PARTE 78

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Despertar con dos llantos agudos era algo que Lan Wangji y Wei Wuxian sabían que se tenían que acostumbrar. Pero que uno llorara y otro gritara hizo que ambos se aterraran.

Lan Wangji se movió rápido para revisar a A-Yi quien era el que más lloraba y gritaba.

—¿Qué le pasa? Preguntó Wei Wuxian con voz perezosa.

Lan Wangji lo revisó y notó que necesitaba un cambio de pañales.

—Cambio de pañal.

El Jade lo hizo con mucha práctica y pronto el pequeño dejó de gritar. A-Yuan también necesitaba un cambio de pañal, pero a diferencia de su hermano, no era tan escandaloso. Wei Wuxian se sentía demasiado cansado para ayudar, por lo que sólo sostuvo a su pequeño A-Yi limpio, aunque algo lloroso.

Una enfermera los asistió y fue por dos biberones más.

—Lan Zhan lo siento, no puedo ayudarte por ahora. Me duele todo.

Lan Wangji terminó de cambiar a A-Yuan y sosteniendolo contra su pecho se acercó a Wei Wuxian.

—Wei Ying debe descansar, yo puedo ocuparme de esto.

Wei Wuxian le dio una sonrisa.

—Son igual a ti Lan Zhan...

Lan Wangji vio a sus hijos.

—Igual de bellos que Wei Ying.

Wei Wuxian alzó una mano y atrapó el rostro de Lan Wangji.

—Nos salieron muy bonitos, dijo con una sonrisa de suficiencia. —Realmente somos muy buenos, y como no, los hicimos con muchas ganas y gran esfuerzo, Lan Ergege, realmente somos demasiado.

—¡Wei Ying!

Wei Wuxian empezó a reírse suavemente.
—Te amo.

—Y yo a ti, a ustedes. Lan Wangji besó a su esposo quien acostado sostenía a A-Yi.

Los mellizos ni siquiera se quejaron cuando fueron brevemente prensados por sus padres.

—Lan Zhan, ¿recuerdas cuando dije que podríamos hacer más?

Lan Wangji asintió. —No ahora.

—¡Claro que no!

—En dos meses.

Wei Wuxian abrió la boca. —Esperemos diez años.

Lan Wangji le dio otro beso. —Esperaré el tiempo que Wei Ying quiera.

—Eso no quiere decir que dejaremos nuestras actividades, ya sabes en dos meses. Wei Wuxian le guiño en ojo.

Lan Wangji solo dio un pequeño bufido.

Una breve discusión se escuchó en la entrada de la enfermería.

—Pero joven maestro Jiang...

—Lo lamento mucho. La voz era de Lan Xichen.

—A-Cheng no podemos entrar solo así.

—¿Shijie? Preguntó Wei Wuxian.

Lan Wangji sabía que eso pasaría. Por lo que se acercó a puerta con A-Yuan en brazos.

Al abrirla encontró a Jiang Cheng sosteniendo los biberones, a Lan Xichen haciendo una reverencia a la enferma y a Jiang Yanli deteniendo a su impulsivo hermano.

Lan Wangji se hizo a un lado.

—Entren.

Los tres entraron con rapidez y en escondidas.

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