Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa

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Sábado 6 de Enero, 1973

Peter, James y Remus llegaron prontamente a King Cross para volver a Hogwarts el Sábado anterior al comienzo del segundo término. Miraron a su alrededor buscando a su cuarto amigo, pero no Sirius no estaba allí — y tampoco Regulus. Mientras el tren dejaba la plataforma, James fue en busca de alguien para preguntar. Volvió con las manos encima de su nariz donde un enorme furúnculo se empezaba a formar.

—Narcissa dijo que no es nada de mi incumbencia. —explicó, sentándose pesadamente.

—Tal vez usarán la red flu, —sugirió Peter, —tal vez su mamá no confiaba en él para subirse al tren con nosotros.

—Tal vez. —James miró fuera de la ventana, frotando su dolorosa nariz. Remus nunca lo había visto tan infeliz. James había estado extrañando a Sirius más que cualquier otro, y había estado tan emocionado a la posibilidad de verlo una vez que llegaran a Londres. Remus y Peter hicieron lo mejor que pudieron tratando de animarlo, pero fue como si hubiera perdido su brazo derecho.

Antes de irse, el Sr y la Sra Potter dijeron que verían que podían hacer para que Remus se quedara con ellos durante el verano también, y él les agradeció profundamente. Aunque era poco probable, entonces no elevó sus expectativas. De hecho, intentó ser agradecido de que volvería a la escuela en unos pocos meses con sus amigos. La mayoría, por lo menos.

Sirius no estaba en ninguna parte en la cena esa tarde, tampoco apareció cuando se estaban preparando para dormir. James y Remus habían traído sus regalos de Navidad de vuelta, y los habían apilado encima de su almohada, todavía envueltos en papel brillante y cinta. Tres de estos paquetes eran de Andromeda, y Remus sabía que eran álbumes. Sirius había pedido por absolutamente todo lo que pudiera encontrar de David Bowie.

Domingo 7 de Enero, 1973

En la mañana del domingo, la cama seguía vacía, y los tres merodeadores se sentaron alrededor tratando de distraerse haciendo sus deberes. Remus había terminado y tomó la oportunidad para empezar a leer sus libros navideños, ahora que podía invocar su hechizo de lectura una vez más. James empezó a dar vueltas por la habitación, luego fue a preguntarle a McGonagall dónde estaba Sirius (ella no sabía) e incluso intentó preguntarle a Narcissa una segunda vez (ella lo maldijo de nuevo). Finalmente, fue a la pista de quidditch a dar un par de vueltas en su escoba.

Peter fue con él, con una caja de galletas para mordisquear mientras lo miraba. Remus se quedó dentro del castillo donde estaba cálido; leyendo, o por lo menos fingiendo que lo hacía. Ahora que estaba finalmente solo, empezó a pensar sobre las cosas que Darius, el amigo del Sr Potter, había dicho sobre su padre, dando vueltas a la nueva información por su mente como una moneda. Su padre era buen duelista — había escuchado eso antes. Lyall Lupin obviamente tenía un temperamento también — esto era nuevo, y una cosa peculiar que descubrió, después de tanto tiempo sin saber nada. Por la primera vez, Remus consideró que sus arranques de ira podrían no tener que ver con su condición. ¿Y quién era Greyback? El nombre por sí mismo le hacía sentir caliente e incómodo. Deseó más que nunca que James y Peter no hubieran estado ahí para oírlo todo.

Remus se sentó junto a la ventana en la torre de Gryffindor, su libro descansaba en su regazo, mirando al vacío y tratando de hacer sentido del puzzle el cual no tenía todas las piezas para completar. Ocasionalmente su mirada vagaba fuera de la ventana para observar a James actuando incluso más temerario que de costumbre.

— ¿¡A qué demonios está jugando!? —Una voz chilló sobre el hombro de Remus. Era Lily Evans. Estaba dando sorbos a una taza de té, mirando a James en su escoba.

—Energía nerviosa, —Remus se encogió de hombros, sin voltear para mirarla. La luz de la ventana se posaría en sus facciones, acentuándolas, y su cicatriz — aunque ya no estaba roja y enojada — aún se notaba mucho.

All the young dudes - españolWhere stories live. Discover now