Capítulo 5

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Si algo odiaba Jimin profundamente de las vacaciones, era la dichosa manía que tenía su madre de tener que visitar absolutamente todo, aunque lo hubiera visto otras doscientas veces los años anteriores.

- Venga, mamá, por favor, ¡déjame quedarme aquí! ¡me aburren mucho las excursiones! - la señora Park suspiró, agotada de pelear con su hijo cada día.

- Jimin, tienes diecisiete años, no vas a quedarte solo. - el castaño bufó molesto, parecía que su madre no entendía lo ridículo que eso sonaba.

- Yo también me quiero quedar. - le respondió Jin, actuando con rapidez. - Y soy mayor de edad, así que puedo hacerme cargo.

- No sé que os traéis entre manos vosotros dos. - dijo la mujer, mirándolos a ambos con los ojos entrecerrados, llena de desconfianza. - De repente sois tal para cual.

- Ya te lo hemos dicho, Suji, nos hemos dado la oportunidad de conocernos y tenemos más cosas en común de las que pensábamos. - el señor Kim, cansado de peleas, se acercó a ellos y agarró la mano de su esposa, tirando de ella hacía la puerta.

- Déjalos en paz, que hagan lo que quieran. Así disfrutamos más nosotros. - la mujer se dejó arrastrar, aún nada convencida, y antes de cerrar la puerta se giró y les dio una advertencia.

- Como os metáis en problemas, nos vamos a ver las caras.

Jimin se echó a reír en cuanto los vio desaparecer, era increíble la forma en que su hermanastro conseguía dominarlos y llevarlos siempre a su terreno.

- Tu madre es un poco... Intensa. - el castaño rió aún más fuerte al escucharlo.

- Ni que lo digas.

- Bueno, ¿qué hacemos? ¿Quieres ir a buscar a tu amiguito? - la risa de Jimin se cortó de golpe y su cara pasó de diversión a pánico en cuestión de un segundo.

- ¿¡Qué!? ¡No! - esa vez fue Jin quien se echó a reír.

- ¿Por qué? Si estás deseando verlo. - el castaño se frotó la nuca con timidez. - Venga, cambiate. Vamos a dar una vuelta a ver si lo vemos por ahí.

...

Una hora después y veinte vueltas al resort, Jimin comenzaba a sentirse agotado y aburrido. Taehyung no aparecía por ninguna parte y el castaño no pudo evitar pensar que quizás se había inventado que se hospedaba allí, o simplemente ya se había ido.

- Hyung, vámonos a casa. - le pidió desesperado a su hermanastro. Hacía un calor infernal y el estómago no paraba de rugirle.

- Solo una vuelta más, Jiminie. - el castaño suspiró y apoyó la cabeza en su espalda, agotado.

- Quiero ir a casa y poner el aire acondicionado, me estoy muriendo de calor y también de hambre  - replicó con un puchero enorme en los labios.

Y en ese preciso momento, sintió la mano de su hermanastro apretar su muñeca, advirtiéndolo de algo. Así que se recompuso con toda la rapidez que pudo y salió de su espalda.

Taehyung, junto con el otro chico que siempre lo acompañaba, se había parado frente a ellos e iban ataviados con bañadores, cremas y toallas.

- Hola. - los saludó Jimin con timidez al pasar por su lado. El chico lo miró fijamente a los ojos y le sonrió con amplitud.

- Pensé que te habías ido, nunca te veo. - le respondió él, haciéndolo emocionarse demasiado y comenzar a balbucear sin sentido.

- Hola soy Jin, el hermano de Jimin. - se presentó el mayor, ayudando al castaño, que se había quedado sin palabras.

El amor lo conocí en Jeju [Vmin]Where stories live. Discover now