Cinco

2.3K 239 34
                                    

Yo aquí creyendo que el universo me estaba mandando señales de suerte, y heme aquí, esperando una gota de esperanza tan difusa, que dudaba llegar a casa con los regalos que creía empezaría una tregua.

-jodete y busca un trabajo- traté de salir corriendo luego de tal acto de valentía por mi parte-

Me faltaban unas pocas 3 cuadras para llegar a casa, pero tenía que pasar esto.

El ladrón me agarró fuerte del brazo, devolviéndome al punto inicial. Estaba frita. Resignada, poco a poco, comencé a aligerar el agarre de las bolsas, una a una, aguantándome las lagrimas de frustración por no poder defenderme. Sabía que debería de andar con un gas pimienta en el bolso, pero como no me había pasado algo así, ingenuamente creí que jamás me pasaría.

Ya cuando estaba por entregarle el bolso, quedándome sin nada, el ladrón cayó al suelo, tirando las bolsas por el impacto. Volteé a mi izquierda para saber que había sido la causa de su repentino desplomo, y me encuentro con un chico, más o menos de mi edad, tal vez un poco mayor, bastante alto de cabello medio largo. No lograba distinguir su rostro por la oscuridad de la calle, pero en ese momento no me preocupe por eso, solo pensé en recoger las bolsas y salir corriendo junto al chico que me había ayudado hace unos segundos.

luego de haber corrido lo suficiente como para perder al ladrón, paramos a descansar en una minitienda de mercado. Allí ya tenía la suficiente luz como para detallar a quien me había, literalmente, salvado de un robo. Era un chico bastante guapo, pero se veía desaliñado, con ropa como para estar en casa, bastante desgastada. Pero bueno, cada quien con su estilo, si yo pudiera mantendría en fachas cuestionables.

- Gracias, te debo una- digo aun impactada por el casi robo presenciado esta noche-

-No deberías caminar sola por estas calles, son muy solas- responde sin siquiera mirarme-

Tenía razón, ya sabía lo solas que eran estas calles a esta hora, más siendo una ruta alejada de la principal. Aún así, no debería reprocharme, quien se creía.

-bueno, bueno ¿Cómo puedo compensarte? me acabas de sacar de una y no muchos se atreverían a hacerlo. Estoy en deuda contigo- él se digna a mirarme, pero con una leve sonrisa termina por negar suavemente con su cabeza-

-no me debes nada, no hables tonterías- se relaja un poco, recostando su espalda en la pared y mirando hacia el frente nuevamente- por cierto, Nam Dosan- tiende su mano hacia mi y yo con gusto la acepto-

-un gusto, soy Seo Yoona- agito las manos en cuanto están unidas, y la respuesta de él es una simple pero bastante atractiva sonrisa-.

Esperen un segundo ¿Nam Dosan?, ¿Cuál podría ser la probabilidad de que me encuentre con ESE Nam Dosan? no tengo ni idea, pero no lo creo muy probable.

Mirándolo bien, tiene cierto parecido al niño del periódico...¿será él?

-Un segundo- hago una pequeña pausa, atrayendo la atención del chico a mi lado- ¿Sansam Tech?- un cierto sesgo de felicidad escapa en las expresiones del mayor, dejando una clara respuesta de que sabía de lo que hablaba-

-¿conoces Sansam Tech?- su emoción era hasta notoria en la manera en como hablaba-.

-Algo así. En realidad hoy fui a Sansam Tech a hablar con el famoso Nam Dosan- él continuaba con su impecable sonrisa, hasta que poco a poco se fue convirtiendo en una mueca de total seriedad-

- También me buscabas por las cartas ¿cierto?- asiento sin más a sus palabras. Era exactamente esa la razón- como le dije al señor Han, ya sabe mi condición, todo depende de...- de repente para de hablar y abre los ojos a más no poder, volteando a mirarme con un poco de asombro-

No estaba entendiendo nada, para ser sincera ¿Qué le habrá dicho el señor Han como para tener esa reacción?

-¿Eres la hermana de Dalmi?- vuelvo a asentir- Dios, no debería de estar diciendo algo- ¿ya que mosquito le pico?-

-¿de qué hablas? no te estoy entendiendo nada- el rasca su nuca nervioso y comienza a mover sus manos rápidamente.-

-De nada ¿Sabes qué? lo tendré en cuenta, sería bueno ir para conseguir buenos contactos- sonríe volviendo a componerse.-

Que chico tan raro, no parece el Dosan de las cartas.

-Si necesitas algo, puedes llamarme- le extiendo mi tarjeta- se que puede ser abrumador, luego de 15 años encontrarte con mi hermana. No te culpo, por lo que si tienes alguna duda, ahí está el numero de mi oficina- toma mi tarjeta y con una sonrisa y una reverencia, la guarda en su bolsillo-

-Gracias- se deja de recargar en la pared y se hace en frente de mi- ¿Quieres que te acompañe a casa? luego de lo que pasó, creí que sería bueno no dejarte sola-

-No creo que sea necesario, vivo a muy pocas cuadras de aquí- sonrío a su dirección y el asiente con una leve sonrisa-

-Esta bien. Ten una linda noche- comienza a caminar por donde habíamos corrido antes, y con una sonrisa, mueve su mano en manera de despedida, acción que imito-

-Ten una linda noche también, ya buscaré la manera de agradecerte- él se va con un "no exageres" y una pequeña risita, que sin duda logró subirme el ánimo luego de aquel susto-.


Llegando a casa me encuentro con Dalmi entrando apenas a esta hora ¿qué hacía llegando tan tarde? seguramente había ido a la biblioteca, como las otras veces.

-Yoona, es muy tarde como para que andes sola y llena de bolsas de compra- me reprocha con un tono amistoso la chica, siendo una vez más amable conmigo- ven, te ayudo- agarra las bolsas que cargaba y entra al portón de nuestro hogar-

-Son para ti- ella voltea bruscamente a mi dirección, sin esperar que dijera aquellas palabras- Te compré un pequeño regalo, pero no lo veas hasta que no llegues a tu habitación-

- mmhmm niña, me matas de la curiosidad- hace unos pucheros, causando una ligera risa por mi parte-

- Ni que estuviesemos a 3 kilometros de allí- juego un poco y abro por fin la puerta, entrando detrás de mi hermana, quien grita el nombre de la abuela avisando nuestra llegada-

- mis niñas, no vuelvan a llegar así de tarde sin avisar, no era capaz de dormir hasta que no supiera que habían llegado- rodamos los ojos y la abrazamos a la par- a ver, Dalmi, sube a tu habitación- termina por decir la abuela con cierto tono de picardía-

-¿acaso está Chris Hemsworth arriba?, ¿por qué ese tono?- mi hermana dice en broma, haciendo que la abuela entrecierre sus ojos-

-Solo sube- se va en dirección a la cocina-

-¿vienes?- me toma por sorpresa aquella pregunta. Nunca entraba a su habitación ¿y ahora por arte de magia me invitaba?-

la seguí hasta su habitación, y al entrar visualice una caja encima de su cama ¿la abuela le habrá comprado algo?

-Dios, no tenía porqué gastar en mi- y ahí confirme mis sospechas-.

START UP||| Nam DosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora