaqueta llevando la capucha para adelante, cubriendo su cabello y su rostro. Desplazo las manos por los bolsillos, dio uno pasos, viendo a un lado y al otro, comprobando que no venga ningún auto. Avanzo sintiendo las gotas de lluvia empapar sus pies. Se acerco al cajero que alumbraba. Saco el papel del bolsillo leyendo los dígitos y números. El banco del cual trataba de sacar dinero, no era uno corriente. Era de los más modernos que salieron. Sin necesidad de una tarjeta de crédito, solo un sinfín de números con dígitos. Había investigado sobre ellos, sabia como se utilizaba. Con la lluvia romper contra ella, coloco el código en el cajero. Después de que aceptara el código, pidió la huella de identidad. Maldijo por lo bajo, se le había pasado aquel problema. ¿y ahora como conseguiría lo que quiere?

Guardo el papel en su bolsillo y reinicio el programa de la maquina. Con tan solo un botón de reinicio. Con los puños apretados, asiendo que sus uñas se incrustaran en la piel, ella camino hasta el auto. Sus tacones estaban empapados cuando se sentó en el asiento y encendió nuevamente el motor. Encendió la calefacción sintiendo la pequeña oleada de calor reponer el frio que se aferro a ella. Se saco la capucha, sacudiendo su sedoso cabello. Tomo su teléfono rápidamente, furiosa por lo ocurrido. Busco en su agenda el número de alguien que sabía que la ayudaría. La espera fue algo agobiante para ella. Pero al final contestaron.

- Por fin tengo una llamada tuya, mi querida - prepuso la vos ronca pero muy femenina -
- Solo quiero que me ayudes con un gran problema - susurro ella sintiendo aun el frio en sus pies, subió la calefacción al máximo-
- Era de saber que tu llamada era solo para eso - protesto la señora del otro lado de la línea, su adicción al cigarro hizo que su vos se volviera ronca y suave-
- No me vengas con favores que no pago, Talía
- Cariño, aun me debes el favor que te hice hace 3 meses - se escucho un sorbo de alguna bebida del otro lado-
- Lo sé y ya te dije que te lo pagare - en ese momento ella no tenía nada de paciencia, mucho menos ganas de negociar con Talía, gran millonaria, conocida por todos los magnates de 40 para arriba-
- Sé que me lo pagaras, no sería bueno para ti no hacerlo - pauso - pero ahora, que me darás por el favor que quieres de mi
- Aun no lo sé - froto su frente frustrada por el dolor de cabeza que comenzaba a asomarse- pero solo quiero que me inve.... - Talía la interrumpió con una aguda risa muy baja con la que se atraganto por la tos que surgió desde su garganta dañada por el cigarro -
- Cecilia, cariño - susurro después de calmar la tos - cuando tengas algo para mí llámame, pero no me solicites en vano- y colgó dejando a Ceci con la respiración entre cortada-

Sintió un escalofrió subir desde sus pies y se quito los zapatos. Con mucho disgusto sin haber tenido éxito en su plan, arranco velozmente, explotando un ruido sordo de los neumáticos quemar contra el asfalto. Y desapareció teniendo en mente como haría que su famosa amiga la ayude con este problema.

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