Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade

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Sábado 15 de Septiembre, 1973

—Empaca tu capa, James.

—¿Por qué?

—Uno nunca sabe, ¿o sí?

—Bien, pero dudo que la usemos.

—No olvides que me debes un galeón por esa apuesta.

—No lo olvido, —respondió James, pacientemente,  —solo relájate por un minuto, ¿quieres?

—Nunca. —Sirius sonrió de vuelta, — ¿no te das cuenta que es lo más emocionante que he tenido en meses? Ni siquiera tuve permitido ir al Callejón Diagon este verano.

—Tuviste más eventos que yo, —respondió James, resentido, —Por lo menos tuviste todo ese drama del despose. Mi familia es tan aburrida.

—Cállate, Potter, tu familia es increíble y lo sabes. Yo definitivamente tuve el peor verano.

—Yo la pasé bien en Francia. —dijo Peter, pero nadie le prestó mucha atención.

—¿Qué hay de ti, Moony? —preguntó James, mientras se encaminaban por las escaleras hacia la sala común. Una pandilla de emocionados estudiantes de tercer año estaba esperando, listos para su primer viaje a la aldea. Estaban siendo observados por otros estudiantes mayores con una profunda sensación de nostalgia.

— ¿Qué hay de mí? —preguntó Remus, reprimiendo flashbacks del verano, el recuerdo de escurrirse a través de la pequeña ventana de un baño y aterrizar fuertemente en las baldosas con sus rodillas.

— ¿Cómo estuvo tu verano? No nos has contado nada.

—No hay nada que contar. —dijo Remus. —Más aburrido que el de ustedes dos—sin magia. Solo leí.

—Bueno ustedes vendrán conmigo para Navidad. —dijo James, animadamente. Mientras empezaban a salir de la sala común y caminando hacia la entrada frontal. —Igual que el año pasado, ¿sí? La luna cae el diez de Diciembre, entonces no tendremos que preocuparnos por eso.

Remus quedó boquiabierto,

— ¿Cómo sabes cuándo es?—ni siquiera había visto el calendario tan adelante.

—Te lo dijimos, estábamos aburridos en el verano, —Sirius le golpeó con el codo, —lo buscamos, para los siguientes años.

—Pero… ¿¡por qué!? —Remus estaba debatiéndose si sentirse muy conmovido o de alguna forma violado. No era algo de lo que ellos deberían preocuparse. Era su propio problema privado, y siempre lo ha sido.

—Es como quidditch. —dijo James — siempre que algo era importante para él lo comparaba con quidditch —Tienes que saber las debilidades de tu equipo para poder trabajar sus fortalezas.

—Si tú lo dices. —respondió Remus, tristemente, sin querer hablar más sobre el tema. Había deseado que una vez que supieran sobre tu condición no habría más investigaciones a sus espaldas. Que solo podrían seguir con las cosas de la forma que prefería — que era ignorar completamente el problema.

El inconveniente era, que nada era privado cuando se trataba de James y Sirius — se entrometían en tu vida entera. Remus aún no estaba acostumbrado — por más que lo intentara, había algunas cosas que nunca le gustaría compartir. Era perfecto si eras James, y tuvieras padres abiertos que te hablaban y escuchaban en respuesta. O Sirius, quien era tan extrovertido y casi completamente desvergonzado.

—Miren quien es, —Sirius empujó a James, apuntando a una oscura figura esperando en la entrada. Lily empujó a los merodeadores mientras iba a encontrarse con él. Snape.

All the young dudes - españolWhere stories live. Discover now