Ocho

2.2K 197 14
                                    

—Entonces ¿trabajas en Bona? Debes de tener mucho trabajo— a su boca lleva su vaso de café, tomando un gran sorbo de este apenas termina de hablar—

—Suele ser así, pero con la ayuda de mi auxiliar es todo más fácil— la expresión en sus ojos solo comunicaban asombro, un asombro confuso al no comprender a qué se refería tal—

—¡¿Hasta tienes un auxiliar?!— una risa escapa de mis labios sin querer, entendiendo el porqué de su inesperado asombro—

—tener un auxiliar es totalmente normal— mis hombros se deslizan hacia arriba en una acción de desdén, no dando tanta importancia al asunto—

— ¿cuando empezaste a trabajar tenías auxiliar?— enarca una ceja, ya sabiendo la respuesta que iba a obtener,  pero igual dejando la pregunta al aire—

Yo comencé como auxiliar, en realidad, así mismo fue que pude entrar en ese mundo. Unos de los abogados que tuve que asistir me ayudó a por fin tener un trabajo estable como abogada en Bona. Ese lugar es realmente de renombre, por lo que las personas acuden sin dudar, sabiendo que su caso será un éxito. Por tanto, mi nombre comenzó a sonar apenas tuve el puesto. No se si fue pura suerte o realmente había demostrado mis habilidades, pero puedo decir que algunos de mis compañeros con los que empecé aún no han llegado a tener ni el puesto.

—va, ya entiendo—él sonríe con satisfacción al no obtener respuesta alguna. Estaba en lo correcto—

—Oh no— mira su reloj apresuradamente— no quiero dejarte aquí, pero debo irme ahora mismo o el tráfico será una maldición.— pasa sus dedos por la parte trasera de su cuello, frotando aquella zona— No importa, creo que aún tengo un poco de tiempo extra, ¿deseas que te acompañe a algún lugar donde pueda dejarte?— vuelve el Do San nervioso con el que estuve casi toda la tarde—

—Es mejor que te vayas ya, o terminarás llegando tarde— sonrío a su dirección— yo entiendo totalmente—

—No, no, no. Yo dispuse de tu tiempo para que vinieras, ahora yo dispongo del mío para que te vayas— para de hablar rápidamente, dejando como evidencia su rostro, delatando cómo aquel último comentario salió inocentemente como un mal juego de palabras— digo, eso no sonó muy bien. Yo solo quiero que llegues correctamente a donde sea el lugar que pienses ir. Tu compañía ha sido genial, no me malinterpretes, es que necesito irme y dejarte, pero no quiero dejar una mala impresión y...— este chico era todo un caso—

—ya, bueno. Antes de que termines echándome nuevamente, debo de volver a mi trabajo por unas cosas ¿seguro tienes tiempo de ir?— él asiente múltiples veces— después no digas que te hice llegar tarde—

— es por allá ¿cierto?— señala con su índice en el aire a un lugar aleatorio a su izquierda,  a lo que yo asiento, dándole la razón— me queda cerca a la parada de buses, no veo ningún problema en que te acompañe— sonríe sin mostrar sus dientes, ya dando marcha a hacia el lugar—

Y solo fue necesaria un pequeña porción de minutos para encontrarme enfrente al edificio de mi día a día monótono, el edificio Bona.
Despidiéndome con un "suerte con mi hermana" hacia el alto chico apurado, entro al lugar, volteando sobre mis talones para ser testigo de cómo Do San corría en dirección a la parada de buses, gracias al recorte de tiempo propiciado por el inesperado paso de las horas de esta tarde.

