Doce

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— No puedes parar de seguirme, eh— escucho a Dal-Mi más cerca de lo que esperaba— esta bien, igual ni siquiera fuiste capaz de volverte líder. Solo un golpe de suerte te llevaría hasta la final— en serio que cuando se pone el propósito de ser odiosa, nadie la para.

—felicitaciones por este logro, trata de mantenerlo— trato de evitarla para no causar una pelea en medio de este lugar, yéndome de aquel lugar.

No sin antes notar que el equipo de Dal-Mi ya estaba completo, y justo hacían parte los de Samsan Tech, quienes no dudaron dos segundos en tratar de saludarme.

Yo solo les correspondí con una leve sonrisa. Lo más que podía hacer sin querer salir corriendo de allí ¿acaso no leían el cuarto? A lo mejor y ya se olvidaron de aquel incidente.

Ojalá y sea la última opción.

—Buena suerte— Do-San se acerca hacia donde me encontraba — digo, éxitos. No necesitas de la suerte— pone sus pulgares hacia arriba, dándome un poco de ánimos en aquella situación.

— Gracias, a ustedes les irá muy bien de seguro, cenicienta— levantó los pulgares, imitando su acción, y él se devuelve a su lugar, soltando una ligera risa mientras lo hacía.

Eso salió mejor de lo que esperaba.

Se acabó el tiempo y nos teníamos que dirigir afuera del lugar, para que así nos asignaran una mesa donde trabajar en la siguiente fase.

Mientras Soo-A se encargaba de eso, solo pensé en llamar a alguien, tal vez no debería hacerlo, pero mis manos actuaron más rápido de lo que podía pensar.

—¿aló?— una voz masculina se hizo presente al otro lado de la línea.

pasé la primera fase. Lo logré— sin saber si hacía lo correcto en llamarlo primero a él, esperaba su respuesta con ansias.

— Pude verlo. Felicidades. Mi expectativas en ti son altas— su voz sonaba más suave de lo que normalmente era.

— no digas eso, me asustas aún más— su risa hizo pasó en la línea. Que lejano encontraba escucharlo reír, pero era agradable.

— Luego nos vemos, Yoo-na. No dudes en que te ayudaré lo más que pueda—

Dicho eso, había finalizado la llamada. No sé porque llamé al señor Han de primero, pero sus palabras se sintieron tan sinceras que me dieron el ánimo indicado para pasar estas noches de competencia. Si no fuera por él, en un principio no habría participado.

Lo lograríamos.

Luego, traté de llamar a la abuela, pero su teléfono sonaba ocupado. Seguro estará distraída o hablando con alguien más. Más tarde la llamaría.

Un rastro de montones de empaques de dulces en el suelo se hizo visible en mi campo de visión. Haciendo conclusiones de quienes se encontraban haciendo un alboroto en la mesa de comida, estaba segura que pertenecían a Do-San.

Sin darme cuenta, comencé a seguir el camino de dulces en el suelo, dando con un corredor algo solitario. Iba a adentrarme en este, pero ver a un Han Ji Pyeong y un Nam Do San hablando con intensidad, decidí no interrumpir. Aún así, pude escuchar un poco de su conversación.

—¿sabe lo de las cartas?— ¿acaso hablaban de Dal-Mi?

— No, aún no—

—¿la decepcionó saber que no eres exitoso?— lo sabía, algo no cuadraba en ellos y su empresa. Ya lo sospechaba, y al parecer, alguien más se enteró de ello.

START UP||| Nam DosanWhere stories live. Discover now