capitulo 27

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Camine con gran rapidez todos los pasillos esperando poder verla, o encontramos, pase por su casillero y no había nadie, ya empezaba a desesperarme cuando recordé el lugar al cual la había llevado una vez, aquí, dentro de la universidad.
Corrí rápidamente hacia allá, y efectivamente, ella estaba ahí, caminando, dirigiéndose a ese árbol, al árbol donde una vez la tuve en mis brazos, si ESE árbol, la veía dar pequeños pasos, muy delicados, sus brazos a ambos costados
de su cuerpo y su cabeza baja, y sin pensarlo los veces.

-¡Sofía! ¡Espera!

Se detuvo un momento y en un movimiento rápido cubrió su cuerpo con sus brazos, estaba destrozada y yo era el culpable de todo lo que le sucedía.

-Sofía… Por favor espera.

Continúo su camino, sentí que los palabras estaban siendo lanzadas al aire, y si me lo merecía, sabía que esto podía pasar, pero por más de que me doliera, no me iba a rendir tan fácil, la quería recuperar, y la iba a recuperar.

-Po-por favor espera- por instinto y por evitar de que siguiera caminando le sostuve suavemente el brazo.
Ella se detuvo, pero no volteo su cara, ni levantó la cabeza, solo se quedó en silencio, y a pesar de todo, podía sentir y escuchar su respiración, estaba agitada, respiraba con un poco de fuerza y como si le costará.

-Te necesito…

Sostuve unos segundos más su brazo, hasta que ya la solté, pensé que tal vez si iba al árbol, se acordará de nosotros juntos y podría ser más sencillo, o por lo menos me podría escuchar.

Continúo su camino hasta el árbol, y yo caminaba detrás de ella, siguiendo cada uno de ellos. Se sentó debajo de ESE árbol sin aún levantar la cabeza, opté también por sentarme al lado de ella, así que eso hice, no muy cerca, pero si a una distancia considerable.
Mire al cielo, y por pequeños lapsos de tiempo la miraba a ella, tenía lágrimas en sus mejillas, su mirada estaba perdida, su respiración acelerada. Pasaron unos cuantos minutos así, estuve pensando en millones de maneras de cómo romper aquel para nada incómodo pero si doloroso silencio, nada se ocurría, pero luego la mire a ella y note que muchas más lágrimas adornaban su bello rostro, mis ojos
de nuevo se cristalizaron, no podía ser cierto que estaba así de mal, por mi culpa, por mi maldita culpa. Por protegerla.

Sofía… Por favor…- decidí romper el silencio, pero la voz se me cortó - necesito que me escuches…

Noté como su cuerpo se tenso a lo que dije, apretó con mucha fuerza sus manos, no sabía si quería o no escucharme, pero lo iba a intentar, al menos quería internarlo.

-Lo que escuchaste, aquello que escuchaste fue un error, yo…- me detuve un momento pensando en mis palabras- yo… quería protegerte, quería proteger lo que teníamos, no quería que tú hermano se interpusiera entre nosotros así que mentí, mentí en cada una de las palabras que le dije, yo no…

-No puedo lo siento- me interrumpió.
Sofía se puso de pie, agarró su mochila y sin decir más salió rápidamente del lugar. En ese instante mi corazón se detuvo, vi sus mejillas llenas de lágrimas, y pálidas, no con el bonito color carmín que solía tener cuando me miraba; sus ojos llenos de dolor y tristeza. En ese instante supe que todo lo había jodido, pero sobretodo la había jodido a ella.
Me levanté, y caminé hacia la cafetería encontrándome de nuevo con Luke, quien me miró con tristeza, acto seguido extendió si mano y la abrió, en ellas había una llave, yo lo mire confundido, este sonrió, agarró una de mis manos y depósito la llave en ella.

-Ve tras ella, sabes dónde queda la casa, y está es la llave, habla con ella.

¡Mierda Thompson, habla con ella!- y una lágrima salió de sus ojos- Recupérala.

Sonreí de lado, apreté con todas mis fuerzas la llave, y salí corriendo de la universidad en camino a la casa de Sofía. En realidad estaba jugando con la suerte, no sabía si ella estaba en casa o no, o si quería o no verme, o sencillamente ella podría sacarme de su casa, pero como ya dije, debía intentarlo.
Continúe corriendo, y aunque ya sentía que mis piernas no daban, continuaba, por ella. Casi llegando, la vi, caminando a paso lento y podría decirse que calmado.
Me detuve y la empecé a seguir manteniendo una distancia bastante lejana para que no me notará, pero no lo suficiente como para no verla. Se acercó a la puerta y con un poco de torpeza que me hizo sonreír, abrió la puerta y seguido cerrándola al entrar, espere unos segundos y caminé hasta ella, la abrí muy silenciosamente y entre a la casa, escuché pasos en el pasillo del segundo piso y comencé a subir
las escaleras en silencio.
Llegué al piso de arriba y en ese instante un grito proveniente de ella me desgarro el alma, y muchos más seguidos de ese, estaba totalmente destrozada, y yo era el causante de ello, me sentía jodidamente terrible, yo era el que ocasionó tanto
dolor en un ser tan lindo como lo era Sofía, el corazón se me partió en muchos
más pedazos, mi mundo se derrumbó, ella de derrumbó, sus gritos tan
desesperados y llenos de dolor me lo hicieron entender.
Me senté en el borde de la puerta y las lágrimas salían tan solo esperando a que ella se calmará, cuando no escuché un solo grito más, me levanté y me apoye en el marco de la puerta, observándola, se acomodo en una posición donde se veía muy tierna y luego me miró.

-Por favor…- dije apresuradamente.
Ella deshizo su posición y se recostó en la cama, dando la espalda a la puerta, dándome la espalda, moría por rodearla con mis brazos y por abrazarla, pero debía contenerme.

-Escúchame…

TouchdownWhere stories live. Discover now