Capitulo 9

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Sonó la alarma, desperté y me senté en la cama, en ese instante una fuerte punzada en mi cabeza hizo que se me erizara la piel, y me volví a recostar. En mi habitación no tenía ninguna pastilla para el dolor, y tampoco podía gritar porque el dolor era mucho peor, solo debía esperar.

Al pasar de un rato, mi padre entro preocupado, me vio recostada y de inmediato se fue por medicina; llego con dos acetaminofén y un vaso de agua, con cualquier movimiento mi cabeza se sentía como si fuera a estallar, por lo que no pude ir a la universidad.

Me quede en cama el resto de la mañana, esperando a que las acetaminofén hicieran efecto.

Narra Harry

Llegue más temprano de lo normal a la universidad con esperanza a encontrarme con Sofía, en mi interior estaba esa necesidad de querer arreglar todo con ella, aunque no había nada que arreglar quería dejar todo claro, lo que paso el día anterior me estaba consumiendo la cabeza.

"Haz de cuenta que no sucedió... Haz de cuenta que no sucedió..."

Sus palabras me dolían, sus palabras me dolieron como si una espada fuera clavada en el pecho, moría por besarla, y si en ese momento, en la biblioteca, su hermano no hubiera interrumpido, hubiera sido la mejor cosa que me podía pasar.

Me hice en unas escaleras donde perfectamente la podía ver, estaba al frente su casillero. Pero, pasaban los minutos y no la veía, pensé en que tal vez pudo cambiar de casillero, pero era imposible.

-Thompson, ¿Estás bien?

Bradley toco mi hombro, sobresaltándome, desvíe la mirada del casillero para mirarlo a él que me miraba divertido.

-¿Estás bien?- repitió.

No, no estoy bien.

-Sí, solo que anoche no dormí bien.

-Te ves preocupado- se sentó a mi lado.

-Estoy bien- dije con brusquedad.

-Ya tranquilo Thompson.
No dije una sola palabra, de nuevo mi mirada se dirigió al casillero, estaba
esperando y esperando, y no la veía, no aparecía, pasaban muchas chicas
haciéndome ojitos, mirándome de arriba abajo seduciéndome, pero no podía, no.
Mi mente estaba en otra cosa y en otra persona, sorpresivamente era así, mi mente estaba en Sofía.

Llegó su hermano, pasó por el pasillo, saludo a todos evitando a Cox, me miró y me fulminó, lo ignore completamente, no quería lidiar con él. Y de nuevo estaba pendiente de ese casillero, no aparecía, de nuevo me replantee la idea de si se había cambiado de casillero.
Sonó la campana, y nunca apareció, al igual, tenía todo el día para buscarla, y teníamos un trabajo juntos, la esperanza aún no se había ido.

Pasaron las horas, se acabó la primera hora, una clase extensa, salí a la cafetería por un café y me dirige a las escaleras de nuevo, mi vista estaba de nuevo fijada en el casillero, me preguntaba dónde se habrá metido, si habrá venido, si me habrá cambiado de casillero, si estará bien...

Y entonces, de repente mi mente se iluminó.

Terminaron las clases, todos los del equipo se iban para la casa de Cox, a beber y esas cosas, iban a ir chicas muy lindas, con cuerpos qué, diablos quería tener,pero tenía que hacer algo, no iba a dejar a Sofía sola.

Llegué a la biblioteca esperando a que ella estuviera ahí, y no, espere, y nunca llegó. Era momento de hacer lo que pensé en hacer.

Salí de la biblioteca y acto seguido de la universidad, recordé dónde vivía el capitán,tomé el auto y me dirige a su casa. Toque dos veces la puerta, a los segundos se escuchó como empezaban a abrir la puerta, de esta salió un hombre alto, con cabello negro y ojos castaños, iguales a los de Sofía... Era su padre.

-¿Si?- dijo expectante.

-Buenas tardes- mi voz temblaba- ¿Se encuentra Sofía?
-Sí, pero está enferma.

Con que hoy no fue a la universidad porque estaba enferma.

-¿Puedo visitarla?

-Está durmiendo- dijo cambiando de postura en la puerta.

-Es que... Necesito hablar con ella.

-Será después.

"Piensa en algo. Piensa en algo. Piensa en algo... ¡Lo tengo!"

Estamos haciendo un trabajo y hay que entregarlo pronto- dije.

-¿Trabajo? ¿De qué?- levantó una ceja.

-De la universidad, ya sabe- no le iba a decir que era del director.

-Está bien...- abrió un espacio en la puerta- siga, está arriba.

-Gracias señor.

-Subiendo las escaleras, al fondo, la puerta que está a la izquierda.

Subí las escaleras y caminé por el pasillo, luego, al fondo, vi una puerta blanca en el lado izquierdo, supuse que esa era, me acerque y toque suavemente en ella, y del otro lado, se escuchó un "Pasé" muy suave, la voz suave de ella.

Abrí lentamente y la vi acostada, dando la espalda a la puerta, su cuerpo se elevaba lentamente por su respiración que parecía ser un poco fuerte. Entre y cerré la puerta

suavemente, me acerque y en cada paso que daba en mi cara se situaba una sonrisa, su habitación olía como ella, tenía un aroma dulce y fresco, todo estaba organizando y en su lugar.

En una silla se encontraba la ropa que llevaba el día anterior, un recuerdo paso por mi mente. Yo, aprisionando la en la pared, teniendo la, tocando la, muy, muy cerca de mí, su respiración mezclándose con la mí. Necesitaba tenerla.

Ella dio un giro en la cama y se sentó mirándome extrañada, yo me quedé de pie, observando cada fracción de su rostro, observando su cabello alborotado, su nariz un poco roja, y en sus mejillas empezaba a aparecer un tono rosa lindísimo, se veía

preciosa incluso en esa situación.

-¿Qué estás haciendo aquí?- pregunto.

-Hoy no te vi en la universidad, y tenemos que continuar con el trabajo.

-Si lo siento, estuve un poco mal, y no pude ir- bajo la vista a sus dedos.

-No te preocupes por eso- Dios es una mujer hermosa- por eso estoy aquí.

-¿Qué?- levantó de nuevo la vista hacia mí.

-Estuve preocupado de que no fueras y no verte en la biblioteca, quería asegurarme de que estabas bien- dije sin rodeo mirando esos hermosos ojos castaños que me estaban volviendo loco. No dijo nada. Solo me seguía mirando, ese rosa en sus mejillas se había encendido un poco más, una pequeña o se formó en su boca.

Sus labios estaban bien marcados, los recordaba así, y entonces, de nuevo
apareció dentro de mi esa sensación de querer besarla, me acerque a paso lento hacía ella, llegué a su cama, puse una rodilla en ella, tomé su carita con una de mi manos y me fui acercando a su boca, sentí su respiración acelerada ya muy cerca de mí, y sin darle tiempo de reaccionar, junte mis labios con los suyos.

TouchdownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora