Capítulo 4

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'Sé que cruzarme con él fue obra del destino, no tengo dudas. Él llegó a mi vida para enseñarme muchas cosas, para despertar sentimientos que hasta el momento estaban dormidos y para hacerme crecer como persona.'

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Las caras de sus padres se llenaron aún más de confusión cuando los vieron entrar a los dos juntos, bromeando y riéndose.

- ¿Desde cuándo os lleváis tan bien? - les preguntó su madre, sorprendida por el cambio de actitud de ambos.

- Nunca nos hemos llevado mal. - respondió Jin, pasando el brazo por el hombro de su hermanastro.

- Simplemente no nos llevábamos, pero tenemos más cosas en común de las que creíamos. - añadió Jimin. La mujer, completamente confundida, se giró y miró a su esposo, esperando una explicación.

- A mí no me mires, yo tampoco sé que les pasa.

- ¿No es esto lo que todos los padres sueñan cuando se vuelven a casar? Que los hijos se lleven bien. - les preguntó el mayor de los chicos con sorna. Y ambos asintieron con la cabeza. - Pues ya está.

Jimin no pudo evitar soltar una carcajada cuando lo vio salir de la cocina como si nada, dejando a sus padres sin palabras. Jamás hubiera pensado que Jin era alguien tan divertido cuando rascabas un poco su fachada de 'niño rico'.

Esperó en la cocina a que su hermanastro se duchara, picoteando un poco de cada comida que sus padres hacían, para entretenerse. Intentó llamar a Hoseok para contarle lo que le había sucedido y hablar un rato con él, pero su teléfono no tenía señal e intuyó que en el campo no funcionaría demasiado bien.

Cuando Jin salió un rato después y dejó el baño libre, entró él. Necesitaba quitarse con urgencia ese olor a cloro y esa sensación de sequedad que tanto le desagradaba.

Se deshizo de su bañador y abrió el grifo del agua caliente. No le importaba que estuvieran a treinta grados, el jamás se duchaba con agua fría. Cuando ajustó la temperatura a su gusto, entró y corrió las cortinas para cerrarlas bien.

Se sumergió bajo el chorro y cerró los ojos, dejando que él agua limpiase cada resto de suciedad de su cuerpo. Pero fue cuando comenzó a enjabonarse, cuando unos penetrantes ojos negros irrumpieron en su mente, provocándole una instantánea erección.

- Taehyung. - susurró en voz baja.

Ese chico le había desestabilizado hasta lo más profundo de su ser, solo con unas cuantas frases y un par de sonrisas. Sentía la necesidad de saber más de él, de conocerlo, de acariciar su piel morena.

- Mierda. - gimoteó agobiado al ver como su miembro se endurecía cada vez más y más.

No quería tocarse, era algo que le daba demasiado pudor incluso estando a solas. Por eso nunca se sintió capaz de estar con nadie, ni chico, ni chica, y el hecho de que Taehyung le provocase eso solo con pensar en él, lo tenía abrumado.

Se enjuagó con rapidez el jabón y salió de la ducha, respiró hondo frente al espejo tratando de calmarse. Su familia estaría esperándolo para cenar y no quería salir así de alterado.

Abrió la puerta con cuidado de no hacer ruido y se asomó, parecía que el pasillo estaba despejado, así que se enrollo la toalla en la cintura y corrió hasta encerrarse en su habitación.

- Relajate, Jimin. - se dijo a sí mismo en voz baja, tratando de calmarse. - Es solo un chico, nada más.

Los repentinos golpes en su puerta le hicieron saltar del susto y por una vez, agradeció haber puesto el seguro.

El amor lo conocí en Jeju [Vmin]Where stories live. Discover now