No somos pecadores (2.5)

27.

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Viktor dejó a un lado su teléfono y observó al moreno arreglarse el cabello por octava vez en los últimos diez minutos.

—¿Qué haces?—Dijo preocupado.—Lo he estado pensando desde hace unos minutos y he llegado a la conclusión de que me preocupa que te vayas a volver un narcisista y que seas incapaz de dejar de mirarte en el espejo.

Connor rodó los ojos.—Estoy poniéndome más guapo de lo normal.

Viktor hizo una mueca de desagrado.

—Creo que ya te volviste narcisista. He llegado tarde.

Connor lo ignoró y se siguió mirando.

—Sip. Guapo.—Dijo con orgullo mirando su reflejo.

Viktor negó sonriendo.

—Entonces, sí era cierto.—Viktor se acercó a él.—Christian ha vuelto.

Connor asintió con una tonta sonrisa.

—Sip. Está igual que siempre. No ha cambiado nada.—Dijo Connor con un tono que ya se conocía Viktor.

Este dudó.

—¿Cuándo vas a dejar tu obsesión por él?

Connor frunció el ceño.

—No es obsesión.—Soltó.—Tengo buenos y sinceros sentimientos hacia él.

—Es el futuro Padre.—Dijo Viktor,  otra vez.

Connor estaba harto de que le recordaran ese detalle.

—¿Y qué?—No quería seguir hablando de ello.

—Que no se supone que debes sentir eso por alguien como él.

Connor agarró su gorro y se lo colocó en la cabeza.

Viktor se preguntó para qué se estaba peinando entonces, si de todos modos lo iba a cubrir y despeinar con aquella prenda.

—Te agradezco tu preocupación, amigo.—Connor puso las manos sobre los hombros de Viktor.—Pero, es mi corazón, no el tuyo. Él empezó a sentir esto, él ha decidido por quién sufrir. Él eligió a Christian. Y yo también lo elijo.

Viktor lo miró lastimosamente.

—Connor...—Empezó.—Tú lo eliges a él. Pero él elige su sotana, su religión...Él-

Connor le tapó la boca.

Viktor se sintió mal al ver la sonrisa de Connor convertirse en una sonrisa triste y forzada. Sus ojos verdes de pronto reflejaban dolor y no emoción, como hasta hace unos segundos.

—Ya sé.—Dijo.—Sé perfectamente a quién y qué eligió Chris.—Asintió.—Pero eso no va a hacer que mis sentimientos desaparezcan. Yo voy a estar con él, hasta el día que vea jurando sus votos a Dios. Hasta el día que él se case con el de arriba.

Viktor desvió la mirada.

—Y aún así, seguiré con él.—Siguió Connor.—Ahora, si me disculpas, iré a encontrarme con mi Christy.

Connor se alejó y salió de la habitación.

Viktor sintió pena. Por a saber cuánta vez desde que conocía a Connor.