Dieciocho

1.1K 147 43
                                    

—¡AAAAAAAH!— por poco quedo sorda— ¡¿Quién te hizo eso?! Me las pagará—

—Soo-A, no pasa nada. Fue un pequeño descuido mío— ella me mira incrédula.

—Descuido mi trasero. Ahí perfectamente puedo ver una mano— esperen ¿qué? Yo no logro ver nada más que un parche morado en mi antebrazo.

—Estás alucinando— en definitiva Soo-A es bruja.

—A nadie vas a engañar y dímelo de una vez, que no voy a parar hasta saberlo— ruedo los ojos sabiendo que era un caso perdido.

—Bueno... yo, ayer, terraza, muy enojado, suelo—Soo-A no demora en interrumpirme.

—Explícamelo como hablamos en el siglo XXI, no en Neanderthal— se cruza de brazos.

Y así fue como terminé contándole todo, y cuando digo todo es absolutamente todo lo qué pasó, con detalles incluidos.

—... y al final, creo que le gusta Dalmi pero no pudo reconocerlo— sus expresiones cambiaban cada 5 segundos, era fácil descifrar lo que pensaba—

—Primero que todo, bastardo, hijo de...— ella para repentinamente y respira hondo— segundo, a juzgar por su reacción, también creo que pueda sentir algo por Dalmi.

—¿cierto? Ah, pero ni se esfuerza por conquistarla. Ni modo— alzo los hombros en resignación.

—Deberíamos de tapar esto con maquillaje antes de que alguien más se dé cuenta, porque gurl, si la abuela lo ve, no habrá persona que quede viva en todo el país. Puede que aquí lo hayas podido esconder durante todo el día, pero no hay forma en que tu abuela no lo descubra más tarde— asiento a todo lo que dice, buscando mi kit de maquillaje en el bolso rápidamente—

—¿esconder qué?— no puede ser, cenicienta.

—¿Esconder? Pff, dije escoger, duh— Soo-A habla primero, haciendo más evidente la situación—

— Estoy seguro que escu...— sus ojos se posan exactamente en mi antebrazo— ¡Yoo-na!, ¿qué carajos?— se acerca a paso rápido a donde estaba y levanta mi brazo para poder ver bien.

—Un poco de delicadeza no estaría mal— el sarcasmo a entrado a la habitación— y ya, que me caí y me lastime, eso es todo— Dosan me mira con una mirada de desapruebo.

—ten más cuidado, tu piel es muy delicada, fácilmente te saldrán moretones y me tocará mantener ungüento en mi escritorio— me reprocha mientras suelta mi mano de manera delicada.

Un segundo ¿sus nudillos?

—Dame una explicación tú a mi— agarro su mano y la traigo a su campo de visión— ¿cómo te hiciste esto? Mira cómo estás, hasta aún tienes sangre— él solo se pasa la mano por la parte de atrás de su cabeza.

— Digamos que no nos fue bien con Morning group— alcé una ceja inmediatamente a sus palabras, pero no diría nada, seguro la está pasando mal como para reprocharle como le había dicho a Dalmi que era mala idea.

—¿y por qué te sonrojas?— de la nada habla Soo-A, llamando nuestra atención.

Y efectivamente se veía algo rojo, sonrojado en sus mejillas y con una pequeña sonrisa ¿no que le había ido mal?

—Si... yo, eh— no terminaba la frase que comenzaba.

—Si, tu, eh. Dilo ya— Soo-A presionaba aún más—

—Dalmi y yi nisindsamos— literalmente arrastró las palabras, no se le entendió absolutamente nada de lo que acababa de decir. A juzgar por sus expresiones, se avergonzaba de lo que había acabado de decir.

—Dalmi y tu ¿se fumaron? Habla bien que no se te entendió nada— Soo-A no andaba con rodeos hoy, esta mujer cada vez me sorprende más. Tiene todo el potencial de una líder.

Esperen, ¿por qué aún le sostengo la mano a Dosan?

—Dalmi y yo nos besamos— se sonrojó aún más de lo que estaba.

Pero nuestra respuesta no había sido la misma. Solté rápidamente su mano y miré a Soo-A sin palabras. Y es que ¿se había besado con Dalmi? Lo sabía, Yoo-na, eres una estupida por siempre andar de ilusionada ¿En que momento este alto chico se había vuelto tan guapo como para estar celosa de Dal-mi?

Pff, no pasa nada, esta bien, estoy bien. Solo fue un gusto pasajero, lo sé. No hay razón por la que este sujeto me atraiga, no.

A quien engaño, es tan dulce y caballeroso, y su torpeza lo hace tan tierno. Y ni hablar que es bastante guapo, además de que los altos son mi tipo.

Lo odio por hacer que mi voz interior entre en conflicto.

—ah...— nos habíamos quedado sin palabras por un largo periodo de tiempo—

—No sé ni porqué les cuento, me siento como un adolescente— él trataba de aligerar el ambiente con pequeñas bromas, pero el silencio incómodo hacía más ruido, si es que eso tiene sentido.

—Bien por ti y Dalmi, creo— terminé por decir, tratando de sacar una sonrisa que salió totalmente fingida. Necesito practicar mis dotes actorales.

—Girls reunion?— de la nada aparece Saha, rompiendo la incomodidad que crecía cada segundo.

—¿sabes? Te iba a preguntar si sabías esconder un moretón con maquillaje. En realidad, necesito que quede lo mejor posible pero no soy así de buena en el maquillaje ¿algún tip?— trato de desviar el tema anterior con lo que inicialmente hablaba con Soo-A.

—¿Que dices? Girl, I got you. Voy por mi bolsa de maquillaje, no se vayan— parece que hoy está de buen humor.

Y no pasó ni un minuto cuando estuvo de vuelta nuevamente en la oficina de nuestro equipo.

—yo me voy. Yoo-na ¿tienes el medio día libre mañana? Quería hablar de algo contigo— asiento a su pregunta sin mucha importancia y él se va ante tal señal.

Y así fue como Soo-A, Saha y yo pasamos dos horas entre charlas, maquillaje y bastante chisme. Ella puede verse bastante callada, pero esas son las personas que más oyen.

—OMG. Que tarde está, no puede ser. El tiempo vuela, literalmente— ella se para de su asiento apurada— Yoo-na, Soo-A ¿las dejó en algún lado? Tengo el auto abajo—

—Claro. A la estación estaría bien— ella asiente y se va a recoger sus cosas, tal acción que también hicimos nosotras para poder salir—

—¿Yoo-na?— hoy se escuchaba tan calmado.

— al parecer el famoso bonachón no es tan bonachón como decían— Soo-A lo enfrenta en cuanto lo tiene en su vista ¿que le dieron de tomar a Soo-A? También quiero.

— veo que ya sabes. Y fue un error, muy grave. A eso yo le llamo no pensar— trata de sonreír pero su notoria incomodidad no lo permitió.

—En fin, Yoo-na te conoce mejor, si ella te perdonó, no hay más remedio—

— oh, no. Aún sigo enojada y no lo he perdonado, solo que ahora le hablo y no lo ignoro. Pero tú, señorito, eres hombre muerto— se vió como el señor Han tragó en seco, con los ojos abiertos de par en par.

Vaya que es fácil poner nervioso a este hombre. Todo lo serio y mandón es una fachada, no se dejen engañar.

—eh... venía a ver si podía llevarte a casa— su nerviosismo no se aligeraba ni un poco—

— el perro viene con la cola entre las patas y cree que me sobornará con evitarme un viaje en metro— agarro mis cosas y me paro en la puerta— vamos. Tus asientos están bien amoblados— le dedico una mirada totalmente fulminante antes de salir completamente de la oficina.

Me dirijo hacia el ascensor y presiono el botón del sótano dos, donde siempre guarda su auto el señor Han.

START UP||| Nam DosanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora