Capitulo 55

3.5K 322 87
                                    

Parte 2

Tipo de narrador: omnisciente.

Bella Jones está muriendo, Enrique, su viejo amigo, luego novio la socorre, sin embargo, al avanzar los minutos en el camino de regreso a los autos, su estado empeora, luce muy pálida, acompasado con los hematomas que le adornan el cuerpo, la sangre como el resultado de haber peleado cuerpo a cuerpo con hombres, se escurre a través de sus pálidas mejillas, manchado parte de la ropa que tiene.

Lo más preocupante de todo es que, Bella comienza a estar muy fría, de la boca le emana una espuma, sus ojos en blanco, tiembla sin control, se encoge con las venas marcadas por todo el cuerpo, gime de un dolor hasta ahora desconocido.

Elizabeth que se desliza con todo y ropa en el rocío de las montañas, abandona todo con tal de subir a ese auto, apresurando a Enrique que ingrese a Bella, pisa acelerador fondo, deseando haber sido una especie de heroína para así poder evitarle este mal que sobrecoge a lo que más ama en la vida.

Dentro de ella quiere retroceder el tiempo, poder tener mucho más, más ingenio que no sea empujado a base del sufrimiento de su hija, si fuera así, la muerte de Violette Wembley no sería tan fácil, tienen a un nuevo enemigo todavía asechando y donde lo encuentre lo mandará a hacerle compañía al mismísimo demonio, que alguien lo mate, más bien que lleven a Leonel Harrison ante su presencia.

El mencionado tiene suficiente con lo que preocuparse, todas las bodegas destruidas, la mercancía lanzada al mar, otras quemadas, rehenes que mantenía encerrados para el tráfico de personas liberadas.

Por donde quiera que se mueve tiene a los rusos cada vez más cerca, maldita la hora en la cual no vio venir nada de eso.

Sin hacerse más preguntas de las que ya tiene martillando en la cabeza, las cuatro camionetas en las que anda se mueven rápido por calles vacías, busca una puta salida, al menos podría internarse en Italia o Colombia, nadie sabría de su paradero, los mafiosos de grandes potencias se respetan entre sí, los rusos lo buscan, sin embargo, es consciente que ellos no se meterían en una guerra solo por tener su cabeza.

Temprano embarcó a Juliette Smith en un barco, dándole otra ruta distinta, en meses anteriores si podía moverse cerca de las fronteras de Rusia, pero a verse en este apuro y que incautaron ya dos de los cargamentos humanos, se vio en la obligación de irse cerca del pacifico, menos riesgo, tarda en llegar, no obstante, al menos tiene calmados a los malditos italianos.

Su cabeza piensa que en el caso de que el primer y segundo al mando de todo Rusia andan ocupados tras de él, seria buen momento de atacar la ciudad de Moscú, bajarles los sumos de una buena vez.

—Señor, ¿A dónde vamos? —la pregunta del escolta lo saca de los pensamientos, buena pregunta la que ha hecho.

Se sume de nuevo en la ignorancia, reconociendo que son poco los lugares a los que tiene que ir.

—¿Dónde se escondía Violette? Llévame ahí si lo recuerdas.

La única salida más viable, si Violette se ponía a la defensiva, la mataría sin duda, al final de cuentas ella le debe muchas, quizá todo este problema se hubiera evitado si solo esa escurridiza cucaracha no se hubiera metido por donde no le habían pedido.

Las acciones que hizo lo obligaron a hacer las suyas, solo espera que sus hombres logren hacer las cosas bien, trayéndole a Bella Jones.

Llegan al lugar, encontrándolo desolado, el protocolo se realiza antes de que baje y tome posesión en la estancia, algo pequeño, incomodo, creció entre lujos, ahora debe reducirse a eso.

—Irás al banco por dinero, no vamos a durar mucho en esta ratonera —masculla Leonel, oliendo una de las bebidas, la desecha, asqueado —. Corriente y barato como quien la compro.

La tentación de lo prohibido ©Where stories live. Discover now