Capitulo 49

10.5K 457 20
                                    

últimos capítulos  

-Todas las unidades policiales - repitió por segunda vez - dirigirse a la estación central del metro, calle 31 entrada Z. Mantenerse en un 34 56. Repito - prosiguió la voz desde los parlantes - es un 34 56.

Todas las unidades de policía salieron de la estación con las luces apagadas sin ninguna muestra de que ellos se dirigían a la dirección dada. En total fueron nada más y nada menos que 15 patrullas. Con permiso de usar armas de fuego. El detective contratado para la operación iba en una de aquellas patrullas. Con su rastreador encendido. Viendo como el señor Bieber se movía bastante lejos de todo aquel desfile de autos de policía. Acercándose al lugar de entrega. Donde se realizaría el intercambio. Ellos habían salido de la estación de policías con la prisionera mucho antes de que se formaran las fuerzas especiales de secuestros en Chicago.

La estación central de la calle 31, era de las estaciones más alejadas de toda la ciudad. Casi desierta. En los únicos momentos en los que alguna la utilizaba era para volver a sus casas los empleados que tenían el peor cargo, lo suficiente malo como para no tener dinero para pagar una vivienda más cerca de la ciudad. Y por lo general aquel horario se cumplía a más de las 11 de la noche.
El auto en donde recorrían era el lugar, era el suyo. Cecilia se encontraba a su lado. Aun con las esposas puestas. Todo el plan estaba marchando bien. Al parecer ni ella se había dado cuenta de que la policía si estaba detrás de todo aquel embrollo.
Sin importar lo bien controlada que estaba la situación el corazón de Justin no dejaba de golpear fuerte contra su pecho. Tenía aquella sensación que no dejaba tranquilo sus nervios. Estaba sudando. La ansiedad lo estaba controlando y empujando hacia un vacío de miedo y pocas esperanzas. Temía por ella y por su hijo.
Sus manos apretaron fuertemente el volante cuando se dio cuenta de que ya estaban llegando. Dos cuadras y entrarían en sector peligroso. Miro de reojo a la persona que lo acompañaba. Apretó la mandíbula por lo que noto plasmado en su rostro. Pura felicidad. Una sonrisa victoriosa. Sabía ella misma que saldría todo aquello. Que no tendría consecuencia y que su vida terminaría siendo la misma de antes.
Respiro profundo. Ya era hora. Estaban junto en frente de la entrada del metro. Completamente vacía. Con las luces del metro, saliendo de la entrada subterránea.

Estaciono el auto allí mismo. Sin necesidad de hacerse a un lado o parquear en algún lugar. De todos modos ningún auto pasaría. Eso era seguro. Salió del auto con un poco de apuro y los nervios rompiendo cada neurona de paciencia. Camino rápidamente hasta la otra parte del auto. Saco a Cecilia, apretando su brazo fuertemente. Cerró la puerta y miraron hacia la estación.

Comenzaron a caminar hacia allá. Lentamente. Bajaron los escalones que daban directo al metro. Las luces iluminaban todo el lugar. No se escuchaba nada más que las pisadas de él tanto como la de ella. Al llegar justo al final de las escaleras. Solo se veía el lugar desierto. Con los asientos para esperar el metro, vacíos. Las rieles del tren algo sucias. Justin busco algo. Una pista. Una nota. Algo que le diga que hacer. No encontró nada.

-¿donde están? - Pregunto finalmente hacia Cecilia-

-No lo sé - respondió indiferente, mirando hacia todos los lados -

-Aquí es donde me dijeron que estarían

- así es - una voz del otro lado de la estación respondió -

La respuesta salió de algún lado del otro extremo de la estación. Nadie estaba allí. No se sabía de donde había provenido aquella voz femenina. Los 5 sentidos de Justin se pusieron alerta. Apretó un poco más fuerte el brazo de Cecilia, mientras ella se ponía un poco impaciente por irse corriendo. Pocos segundos después una señora. De lentes negros y cubierta por un gran abrigo impermeable que contenía una capucha que cubría su pelo, se asomó por las escaleras que daban a la salida Y.

LustWhere stories live. Discover now