PARTE 84

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—Wei Ying...

Wei Wuxian se lanzó a los brazos de Lan Wangji.

—Lan Zhan, mi Lan Zhan, mi Lan Zhan...

Lan Wangji lo cargó por la cintura y entró con Wei Wuxian en sus brazos al Jingshi.

Wei Wuxian se aferraba al cuello de Lan Wangji con fuerza.

—Regresaste, regresaste mi amor, regresaste.

Lan Wangji hundió su rostro en el cuello de Wei Wuxian.

Aspiro el olor se su esposo, sintió su calidez y luego lo besó con fuerza.

Wei Wuxian respondió rápidamente al beso y fue el mejor beso que se habían dado. Inició con fuerza, con hambre del uno al otro y terminó siendo suave, casi rozando únicamente sus labios.

Lan Wangji sonrió contra los labios de Wei Wuxian.

—Regresé.

Wei Wuxian sonrió de vuelta mientras lo abrazaba y lo veía de cerca.

—Te amo Lan Zhan, te amo, nunca, nunca más quiero que pase esto. Te extrañe. Te amo. Wei Wuxian empezó a reír de alegría.

Lan Wangji lo abrazaba con toda la dulzura que podía.

—¿Cómo estás?

Lan Wangji lo mantenía pegado a él. —Bien. Estoy bien

—¿La maldición? ¿Tu cultivo?

—La maldición fue fácil de cortar, mi cultivo está estable.

Wei Wuxian lo besó nuevamente.

—Lan Zhan, estoy muy feliz. No necesito más, estas aquí mi amor.

Lan Wangji nuevamente sonrió. —Quería ver a Wei Ying, a mis hijos. A mi familia. Volé decorrido para venir hoy.

Wei Wuxian reviso a Lan Wangji y notó que estaba con bajo poder espiritual.

—¿De dónde vienes?

Lan Wangji peinó el cabello de Wei Wuxian con sus dedos. —De las montañas de los inmortales. Wei Ying te extrañé, a ti, a A-Yuan y A-Yi...

Wei Wuxian se colgó de su esposo.

—¡Lan Zhan! Estoy feliz.

Lan Wangji lo abrazó y luego camino con el en brazos.

Se acercó a la cama y vio a sus hijos dormir tranquilamente.

—Lan Zhan, tengo tanto que contarte.

—Escucharé todo.

Wei Wuxian sonrió mientra tomaba las manos del Lan entre las suyas.

Lan Wangji lo abrazaba por la espalda mientras veían a sus hijos.

Wei Wuxian se volteó y vio los ojos del Jade llorosos.

—Mi amor no llores, esta bien, estas en casa.

Lan Wangji recostó su cabeza en los hombros de Wei Wuxian.

Wei Wuxian se subió a cama y arrastró a Lan Wangji con él.

Estuvieron abrazados durante un tiempo hasta que la puerta del Jingshi fue tocada.

Lan Wangji se puso de pie, su rostro estaba húmedo y algo sonrojado.

—Voy yo. Dijo Wei Wuxian con una gran sonrisa.

Lan Wangji veía dormir a sus dos hijos.

Los encontró más grandes, sus pequeñas mejillas eran más redondas y tenían un leve tono rosa. Además se veían gorditos con sus pijamas de conejo, su corazón latió con fuerza, eran iguales a Wei Ying. A-Yuan ya no tenía ninguna marca en su cara. Uno de los peores momentos de su vida había sido cuando vio a su pequeño con sangre en el rostro. Se acercó para darles un beso en la frente a cada uno.

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