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—Connor.—Su padre le agarró el brazo.—¿Qué has hablado con él?

Connor ni siquiera lo miró, se acercó a Sarah, le sonrió y le permitió que le agarrara de nuevo el brazo.

—Si me disculpas, iré a por algo de beber con ella.—Lo ignoró completamente.

Connor fue consciente cuando pasó al lado de Christian mientras estaba acompañado de una mujer.

No le devolvió la mirada, pero era obvio que los había visto y se había quedado asombrado.

—¿Debería preguntar?—Dijo Sarah intentando igualar su ritmo.

Sus tacones resonaron en el lugar.

—A la mierda.—Dijo Connor molesto agarrando a Sarah de las piernas y la cintura y alzándola en brazos para salir rápido.

Ella soltó un leve grito pero rio.

(...)

—Veo que se llevan bastante bien.—Dijo el Padre mientras Christian observaba como Connor y la mujer se iban en una escena muy extraña y dolorosa, por lo menos para él lo era.

El señor Worren se encogió de hombros y sonrió negando.

—¿Quién es ella?—No pudo contenerse de preguntar.

El señor Worren y el Padre Phillip cruzaron miradas antes de posar sus ojos sobre Christian.

—Lo que se diría...Negocios.—Sonrió.

Christian se preguntó si era capaz de casar a Connor por negocios.

Casi se ríe de sí mismo. David Worren era capaz de asesinar. Era evidente que casar a Connor por beneficio no le costaría nada.

Pero...

—¿Se van a casar?—Preguntó únicamente para confirmarlo.

El señor Worren chasqueó la lengua.

—No creo.—Negó.—Pero es bueno que pasen más tiempo juntos. Si ella se divierte, y pasa más tiempo fuera de casa, su padre nos lo agradecerá ricamente.

Christian le dio una sonrisa sarcástica sin entenderlo. Realmente los ricos hacían cosas muy extrañas para obtener otras.

Nunca los comprendería.

—¿Cómo has estado?—El señor Worren lo miró con recelo.

Christian trató de no verse confundido ni temeroso. Era incómodo que el Señor Worren se "preocupara" por él.

—Bien.—Dijo sin más.

—¿No te ha vuelto a dar ningún otro episodio de falta de Fe?

Christian apretó los labios antes de negar.

—No, señor.

Phillip rio y se puso a conversar con David.

Christian se preguntaba qué hacer.

Él tenía la tarjeta de Connor. Él podría irse de ahí.

Miró la puerta, aquella misma donde salió Connor con aquella mujer.

Se dispuso ir hacia allí pero el Padre le agarró del hombro.

—No te alejes, ¿sí?—La sonrisa que le dio no fue amable.

Christian asintió quedándose quieto.

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No somos pecadores (2.5)Where stories live. Discover now