26. Encontrando

1.6K 212 13
                                    

1/3

Agradezcan a un amigo que le hice elegir entre 1-4 y eligió 3, por lo que ahora habrá maratón de tres capítulos.

Gózenlos

———————

Edad: 16 años.

Connor corrió hasta el despacho del Padre, no podía creérselo, él debía confirmarlo por sí mismo.

Abrió la puerta sin tocar, sabiendo que podía llevarse un castigo de tres reglazos en las puntas de sus dedos, o una hora con los brazos en alto. No le importó mucho, la verdad.

El Padre y un rubio lo miraron sorprendidos.

Connor jadeó por el esfuerzo de la carrera y sonrió amplio al encontrarlo ahí de pie.

Después de tanto tiempo.

Caminó hasta Christian con una enorme felicidad en su cuerpo.

—Christy.—Lo abrazó.

El rubio se puso rígido en sus brazos.

Connor suspiró al percibir su olor, su calor, su cuerpo y su tacto.

Mierda. Lo había extrañado.

Lo apretó más fuerte contra sí, su mano se dirigió a los rizos dorados de Christian y lo acarició.

La mente de Connor estaba flotando, dejándose llevar en aquel cálido abrazo lleno de sentimiento, anhelo y cariño.

—Christy.—Repitió contra el cuello del rubio, este se estremeció por el aliento caliente. Connor quería dejar varios besos suaves sobre su piel, pero no lo hizo, algo en su mente le dijo que no debía hacerlo, que se detuviera.

No se lo podía creer. Connor no podía creérselo. Christian estaba de vuelta.

Un jodido año y por fin lo tenía de vuelta en sus brazos.

—Connor.—La voz de Christian Sonó lejos, tensa e incómoda.

Por el contrario, el carraspeo del Padre sí se escuchó alto y claro.

Ah, era por eso que se había contenido de devorar ahí mismo a Christian.

Connor se alejó avergonzado, sin dejar de mirar aquellos hermosos ojos azules que tenía Christian.

—Hola, Connor.—Christian sonrió a medias, sin unir sus ojos a los verdes de Connor.

—Hola.—Le devolvió el saludo.—¿Cómo has estado?

Christian hizo una mueca, y sin mirarlo se alejó, acercándose al padre.

—Connor. Estábamos en una reunión.—Dijo molesto.—No puedes entrar así como así.

Connor no apartó su mirada del rubio. Sentía que si dejaba de observarlo, iba a desparecer.

Necesitaba abrazarlo nuevamente.

Solo por si acaso, no quería que se volviera a ir lejos, de repente, dejándolo solo.

—¡Connor!—La voz dura del Padre lo sobresaltó.—¡Fuera!

Connor lo miró mal, sin embargo, se arrepintió en el acto y relajó su rostro.

—Enseguida.—Dijo a las malas.—Búscame luego.—Le dijo a Christian un poco más bajo.—Hablemos.

Christian miró al padre.

Connor se despidió y salió alegre del sitio.

No somos pecadores (2.5)Место, где живут истории. Откройте их для себя