Tus malditos ojos esmeraldas

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Louis despertó a la mañana siguiente con los ojos muy hinchados, se bañó y llamó a Daniaal para que lo recogiera, iría a hablar con Harry y renunciaría.

Era 23 de diciembre y quería estar bien en su cumpleaños que era al día siguiente.

Cuando salió de bañar se encaminó a la habitación de Harry, tocó la puerta pero nadie contestó, se adentró lentamente y visualizó a Harry despertando, se agarraba la cabeza con una mueca de dolor, oh qué bonito es el karma- pensó Louis.

-¿Qué es lo que quieres aquí Louis? No te bastó con destruírme anoche?

-Solo quiero comentarte algo, tienes que saberlo.

-Habla.

-Voy a renunciar, desde hoy no trabajaré contigo.

-¿Estas seguro de lo que estas hablando?

-Sí, no quiero seguir trabajando aquí

-Louis, ¿al menos tienes donde trabajar? ¿Qué harás? ¿Dejarás este empleo solo por lo que pasó ayer?

-No se trata de lo que pasó ayer, simplemente ya no quiero trabajar aquí.

-Louis, tómate estos días de descanso y piensa bien las cosas, no hables de algo de lo que puedes arrepentirte.

-Bien, yo ya te lo dije, que te quede claro que no regresaré, ya te dejé una libreta explicando todo lo que saqué de trabajo, ya saqué y guardé las cosas que tenía aquí, gracias por tu hospitalidad, Daniaal ya me está esperando abajo.

-Lou ... Hablemos, no hagas ésto ...

-Adiós Harry.

Y salió, estaba triste, claramente no era lo mismo con Daniaal, pero él no le hacía daño como Harry, estaría bien con Daniaal, solo debía aprender a quererlo como lo hacía con Harry.

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Al día siguiente se despertó porque había demasiado ruido en la cocina, cuando bajó estaba su familia reunida, estaban sus amigos sentado en la mesa con un par de cosas, como gorros de fiesta y jueguetes, también estaban Niall y Zayn, quienes platicaban con Michael, Ashton, Camille y Silene.

Jhoanna lo recibió con un grito de felicidad, lo abrazó fuertemente.

-Cariño, feliz cumpleaños, tan rápido tienes 17 boo y eres el hijo perfecto. Te hice un desayuno, quiero que hoy recuerdes tu cumpleaños.

-Mamá, no tenías que hacerlo, gracias, alegraste mi día, te amo demasiado, iré a bañarme y bajaré.

-Bien cariño.

Subió al cuarto de baño, salió, se arregló un poco y bajó otra vez, saludó y agradeció a todos, se acercó a una mesa donde estaban acomodados algunos regalos, dentro de ellos se encontraba un enorme ramo de rosas blancas y rojas y al rededor unos hermosos girasoles, que dedujo eran de Daniaal.

-Mamá, ¿dónde está Daniaal? Debo agradecerle?

-¿Daniaal? No lo sé amor, ¿ya llegó?

-Claro que llegó mamá.

El sonido del timbre de la puerta principal los interrumpió, Louis se apresuró a abrir, Daniaal estaba del otro lado de la puerta con un oso de peluche, unas rosas rosas y unos chocolates, Louis lo miró con ceño fruncido, confundido, miró de reojo la mesa en donde estaba el otro arreglo, ¿si no eran de Daniaal, quien se las había llevado?

Perdido En Tu OrgulloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora