Capitulo 55: Tercer año: Greyback

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Viernes 28 de Junio, 1974

Como era de esperarse, Sirius consiguió notas obscenamente altas en todo, a excepción de Astronomía, sin siquiera levantar un dedo para estudiar. A estas alturas, Remus no estaba seguro si Sirius genuinamente tenía un extraño don sangre pura, si solo era un genio no reconocido. A Remus de todas formas no le importaba — él mismo fue el mejor en Cuidado de Criaturas Mágicas, Runas e Historia de la Magia — el segundo en Aritmancia, después de Sirius.

— ¡Muy bien hecho, niño! —Ferox le dio una palmada en la espalda al desayuno, la mañana después de que llegaron los resultados. —Mi mejor estudiante.

—Gracias profesor, —Remus sonrió, sintiéndose mareado de deleite.

—Tengo unos libros que puede que te gusten para prestártelos por el verano—pasa por mi oficina antes de irte, ¿eh?

— ¡Mascota del profesor! —lo molestó Sirius, mientras el hombre alto y jovial se alejaba silbando un tono alegre. Remus no respondió — estaba muy complacido consigo mismo.

—No puedo creer que ahora es hasta cuarto año. —Dijo James, limpiando sus lentes en su túnica.

— ¿Tienes que seguir recordándomelo? —gimió Sirius, dejando caer su chuchillo y tenedor.

—Hay mucho que hacer por el verano, —respondió James, —se pasará volando.

— ¿Qué van a hacer durante el verano? —preguntó Remus, sospechosamente.

—Planear las bromas para el próximo año, obviamente, —dijo Sirius, un poco muy rápido. —Tenemos que mantenernos sobre la curva, Remu mi amigo, tenemos una reputación que mantener.

Era el último día oficial del término, entonces Remus decidió ignorar el hecho de que esta era claramente una mentira. Tenía todo el verano para ser paranoico sobre los demás dejándolo fuera; no había necesidad de preocuparse aún.

Después del desayuno, quería ir derecho a ver al Profesor Ferox, pero pensó que eso podría ser un poco muy ansioso — además, los otros tres claramente querrían ir con él, y Remus no podría soportar la idea de Ferox conociendo a Sirius y James. Sin duda estaría encantado por su carisma natural, y preguntándose por qué había pensado que Remus era especial.

El cuarteto fue hacia arriba y empacó — más bien, James, Remus y Peter empacaron. Sirius alardeó alrededor de la habitación tratando de distraerlos, enviando libros y ropa a volar, encendiendo y apagando su tocadiscos.

—Va a pasar quieras o no, —James lo reprendió, manos en sus caderas haciendo una muy buena imitación de su madre.

—Tú lo harás por mí, como el año pasado. —respondió Sirius, de pie en su cama e intentando hacer flexiones colgándose del marco. Las viejas vigas de madera crujieron.

Remus cerró su propio maletero. Su esquina de la habitación se veía bastante vacía sin el caos usual de libros, papeles, plumas y ropa esparcida alrededor. Fue hacia el tocadiscos para tener una última mirada a sus álbumes favoritos. Los veranos eran tan silenciosos, sin la música de Sirius. Matrona solo le gustaba tener la radio una vez a la semana — para el Radio 3 Choral Evensong.

—Moony, —dijo James repentinamente, —¿No tienes que ir a ver a Madam Pomfrey?

—Eh…sí, pero no ahora… —Remus levantó la mirada, sorprendido.

—Bueno, quiero decir que si terminaste de empacar, será mejor que vayas, ¿cierto? Cuando termine las cosas de Sirius iba a sugerir que fuéramos a dar una vuelta con nuestras escobas, tú odias volar así que…

All the young dudes - españolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora