Tres

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— Soo-A ¿qué has encontrado?— hablaba por teléfono con mi auxiliar, esperando que pudiese haber encontrado una pista de Nam Do San.—

— Dime que soy tu mejor asistente— ruedo los ojos mientras río levemente ante el espontáneo comentario— busque en tus registros de casos, el nombre de Nam Do-San, pero solo aparecía un nombre con el apellido Nam. Y adivina qué, es su padre. En el periódico que me diste para guiarme, vi que su nombre y foto concuerdan con la del caso de vigilancia. Lo llamé y me dió la dirección de una empresa, la cual dice ser de Nam Do San—. De verdad es la mejor auxiliar.—

—Pásame la dirección por mensaje, iré allí hoy.— Soo-A responde con un "ya mismo" y cuelga sin más.—

No puedo creer que me haya ido así de bien. Fue demasiado fácil. Creo que debería llamar a Dal-Mi para darle la noticia.

Llega el mensaje de Soo- A con la dirección de la empresa, y rápidamente llamo a mi hermana.

—¿aló?— escucho del otro lado de la línea—

—no vas a creer esto— digo con cierta emoción en mi tono.—

— No puede ser ¿lo encontraste? — se escuchaba su felicidad a más no poder. Vaya que jamás me había hablado así.—

— Es lo más probable. Al parecer su padre había acudido al bufete por un caso de vigilancia, mi auxiliar lo contactó y todo parece concordar. Ahora mismo voy para allá.— escuchaba pequeños grititos de emoción por parte de mi hermana.—

—Gracias, gracias, gracias. te debo mil y una vidas. Te quiero, adiós.— el pitido de que había colgado se hizo presente, pero yo aún tenía el celular en mi oreja.—

¿Que había acabado de decir? Creo que se le pasó de la emoción... ¿o será que por fin podemos comportarnos como una familia? No lo sé, pero sin duda este va siendo un gran día.

El lugar quedaba algo lejos como para irme caminando, mejor me iba en taxi. Saque la mano para que algún taxi parara y me subí en el primero que freno a mi lado. Le indico la dirección de la empresa, Sansam tech, que nombre más patético.

En fin, al llegar le pague al taxista y me bajo del mismo. Subí unas escaleras para llegar a lo que era una azotea. Una hermosa vista reflejaba este lugar, pero la fachada tan desgastada dañaba considerablemente el ambiente.

Volteo mi mirada y me encuentro con un pequeño letrero "Sansam Tech". La dirección estaba bien.

Vi otras escaleras que me llevarían, seguramente, a la oficina de nuestro famoso Do San. Pero, antes de comenzar a subirlas, baja un chico, diría que unos siete o seis años mayor que yo, muy bien vestido, además con buena presencia. Se me hacía bastante conocido pero no lograba descifrar de donde.

— ¿Yoo-Na?— su mirada en cuanto se topó con la mía se vio la confusión en su rostro ¿de donde me conocía?

Me quedé callada unos segundos tratando de figurar quien era, hasta que recuerdo como hace unos años la abuela ayudaba a un chico huérfano y dejaba que durmiera en su tienda.

Lo recuerdo, la abuela me hablaba mucho de él. Cosas como que era un buen chico pero estaba solo en este gran mundo. Lo vi unas cuantas veces en la tienda de la abuela y pude entablar una que otra conversación con él.

Unos recuerdos de él diciéndome "vive la vida, estás muy pequeña como para preocuparte tanto". Dios, recuerdo como esas palabras tenían tanto impacto en mi, ya que, ciertamente, había desarrollado un trastorno de ansiedad desde muy pequeña, pero él era de los poco que llegaron a saber de ello, gracias a que mi abuela es una bocona.

START UP||| Nam DosanWhere stories live. Discover now