Nuevos Vecinos

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Gertrudis terminaba de cocer el vestido que había hecho, terminó de hacer la última puntada mientras que veía sus ahora arrugados dedos, dobló el vestido y lo guardo con los demás, se levantó tambaleante apoyada de los muebles, sus viejos y cansados pasos ahora eran tan frágiles.

Se dedicaba a hacer vestidos, Mike le había comprado una máquina de cocer y hacía lindos vestidos para niñas, eran vestidos que parecían de muñeca, Gertrudis los hacía y los vendía a las tiendas de ropa, aunque no necesitaba el dinero, para ella era hermoso ver a las niñas con sus vestidos muy contentas y felices, lo irónico es que ella jamás usó un vestido, nunca le gustaron.

Tenía ahora 73 años, se sentó al lado del ya jubilado Mike quién le dejó a su cargo la empresa a uno de sus sobrinos, un joven empresario que tenía un espíritu emprendedor y que ahora tenía ideas nuevas y frescas para la empresa, ahora Mike dedicaba su tiempo a su querida esposa aunque ahora ya estaban demasiado viejos y cansados. Las personas se pasan toda la vida trabajando como burros y luego se dan cuenta que ya están viejos y ahora que tienen todo el tiempo para disfrutar, simple y sencillamente no pueden, que contrariedad.

Mike ahora siempre estaba enfermo, desde asma hasta la diabetes que había desarrollado, era difícil para Gertrudis verlo en cama casi derrumbado, pero ella estaba siempre cuidandolo y velando por él.

Un día mientras Gertrudis regaba el jardín de enfrente, vio un camión de mudanza estacionarse justo a la par de su casa, luego de un pequeño auto rojo, salió una adorable pareja joven, el hombre era alto, cabello castaño y tenía un bigote que lo hacía ver distinguido, la mujer era algo bajita con su cabello negro y sus ojos azules, eran una pareja hermosa y no dejaban de sonreír, el hombre cargo a su esposa en sus brazos y así entraron a la casa, una mezcla de sentimientos hicieron que Gertrudis casi llorara, le recordó tanto a ella y a Mike cuando eran una hermosa pareja joven y vibrante.

Al día siguiente no pudo evitar ir a visitarlos para darles la bienvenida, Mike se encontraba indispuesto recuperándose de un resfriado, entonces Gertrudis tocó la puerta y la mujer salió y la recibió con una hermosa sonrisa.

-Hola mucho gusto, soy Gertrudis su vecina de al lado.

-Mucho gusto, yo me llamo Verónica.

-Venía a darles la bienvenida y les traje esta botella de vino.

-Muchas gracias, pasa aún estamos desempacando, perdona el desorden.

-No hay problema, gracias.

-Richard, tenemos visita.

-Hola mucho gusto.

-Richard, así se llama mi hermano, mucho gusto soy Gertrudis la vecina de al lado.

-Que gusto conocerla doña, que lindo nombre tiene su hermano.

-Jajaja gracias.

-Sientese y hablenos del vecindario, ¿Cuánto tiempo tiene de vivir aquí?

-53 años.

-¡Wow! Es mucho tiempo, dijo Verónica sorprendida mientras se sentaba al lado de su esposo.

-Si, es bastante.

¡Wow! Pensó Gertrudis, Poly ha estado encerrada tanto tiempo...

Se pusieron a platicar y se hicieron buenos amigos, esta pareja tan joven hacía sentir mejor a Gertrudis y con energía, era como si le contagiaran su joven espíritu.

-Es un hermoso vecindario, por ahora ya tenemos la casa ahora sólo falta buscar un trabajo.

-¿En que se especializa usted? Preguntó Gertrudis.

¡Maldita Muñeca! #Wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora