Obedece...

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Kelly caminó hasta el sótano, abrió tímidamente la puerta y bajó las escaleras que tronaban de alegría cuando bajaba por ellas, la oscuridad le dio la bienvenida y se fue despavorida cuando Kelly encendió la luz, atraída por una fuerza extraña, llegó hasta donde estaban las cajas, cerró sus ojos, respiró profundamente y comenzó a quitar una a una las cajas que estaban encima de Mary Anne, las voces en su cabeza la tenían loca, durante una semana escuchó esas voces que le decían, "Libera a Mary Anne" además aquella horrible criatura con cuernos y patas de chivo, le había visitado cada noche, se posaba al pie de su cama y la observaba con sus ojos rojos, bufaba y su aliento se miraba, le decía que tenía que liberar a Mary Anne, Kelly se había vuelto loca o al menos eso creía, ahora estaba ahí haciendo algo que jamás pensó que haría, abrió la caja y un olor a carne podrida salió de ella, parecía como si algo hubiera muerto ahí, sacó a la muñeca y en la caja habían ratas muertas, tiró a la muñeca y corrió a abrir la ventanilla, sintió que iba a vomitar y regresó a quitarle la bolsa con la que estaba envuelta la muñeca, aterrada descubrió que la muñeca llevaba puesto el collar que había perdido, tomó a la muñeca y salió inmediatamente de ahí...

Lavó a la muñeca y suavemente cepillo su cabello, el cabello era real y este era lacio y perfecto, le puso un vestido limpio y le dejó el collar, la puso en la repisa vacía que aún estaba en su cuarto y se fue...

El sol se ocultaba y Kelly sintió una agonía que le embargaba, sentía como su corazón se estremecia de solo pensar la noche que tendría ahora que la muñeca estaba con ella, no quería ni imaginar todas las cosas que esta tenía para decirle por haberla dejado encerrada tanto tiempo, cenó muy poco y se fue a dormir, cerró la puerta y nadie le dio las buenas noches.

La luz de la luna iluminaba la habitación, los grillos arrullaban con su canto, afuera era paz y tranquilidad, pero en el cuarto de Kelly un infierno espeluznante se desataba en la mente de la niña. Tenía los ojos tan abiertos sin dejar de ver a la muñeca, la oscuridad hacía que se le dibujaran caras extrañas a la muñeca, luego de un rato de observación constante, la muñeca movió su cabeza y dirigió su vista a Kelly y con voz suave le dijo:

-Quiero dormir a tu lado.

Kelly asintió con la cabeza y se levantó para tomarla, se acostó en la cama con la muñeca a su lado y la muñeca le dijo:

-Por favor, abrazame.

Kelly obedeció por temor a la muñeca y la abrazó, pudo sentir un corazón palpitante en el pecho de la muñeca, un miedo escalofriante se apoderó de ella y sintió el más profundo horror que en su vida había experimentado, ¡La muñeca esta viva! Dicho esto se durmió quién sabe como y Mary Anne sonreía a su lado...

Lupe preparaba una tostada con mermelada y la sirvió en un plato junto los huevos revueltos con tocino, Martha tomaba su café y Arturo leía el periódico, Kelly bajó con la muñeca en sus brazos y la sentó a su lado, Martha se quedó atónita y Arturo dejó de leer, se miraron el uno al otro confundidos y Lupe casi deja caer el plato aterrada por lo que acababa de ver.

Kelly tenía cara de sueño, sus ojeras estaban aún más marcadas, agachó la cabeza y comenzó a comer haciendo bocados pequeños, finalmente Arturo rompió el silencio.

-Hija ¿Que haces con esa muñeca? ¿No crees que ya estas muy grande como para jugar con muñecas?

Kelly levantó la mirada a su padre y forzó una sonrisa.

-No papá, hay niñas de mi edad que aún juegan con muñecas, además Mary Anne es mi mejor amiga.

-Esta bien cariño pero espero que reflexiones y entiendas que ya no eres una pequeña niña.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora