Capitulo 23

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Las calles estaban desiertas. El lugar estaba lleno de casas de fachada malograda. Eran pequeñas. Cada vez que avanzaba, las casas se volvían más chicas. Estaba anocheciendo. Las 6 de la tarde y aquel barrio ya parecían peligrosos. Sus manos comenzaron a sudar tomando el volante. Se relamió el labio tratando de dar con el número de la casa. Pero era incapaz de encontrarlo.

Trato de ir la anterior noche pero por más que se decidía por ir, terminaba retrocediendo. Tenía miedo. Por último se dio cuenta de que no estaba listo. Que necesitaba un poco más de tiempo.

Se detuvo a un lado de la acera. Apago el motor, mirando a todas partes. Las ansias y los nervios lo estaban matando. Tomo la tarjeta entre sus dedos y salió del auto. Cerró la puerta levemente y le puso seguro de inmediato. Guardo las llaves en su bolsillo y miro la tarjeta con determinación. 348. No lo veía por ninguna parte. Camino un par de metros llegando a una casa sin número. En la pared, escrito con un marcador, decía el número. Con letra redonda y femenina. Sin pensarlo dos veces, toco el timbre. Se lo escucho retumbar por toda la casa. Se acomodo la corbata. Nervioso.

Escucho los pasos lentos que se acercaban a la puerta. Abrió la puerta con mucha cautela, viéndolo a él con una sonrisa torcida. De inmediato abrió por completo la puerta y se lanzo a sus brazos. La abrazo de vuelta, sintiendo su pequeño cuerpo contra el suyo. Le acaricio la cabeza suavemente. Tratando de susurrarle cuanto la había extrañado.

Ella lo tomo de la mano arrastrándolo adentro. Se encontraron en una sala pequeña, con una luz tenue y por la ventana se podía aprecias como la luz naranja daba sus últimos esfuerzos por iluminar el lugar. Victoria apretó el interruptor que hizo que la sala se iluminara. Había solo un sillón para dos personas y una silla.

-siéntate - musito ella- ¿quiere algo para tomar?

El negó tomando asiento en la silla, en diagonal al sillón. Victoria asintió y se sentó en el sillón. Estuvieron unos segundos más mirándose antes de hablar.

-viniste

El sonrió levemente - quería hablar contigo y ver a Drew - se encogió de hombros - me gustaría cargarlo

-está durmiendo en este momento. Más tarde podrás verlo, si quieres

- en ese caso - pauso avanzando hasta el lado de ella - quiero hablar contigo - tomo sus manos - perdóname - murmuro en un hilo de vos - yo jamás quise romper mi promesa. Lo que me paso fue que me entretuve en esta nueva vida. Me gusto

- lo se

- antes tu eres mi propiedad junto con Drew y mi madre - aclaro la vos - cuando me entere de lo de mi padre, me rompí la cabeza decidiendo. No podía corromper el deseo de un muerto. Al principio estaba seguro que volvería pero después todo se volvió a mi favor, más fácil, mejor y eso me facilito todo. Allá no obtenía más que rechazo - pause - yo nunca quise abandonarte

Victoria paso una de sus manos por los cabellos de él, acariciándolo con dulzura. Junto con una mirada apaciguada y tierna.

-oh Justin. No tienes que culparte por lo que ocurrió en Cincinnati

- lo sé, solo que...

Se quedo callado. Apretó las manos de patricia con más fervor. No creía cuanto la había extrañado. No quiso pensar más en el asunto. En la tragedia que había pasado pero, simplemente no podía. La rabia se le subió por la sangre. ¿Dónde estaría? Se pregunto. No le importaba. No quería saber nada de su vida.

-a ver, cuéntame de tu vida - musito - no creo que todo sea una mierda

Justin rio por lo bajo. Y asintió ligeramente.

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