Yo te cuidaré.

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La casa de los Hamilton, se volvió la casa de los horrores, a todos les daba miedo cruzarse tan siquiera por ahí, decían que se escuchaban muchos ruidos además de la mala fama que tenía gracias a Kelly, Gertrudis sabía muy bien quien era la que hacía esos ruidos, pero no le interesó más acercarse de nuevo, no quería pasar otra horrible semana sin poder salir, era terrible, así que prefirió obedecer a su madre y cuando pudo salir nisiquiera se asomó por las ventanas de la casa...

Una familia nueva se mudó a esa casa, era una pareja de recién casados, habían comprado la casa y pasaron todo el fin de semana limpiando la casa, la curiosidad de Gertrudis le hacía ver obsesivamente por las ventanas para ver si los vecinos nuevos se encontraban con la muñeca, definitivamente esa pareja no querría tener a una muñeca en su casa si no tenían niños pequeños, así que se mantuvo a la expectativa y esperando.

Regresaba de jugar un rato cerca del parque cuando pasó por la ex casa de los Hamilton, fue de verdad una sorpresa ver como tiraban algunas de las viejas pertenencias de la familia, y para mayor sorpresa vio en el basurero a la muñeca, se conmovió un poco y la llevó con ella a su casa, tal vez era una idea estúpida pero Kelly le había dado esta muñeca y no tenía que ser tan mal agradecida.

La limpió un poco puesto que estaba llena de polvo, le cepillo el cabello y la puso cerca de la ventana, se sintió apenada por la muñeca y se fue a cenar.

De noche, Gertrudis esperaba a que de algún momento a otro, la muñeca cobrara vida y se saliera por la ventana, así que estaba entre dormida y despierta esperando a que pueda suceder.

Casi lograba dormirse cuando sintió que algo subía lentamente a su cama, probablemente se trataba de Bruno, su querido perro maltés, pero al acercar su mano al perro tocó el cabello largo y lacio de la muñeca, se levantó y la muñeca estaba sentada en su cama observandola con esa mirada de miedo y dulzura.

-Eh... Hola...

-Hola.

-Yo te recogí de la basura, unos nuevos vecinos se han mudado a la casa, así que ya no puedes ir ahí.

-Si, entiendo...

-Kelly te dejó conmigo, no se porque razón lo hizo pero yo te cuidaré, seré tu nueva amiga, Kelly no volverá más.

-Yo quiero a Kelly, Kelly es mía.

-No, ella se fue.

La cara de la muñeca se llenaba de furia y Gertrudis estaba comenzando a asustarse, escuchaba como la muñeca respiraba aceleradamente, como si fuera un toro salvaje, comenzó a mantener distancia y luego la respiración de la muñeca no se escuchó más...

-Ahora tú y yo seremos las mejores amigas por siempre...

Las palabras de la muñeca, perturbaron a Gertrudis, ella no querría vivir el resto de su vida con una muñeca parlante que además daba mucho miedo.

-Eh... Si... Seguro... ¿Y como te llamas?

-Tú me pondrás mi nuevo nombre.

-Emmm... ¿Que te parece, Poly?

-Bueno, entonces ahora juguemos.

-Es la una de la mañana y tengo sueño, mañana hay escuela.

-¿Por favor, juega conmigo?

-Esta bien, nada más un rato, ¿Que quieres jugar?

-¿Tienes mesa de té?

-No

-Bueno, vamos a improvisar, quiero jugar al té.

-De acuerdo, iré a encender la luz.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora