Quince

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Todo lo que ha pasado en el reciente día ha sido realmente extraño. En solo 24 horas pasaron tantas cosas que me pregunto cómo será el mes completo.

La primera, Do-San estuvo, cada espacio que podía, conmigo. Se sintió bien. Me contó cómo tuvo que salir y entrar de nuevo a la universidad por ser un niño aún, además de cómo se fundó Samsan Tech. Conocer un poco más de él fue agradable, se sintió como una verdadera experiencia y no solo letras en cartas que ni siquiera me pertenecían. Esta primera fue la parte del día la cual no fue caótica.

Pasando a las otras partes no tan agradables, estaba Alex, nuestro recién llegado mentor, que lo primero que se ocurrió decir fue "su negocio está totalmente estable, he estudiado todo el plan y puedo decir que han hecho un gran trabajo, impecable. Sus acciones están bien repartidas y sus avances son mayores a las de los otros equipos. Es demasiado perfecto para ser real" hasta ahí todo iba bien, hasta que de la nada sale con un "¿están seguros que desean continuar con el proyecto? Un comienzo tan perfecto solo indica caídas al primer obstáculo". Vaya confianza, eh. Ni siquiera nos dió algún consejo útil, solo nos recomendó dejar la empresa porque no seríamos capaces de "soportar" algún error.

Pero ahí no acaba todo. Al parecer no solo fue nuestro equipo el que la pasó mal. Samsan Tech tuvo una clase de pelea entre sus integrantes; por lo que escuché hasta dijeron unos que iban a salirse del equipo. No sé qué tan cierto será, pero sigue siendo bastante denso el asunto.

Y por último, para agregar la cereza en el pastel, la abuela antes de dormirse me dió cierta charla inesperada. Me habló sobre Dal-mi y nuestra relación de hermanas. Mencionó el hecho de que esperaba vernos unidas, como una familia y no unas simples conocidas que se tienen que tolerar. Aún recuerdo sus palabras diciendo "espero puedas hacer las paces con Dal-Mi. Ella es muy sensible, su comportamiento tiene una razón de ser, si tan solo hablar con ella, mi niña. Inténtalo, por favor. Así sea que lo intentes por mi ¿si?".

Dios ¿cómo podía decirle no a la abuela? Me había puesto entre la espada y la pared.

Así que apenas terminé de organizarme en la mañana, tomé rumbo a la habitación de Dal-mi. Si no era ahora, nunca lo haría.

— Dal-Mi ¿estás despierta? — ella se retuerce en su cama, tapándose con las cobijas—

— Déjame en paz. Yo no te interrumpo tus horas de sueño— su voz de dormida se hizo presente en la habitación—

—Quería hablar contigo. Ya sabes, de nosotras— el silencio comenzaba a llenar el espacio, seguido de Dal-Mi acomodándose en su lugar mientras me miraba directamente a los ojos—

—Siéntate— me hace un espacio a su lado, del cual no dudo dos veces en ocupar—

—Quería que me dieras una oportunidad— su mirada fría pasó a ser una de sorpresa, mirándome directamente a los ojos con una chispa que no sabría describir— crecimos bajo el mismo techo, pero no juntas, era una competencia constante. Ahora que nos veremos mucho más seguido, podríamos internar que eso cambie— su silencio me atormentaba—

Se sentía tan extraño estar en esta situación. Sabía cómo eran las cosas, que pasaba entre las dos, pero hablarlo era otra cosa. Además, ver la reacción de sorpresa de Dal-Mi era de cierta manera desconcertante, como si ella estuviese esperando por esta conversación con anterioridad, y no en el sentido en que yo lo hacía casi obligada por la abuela, sino genuinamente esperaba esta charla, eso era lo que no me cuadraba en todo el asunto.

—no está mal intentarlo— su sonrisa comenzaba a asomarse, siendo contenida por la dueña de aquellos dientes blancos.

Me esperaba de todo menos de eso ¿de que me perdí?

START UP||| Nam DosanWhere stories live. Discover now