Capitulo 20

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Había comenzado a llover torrencialmente en chicago. La época de lluvia ya estaba dando su llegada con potencia. Las calles estaban vacías, desiertas. En el centro había una congestión de autos horrible. Era imposible pasar por allí sin tardarse una hora o mas esperando. Pero aun así las luces de la ciudad alumbraban dándole vida entre la lluvia.

__________veía como las gotas de lluvia bajan por su ventana. El cielo se estaba cayendo y aun seguía a muchas calles de su casa. Miro a su lado. Paul conducía tranquilamente sin coraje por la trancadera o desesperación por salir de aquella calle infernal. Estaba tranquilo y movía su cabeza al ritmo de la canción de fondo. Un clásico.

No dejo de mirarlo hasta que el viro y sonrió al ver que ella lo contemplaba. Se veía tan apuesto con los dientes blancos, los ojos azules y su cabellera algo despeinada hacia un lado. Y ella solo pensaba en su jefe empresario. Justin. No había llamado más. Y ella por una parte estaba relajada al respecto.

-no pensé que habría tanta trancadera - murmuro ella, penosa - si hubiera sabido no hubiera aceptado su invitación a llevarme a mi casa

- no te preocupes, no hay problema - el aun siguió mirándola con dulzura - de todos modos yo quería llevarte

-y de nuevo gracias - amplio su rostro sonriendo agradecida - no creo que hubiera podido conseguir un taxi vacio

-es peligroso que andes en taxi a estas horas - comento el avanzando un poco, deteniéndose unos pocos metros mas alla-

-las 8 no son horas tan tardes - bromeo ella -

- tienes razón - sus mandíbula se tenso y se relajo al instante - pero es peligroso a todas horas

Callaron unos segundos, sin decir o sin saber de que hablar.

-de todos modos - hablo despreocupada alargando sus palabras - ¿no tenias planes para esta noche? Porque la verdad es que no estoy segura de que saldremos de estas calles en mucho tiempo

-sí, tenía que llamar a mi hermana para hablar sobre un asunto familiar no tan importante - se encogió de hombros - la llamare mañana

-me da pena arruinarle sus planes - se mordió el labio con cautela mirando a otro lado que no sea hacia el -

- mi plan - dijo llamando su atención - era que aceptes en dejar que te lleve

Se dio la vuelta hacia él, viendo como le sonreía y le guiñaba el ojo antes de avanzar un poco mas en esa congestión de autos.

Amabas caminaban con discreción hasta la entrada del banco. El oficial de seguridad se encontraba allí. Resguardado bajo el techo del edificio. Robusto y serio se mantenía en la puerta. La lluvia seguía cayendo con fuerza. Igual que en la tarde cuando empezó la tormenta. Se podía escuchar sus pisadas en toda la calle vacía.

Abrigadas con un saco negro grueso y largo. Llevaba cada una un paraguas negro. Sus botas de marca se estropearían si seguían paradas en aquellas calles. Se quedaron quietas al ver como en la puerta el oficial verificaba el rostro de todos los que le hallaban allí presentes.

Talia había cumplido su parte del trato en averiguar cómo sacar el dinero. Ya sabían cómo y ella ya sabía la manera de sacarlo. Iban a ir el domingo en la noche donde los guardas descansados, no prestan tanta atención a los clientes pero la lluvia les había sentado de maravilla.

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