PARTE 79

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Cangse Sanren se acercó a Wei Wuxian ocupando el lugar que Lan Wangji había dejado.

—¿Como te sientes?

—Bien en general, pero algo cansado.

La mujer vio a sus nietos, su primer pensamiento fue que ninguno se veía como Wei Wuxian cuando era un recién nacido, demasiado Lan a su punto de vista.

No quiso tocar a los bebés al ver la pulseras en sus muñecas, así que su atención se centró en su hijo.

La mujer hablaba con él joven de manera amena, pero era reacia a tocar a los niños.

—A-Ying, tengo miedo de lastimarlos.

Wei Wuxian lo entendió, más cuando Qingheng-jun no le quitaba la mirada de encima.

La tensión entre Lan Wangji y Cangse Sanren era evidente, pero el Jade había optado por permanecer al margen de la relación madre e hijo.

—A-Yin estaré siempre cerca, más cuando el segundo maestro Lan te deje.

Lan Qiren y Lan Wangji vieron de inmediato a la mujer.

—¿Dejarme? Lan Zhan no lo haría. Respondió.

—Bueno, escuché que se debe de ir a las montañas con los inmortales.

Wei Wuxian vio a Lan Wangji esperando una explicación.

—Una vez se va con los inmortales se obtiene la posibilidad de cultivar hasta la inmortalidad. Deberías tener en cuenta eso hijo, tal vez ese es su destino. Considera no interponerte.

Las inseguridades de Wei Wuxian se dispararon al cielo.

Los mayores no supieron cómo actuar cuando Wei Wuxian estuvo el resto del tiempo en un silencio incómodo.

Cangse Sanren se despidió de su hijo y salió tranquilamente.

Lan Qiren habló en privado con Lan Wangji y luego se retiró.

Madam Yu y Jiang Fengmian trataron de calmar a su hijo adoptivo.

—Tú madre está mal de la cabeza. Dijo la mujer.
El líder Jiang la reprendió —Habla con tu esposo. Recomendó.

Después que se quedarán a solas Wei Wuxian lo esquivo.
—Tengo sueño.

Lan Wangji se sentó en la cama mientras sostenían a A-Yi.
—No voy a dejarlos.

Wei Wuxian lo veía con lágrimas en los ojos.
—Wei Ying, no quería hablar de eso. Ustedes son más importantes.

Wei Wuxian resoplo. —Pero, ¿si te iras entonces?

Sin mucho que hacer Lan Wangji acostó a su hijo después de darle un beso en la frente.

—Por un tiempo Voy a regresar.

Wei Wuxian sonrió con algunas lágrimas en los ojos.
—Lan Zhan, voy a esperarte. Te lo prometo.

Lan Wangji lo besó. —Mi Wei Ying.

Wei Wuxian respondió al beso y luego se recostó. — Te amo.

La salida de Wei Wuxian fue después de unos días más en la enfermería.

Aunque la instrucción había sido que ningun discípulo Lan debía comportarse fuera de las reglas. Todos rompieron cuanta regla existió para ver a los bebés.

Wei Wuxian no podía evitar reírse de la expresión seria de Lan Wangji cuando les preguntaron si tendrían más.

—Oigan, apenas dormimos con dos.

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