Capítulo 30

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'Ni si quiera sé si todavía te acuerdas de mí. Probablemente me hayas olvidado y hayas seguido con tu vida.

Te prometo que no busco nada de ti, solo necesito saber que estás bien y que entiendas que, si hubiera dependido de mí, yo jamás me habría ido de tu lado.

Te sigo queriendo, Taehyung, igual que te quise con diecisiete años. Y aquí tienes mi promesa cumplida.'

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Seúl, junio de 2021.

Salió del coche y se dirigió calle abajo hacia la casa de sus padres, que lo esperaban para comer como cada viernes.

Estaba cansado de lidiar, durante las dos semanas que llevaba el libro publicado, con prensa, abogados y moralistas de tres al cuarto. Pero aún así no se arrepentía en absoluto de lo que había hecho.

Llegó a la puerta y tocó el timbre, haciendo la melodía de siempre, para que sus padres supieran que era él. Con un poco de suerte, Jin ya habría llegado y podría pasar un rato desahogándose con él.

El olor a comida casera impregnó sus fosas nasales en cuanto Wooseok le abrió la puerta y, de repente, sus preocupaciones desaparecieron. Estaba en casa, y su casa siempre sería su lugar seguro.

- ¿Qué tal ha ido la semana? - le preguntó su padrastro, preocupado por su estado de ánimo tras tantas críticas.

- Bien... Bueno. Al menos nadie me ha apedreado por la calle. - le respondió soltando una triste carcajada. - Todavía.

- Esto era algo que ya sabías. - Jimin asintió con la cabeza, dándole la razón.

- ¿Y mamá? - Wooseok señaló la cocina con la cabeza.

- Con Jin y Namjoon terminando el almuerzo.

Caminó por el pasillo hasta llegar a la habitación que su padrastro le había indicado y al entrar y ver a su madre, como siempre, su respiración se cortó por un instante.

Llevaba años en silla de ruedas y aún no era capaz de acostumbrarse.

- ¡Mi niño! - exclamó la mujer con una sonrisa de oreja a oreja, al verlo parado en el umbral de la puerta. Jimin le devolvió la sonrisa y se acercó a ella, agachándose para abrazarla. La veía a menudo, pero tras el accidente, trataba de aprovechar cada segundo con ella.

- ¿Qué tal estás? ¿Han ido bien tus sesiones esta semana? - le preguntó preocupado por sus piernas. Suji asintió con la cabeza y una sonrisa enorme.

- El otro día casi me puse de pie. - el rubio aplaudió entusiasmado por la idea de ver a su madre caminar de nuevo, pero el inevitable recuerdo del accidente, nublaba casi siempre su felicidad.

Lo recordaba cada día desde que sucedió, incluso a veces tenía pesadillas por las noches y podía ver con claridad la imagen de su madre atravesando el cristal. Pero por suerte, el psicólogo que los atendió hizo un gran trabajo y aunque no fue fácil, consiguieron sobreponerse a la situación.

Así que los meses de hospital, angustias, miedo y calvario por suerte, pasaron, y aunque la vida era diferente para todos, seguían vivos y más unidos que nunca.

'Siempre hay que intentar verle el lado bueno a las cosas.' le repetía su madre cada vez que hablaban del tema. Y tenía mucha razón.

- Oye, ¿es usted Park Jimin? - le preguntó su hermanastro, acercándose a él imitando a un fan, llamando su atención y haciéndolo reír.

El amor lo conocí en Jeju [Vmin]Where stories live. Discover now