Capitulo 6

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Capitulo 6

Noches de lujuria

Hoy era el día en que ______ buscaría un nuevo trabajo, uno a escondidas de su madre. No quería depender toda la vida de su trabajo como prostituta por lo que tomo esta decisión. Era difícil para una joven como ella encontrar un empleo donde den un pago considerado, ya que como no termino la universidad, los únicos trabajos disponibles eran ser mesera, empleada en los supermercados, conserje en alguna institución o en empresa, cajera de alguna tienda y muchas cosas parecidas. Pero eso no importaba, si se ganaba algo de dinero con el tiempo, tal vez en un año o dos pueda reunir lo suficiente como para hacer una vida, lejos de allí tal vez en el estado más cerca. Con la ropa decente que guardaba en un cajón en el camerino y una ducha corta, salió del oscuro lugar donde en la noche albergaba hombres en busca de mujeres. Salió y comenzó a caminar, le esperaba una mañana larga y cansadora. No tenia muchos recursos para tomar un taxi que recorra la ciudad entera así que puso en práctica sus pies esperando que no le fallen en el trayecto.

Esa mañana había llegado tarde a su oficina. Nunca antes le había pasado pero aquella mañana el sueño le gano. Con un poco de dolor de cabeza por la falta de sueño entro a su oficina directo a la mesa de tragos sirviéndose un vaso de ron amargo. Su secretaria por perseguía por atrás con aquella falda corta que el odiaba que se ponga. Para él era una tortura no mirar sus piernas y menos con decencia. Pero hacia un esfuerzo sobre humano para no verlas. Entre algunos minutos de espera, viendo como ella buscaba entre su agenda lo que el tenía programado para hoy, el ya había terminado el ron, sirviéndose otro.

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- Su agenda está muy ocupada el día de hoy, Justin
- ¿Cuántas veces te tengo que decir que me llames Sr Bieber? - la secretaria quedo en silencio antes de volver a hablar-
- En una hora será su junta de las 8:30 y después tiene un comité y a las 10 vendrán las dos postulantes para secretaria
- ¿dos? Pensé que eran tres
- Una de ellas cancelo - pauso - al parecer encontró trabajo en otro lado

Justin tomo su vaso de ron, tomándoselo completamente. Dejo el vaso en la mesa, dándose la vuelta viendo a su pequeña secretaria allí tomando nota con su tan voluminoso escote. Nunca le gustado las chicas que se venden ellas solas. Justin siempre prefería a las que se hacen del rogar, a las que no es fácil de conquistar. No creía que las prostitutas sean unas fáciles, más bien pensaba que eran unas de las más difíciles. Pero claro que no todas. Eran las únicas que cobraban para acostarse con ellas, y no cobraban poco. Dejo de lado los pensamientos que vagaban en su noche anterior.

- Podrías comunicarme con Ryan al teléfono por favor - dijo el acomodando su corbata mientras volvía a su escritorio y se sentaba en su gran asiento de cuero negro, con la mirada en las piernas de su secretaria, hasta que ella hablo sacándolo de sus fantasías-
- ¿quiere que le hable en este momento?
- Se lo eh pedido ahora
- Enseguida

Se dio media vuelta, contoneando sus caderas hasta la puerta donde por accidente se le cayeron los papeles. Miro discretamente como la secretaria con una mirada seductora se agachaba primero haciendo que se le levante la falda y después mostrando sus pechos con aquel tan provocativo escote. De inmediato Justin quito la vista de ella. Siempre había impuesto su propia regla, nunca meterse con gente del trabajo. Era difícil teniendo a una secretaria tan dispuesta pero era una regla que debía cumplir por mucho que le cueste. Así era Justin, un mujeriego sin remedio.

El teléfono sonó haciendo que se sobresaltara. Dio un giro en su silla tomando el teléfono. La secretaria había desaparecido cerrando las puertas. Se fue silenciosa y de seguro decepcionada de no haber podido conquistar a Justin.

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