—¿ha salido de acuerdo a lo esperado, señorita?— volteo nuevamente, teniendo a mi frente la mirada de mi auxiliar, Soo-A, quien preguntaba con una sonrisa delicada.—

—Dios, estuve tan distraída que no te había llamado para informarte. El caso acabó, no fue como lo esperaba, pero no hay nada que hacer— ella asiente con una expresión confusa, no le había dado mucha información por lo que era de esperarse esa reacción—

—Por lo menos ya acabó. No será víctima de canas por el estrés— atajo una risa que quería escapar ante las palabras de Soo-A. De la nada salía con sus comentarios inesperados, ya debía irme acostumbrando—

—Aún no ha llegado mi tiempo—Sonrío con gracia a su dirección y ella corresponde de la misma manera.—

—Por cierto ¿quien era el chico que venía con usted, señorita? Si no soy muy entrometida— se acerca un poco más a mi, bajando un poco el tono de voz, como si lo que estuviésemos hablando era un total secreto— ¿Nam Do-San?

Okay, no me esperaba que lo reconociera.

—el mismo. Estaba preparándose para el encuentro con mi hermana y me pidió un poco de ayuda.— ella suelta un "oh" y desvía la dirección hacia la parada de buses—

—Es lindo— posa su mano en sus labios, como si se le hubiese escapado algo que debía quedarse en su cabeza—

—Lo es— ahora me encontraba yo en la posición de Soo-A. Hasta yo me sorprendí de mis propias palabras— bueno, no más chismoseo, tenemos que terminar los informes para dejar todo listo antes del evento—

El tiempo de irse había llegado. Había terminado cansada de tanto trabajo que trataba de terminar, y ciertamente me provocaban dolor de espalda por todo el tiempo sentada en una sola posición.

Salgo del lugar, apagando las luces de lo que era mi oficina. Soo-A había salido antes, por lo que no tuve que pasar a despedirme. Salgo de aquel largo edificio a parar un taxi que me llevase a mi anhelada casa.

Para mi suerte, no tuve que esperar mucho, puesto que el tráfico era ideal, un total milagro para esta hora. Me subo al taxi y doy las indicaciones de mi hogar, recostando mi cabeza en el asiento y suspirando con el cansancio invadiendo todo mi cuerpo.

Apenas el taxi se posiciona a un lado de la entrada a mi vivienda, pago el respectivo monto y salgo del auto, sacando las llaves de la puerta principal para luego ingresar la clave de lo que sería la puerta que daría paso a los adentros de la casa.

—Ya llegué— gritó desde la puerta, quitándome los tacones para cambiarlos por unas cómodas pantuflas.—

—La comida está en la nevera— grita desde algún lugar la abuela—

Me dirijo directo a mi habitación y dejo mi bolso colgado en el perchero del cuarto. Me cambio de ropa por mi pijama y me dispongo a hacer mi rutina nocturna.

¿Ya se habrá ido Dal-Mi? Supongo que así es, ya que la casa se siente más callada de lo normal. Diferente a cuando la presencia de ella se hace sentir por todo el lugar.

Luego de terminar mi rutina, me dirijo directo a la habitación de mi hermana, y como esperaba, la susodicha no se encontraba.

Espero le esté yendo bien. Seguro el momento del encuentro con Do-San le hará la noche. Y para añadirle un plus, está más guapo de lo que imaginaba. Creí que aquel nerd cursi que le escribía cartas a mi hermana luciría diferente, pero mi punto fue debatido el día de hoy.

Como no había nada más por hacer, me salté la cena por lo cansada que me encontraba, y fui directo a dormir. Esperaría a Dal-Mi para que me contara de su noche, pero mis ojos me dejan predecir que eso no pasaría hoy. Así que, para qué luchar contra mi cansancio si mi cómoda cama me espera.

Solo bastó con tocar la almohada con mi cabeza para caer rendida en los brazos de Morfeo.

...

No sabía cuánto había dormido, pero aún seguía oscuro. Los gritos femeninos y agudos de DalMi me despertaron. Parecían gritos de emoción. Seguro le estaría contando a la abuela todo.

Mañana me enteraré, si antes tenía sueño, ahora no doy ni para pensar.











Hello. Ya por fin subo el capítulo. Jeje. Gracias por esperarme y ser tan pacientes <3. Espero les guste, ya que la historia comienza a definirse mejor en los siguientes capítulos.

START UP||| Nam DosanWhere stories live. Discover now