Capitulo 17

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Solo había pasado 30 minutos desde que habían regresado a las industrias Banks. Paul tenía una cita con un empresario en un restaurante famoso en la ciudad. Era algo tarde para almorzar. Al parecer era la única hora disponible en el que el empresario, Richard Wells podía atender a Paul. Habían acordado cerrar un trato. _________ pregunto si era necesario que ella lo acompañara pero él se negó. No era necesaria su colaboración. No volvería hasta dentro de dos horas por lo que no tenía nada más que hacer. Comenzó a llenar algunos papeles, ordenándolos. Algo innecesario pero el aburrimiento no hacía más que fastidiarla. Tomo un sorbo del poco café que le quedaba. Se había preparado una taza de café bien cargada, todo lo que había sucedido en el día, la puso tensa y nerviosa. No solo casi se le caen los nervios a ver a su cliente de todas las noches, hoy en la mañana y saber que era jefe de la empresa con la cual habían negociado sus jefes. Si no que también estuvo a punto de ser pillada por Mónica.

En el que habían perdido la cordura y el deseo de besarse sobre paso cualquier cosa. Aun que haya sido arriesgado. Mónica no lo noto aun que _______ hubiera jurado que los habían descubierto. Se mantuvo pensativa un momento mientras su mano aun sostenía el bolígrafo. Su teléfono comenzó a sonar recibiendo un mensaje. Miro la pantalla viendo el nombre de la persona que había mandado. Justin. El mensaje solo contenía una simple oración discreta. "en 15 minutos, donde siempre"

No había pasado ni una hora desde que se vieron y nuevamente el quería verla._________ dudo mucho. Es su primer día de secretaria del señor Paul y ya estaba a punto de pedir permiso para salir una hora. Pero él no estaba y podía salir si quería, de todos modos no tenía ningún trabajo importante, ni nada pendiente. Regresaría antes de que Paul volviera de su reunión. Tomo su bolso y su teléfono camino al elevador. Apretó el botón de la recepción y las puertas se cerraron de inmediato. No tardo mucho en llegar hasta abajo y encontrarse con Jessica hablando con un joven empresario de la empresa. Ambos la miraron unos segundos.

- Jessica, voy a salir, vuelvo en 1 hora, si el señor Banks me busca dile que fui a hacer un trabajo para el señor Paul

Jessica solo asintió encantada dentro de la conversación que estaba teniendo con el lindo ejecutivo. Se paro en la vereda viendo si pasaba un taxi vacio. Llamo a uno que pasaba. Le dio la dirección del hotel. El que siempre frecuentaban cuando el necesitaba satisfacerse. Era grande, las habitaciones de lujo y en el baño había una bañera la cual ya habían probado. El lugar no estaba muy lejos de allí. A pie se podría decir que si pero en auto era fácil de llegar. No paso mucho para que el auto se detuviera al frente de bonito edificio. El hotel Jonery. El más famoso y lujoso. Le pago al taxista, saliendo del auto. En la entrada esperando como siempre, estaba Justin deslizando sus dedos por sus cabellos dorados mientras su mirada iba hacia ella como una flecha fija en su objetivo. Camino hacia el sin apuro, viéndose a los ojos. Antes de que alguno de los dos hablara, él la tomo rápidamente para besarla. Suave, lento y seguro de que ella lo disfrutaba. Sus manos grandes pasaron por la espalda de ella, haciendo que se pusiera algo nerviosa. Paso una larga eternidad, antes de que ellos se separen. El solo la miro con los ojos intensos. Viéndola detenidamente mientras mantenían la posición del beso. Sus ojos penetraban los de ella. Acaricio su mejilla delicadamente.

- Mis ganas de ti no se quitan - murmuro despacio, como si fuera delito pronunciar las palabras - se acumulan

Rápidamente la tomo de la mano y la llevo adentro del hotel. Viendo el amplio vestíbulo con alfombra roja. No fue necesario pedir una habitación disponible. El ya la había hecho, minutos antes de que __________ llegara. Se dirigieron a los elevadores, donde uno se encontraba abierto. Ambos entraron, apretando el numero 7. Las puertas se cerraron y como si fuera un alivio, Justin se volteo a besarla nuevamente. Ahora un poco más fuerte, haciendo fricción en cada roce. Sus manos divagaban entre el cuerpo de ella, mientras ________ solamente podía disfrutar y tratar de ponerlo más cerca de lo que podían estarlo. La música de fondo, casi ni se escuchaba con toda aquella respiración agitada. Un beso es la cosa más dulce y llena de emociones que una persona puede probar. Y el beso que probaban en ese momento era sobre todas esas expectativas. El sonido del ascensor antes de que las puertas se abran, hizo que ambos se separaran. El solo se limito a morder su labio inferior, conteniendo su deseo.

Volvió a tomar su mano, llevándola por el corredor, donde había varias puertas. El piso estaba

vacío. Nadie pasaba en ese momento por allí. Antes de llegar hasta el final, el se detuvo, de la

puerta 230. Sonrió de lado y volvió a jalar de ella. Probando sus labios, dulces y carnosos. Hizo que

chocara contra la pared. La situación se puso apasionada, lujuriosa. Ella gimió del impacto que hizo

su cuerpo contra el de él. Sentí como aquellas manos que ya habían tocado su cuerpo, volvían a

hacer el mismo recorrido. Sin poder contenerse paso sus manos por su cabello dorado. Amaba hacer eso, sentir entre sus dedos, su cabello, sedoso. Sentía el calor, recorrer su cuerpo brutalmente y las ganas de sacarse la ropa comenzaba a asomarse. La levanto en sus caderas. Ella enredo sus piernas alrededor, instintivamente. Acaricio sus piernas mientras mantenían un movimiento leve. El beso se torno mas lento, concentrados en el placer. El buscaba la llave en su bolsillo. Las ganas de entrar al cuarto eran agonizantes. La idea de el y ella enredándose en las sabanas, era letal en ese momento. La encontró y mientras el beso y las caricias seguían, trataba de poner la llave en la cerradura. No se podía concentrar con aquellos labios, eran exquisitos para él. La lleve entro y pudo girarla. Con una mano sostuvo el cuerpo de __________, sin el deseo de alejarse de ella, la siguió besando ahora más apegados y con la otra abrió la puerta, entrando en la habitación y dando un portazo detrás de ellos. Dejando el pasillo fuera de cualquier acto lujurioso, como el suyo.

Ella rodo los ojos como si las palabras que escuchara fuera una verdadera tortura. No le gustaba pedir ayuda a nadie, mucho menos a Talía. Tuvo que ir hasta su casa para hablar con ella, no era una de esas personas que te ayudan si no tienes nada que dar a cambio. Y anterior ves Ceci, no tenía nada, ni siquiera podía pensar en algo, pero ahora si tenía una buena paga aun que no deseaba pedirle ayuda en su plan, tenía que hacerlo. Talía no era simplemente una mujer. Ella es la más grande impostora y millonaria del país. Experta en engañar a los hombres, sacarle todo su dinero y desaparecer. Ninguno de los hombres millonarios a los que había engañado, llegaron a descubrirla. Cecilia se dio cuenta hace de 2 años de que ella podría hacer lo mismo y mejor. Hasta ahora le ah resultado de maravilla, aun que tiene que recorrer a Talía con frecuencia en busca de su ayuda. Hace no muchos meses tuvo que recorrer a su ayuda. Su plan había fallado y había sido descubierta. Tuvo que sobornar al tipo para que no la demande. Gracias a Talía logro salir de aquel negocio que acabo mal. Ahora que tenia puestos los ojos en el millonario Justin Bieber.

- ¿entiendes? - Ceci asintió sin haber escuchado nada- bien, ahora dime que necesitas
- Que me ayudes
- ¿volvieron a descubrirte? - sonrió como si eso hubiera sido chistoso-
- No, solo que el pone su dinero en un banco diferente, uno mucho más complicado
- ¿el MM? Si, todos los magnates ponen su dinero allí, mi victima igual deposito su fortuna en ese banco
- ¿y has logrado sacar algo de dinero?
- Nada - murmuro con una mueca agria- hasta ahora no puedo averiguar cuál es el sistema
- Yo sé cómo funciona - el rostro apagado de Talía, se alumbro de repente -
- ¿lo sabes?
- Claro, el mismo Justin me lo dijo
- ¿y cómo lograste sacarle la información? ¿lo emborrachaste? - miro con una ceja levantada esperando que le dijera la verdad-
- No, no lo emborrache - pauso unos segundos - soy inteligente y le pregunte discretamente
- ¿sin que se dé cuenta?
- Ni siquiera se le paso por la cabeza
- Eso esperemos - sonrió abiertamente - ahora ya sabemos cómo funciona el sistema
- ¿sabemos? - pregunto sonriente, con las cejas alzadas-
- Claro, tú me dirás y yo podre sacar el dinero
- No te contare si no me ayudas - Talía la miro como si fuera un insulto -
- Nunca creí que una niña de 22 años me sobornara alguna vez - murmuro sacando un cigarrillo y prendiéndolo con un encendedor -
- Ni que fueras tan vieja - pauso - solo tienes 45, tienes mucho por vivir y robar
- Lo se - dejo salir el humo de su boca y divago - acepto, te ayudare, si me cuentas como es el sistema -

Ceci sonrió como una bruja de un cuento de hadas. Cuando su plan malvado está a punto de realizarse. Eso fue todo para que el plan que ya había calculado en su mente, esté listo para ponerse en práctica muy pronto.

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