Capitulo 4

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Lo que paso aquella noche podría simplificarse a Extraño.

Cuando (nombre) vio a aquel joven desmayarse pensó que había metido la pata hasta al fondo pero bueno ¿Quién podría culparla? Era una jovencita con una curiosidad extraordinaria, pero eso sí, precavida.

Senjuro despertó de la inconciencia hasta la mañana, su cabeza dolía horrores, culpa de la caída, se había sorprendido tanto en ese momento que casi vio su alma ascender al cielo y bajar hasta la tierra, toda una montaña rusa de emociones y sentidos.

Se quedo un buen rato sentado en el piso confundido, el amuleto había parado metros más adelante y lo peor era que estaba roto, había gastado todos sus ahorros por una baratija falsa y en su inocencia aun estaba aferrado a que eso era un espíritu.

¿Su madre lo estaba castigando desde el cielo?, pensó

Tal vez aquella vez de pequeño cuando había jugado con la harina haciendo un desorden en la cocina la hizo enojar, después de todo la cocina es un lugar pulcro para las madres; Pero por otro lado si lo iban a castigar por lo menos hubiera enviado un fantasma a molestar a su padre para que dejara el alcohol, pero ¿A él? ¿Al tierno e inocente Senjuro? Era un niño bien en palabras de su hermano y no estaba mas alejado de la verdad.

El rubio se levantó, su mirada vio la grieta notando la oscuridad en esta, en seguida pudo sentir un escalofrió en su espalda.

- ¡Senjuro! – escucho a su padre lo llamándolo desde la otra habitación, se levantó a prisas a ver que era lo que necesitaba.

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El sonido de las manijas de aquel reloj de cuerdas era lo único que se escuchaba en aquella sala de la psicóloga institucional.

-Entonces – aquella mujer la miraba poca convencida como si (nombre) estuviera loca (algo poco profesional de su parte) – Me dices que, viste una alucinación que parecía real...interesante – escribió en su libreta - ¿Que medicamentos tomas? – la joven miro hacia arriba recordando aquellos nombres de fármacos extraños, pero ninguno se le venían a la cabeza.

-No se – dijo fría haciendo que la psicóloga solo bufara

Ahorita mismo se estaba arrepintiendo de irse con la psicóloga de la escuela, ¿En que estaba pensando? Había reaccionado calmada y tranquila debido al shock, pero aun así esa sensación extraña de que algo iba mal con su cabeza no se iba.

-Uhm...mira no se talvez son los medicamentos que tengan un efecto secundario, si te pasa otra vez dile a tu mami que te lleve a un psiquiatra ¿bien? - aquella mujer se levanto estresada de su asiento y abrió la puerta del consultorio – Si tienes alguna duda puedes venir – su rostro no concordaba con sus palabras, parecía aburrida de la vida.

"Pinche sistema estudiantil retrograda" – pensó mientras se despedía tan inocentemente de la mujer

Y ahora ¿A dónde ir? No quería ingresar a clases

Saco su teléfono y vio la hora, a estas horas se les permitían a algunas personas que estuvieran en clubes ir a sus respectivas actividades debido a que se acercaba el tiempo de la salida.

¿Iría otra vez con aquel extraño grupo?

Claro que sí, eran más eficientes que una "licenciada" en psicología

Camino campante por los pasillos, cada que algún maestro la veía y preguntaba porque no estaba en clase tenia su excusa maravillosa de "voy a la enfermería" y nadie podía negarle porque pobrecita está enferma del corazón.

Two Souls  (Senjuro x Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora