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Por otra parte en la dimensión normal se enseñaba del amor, la gente vivía en una idea de un mundo rosa con arcoíris, su vida era perfecta a simple vista.

Dos almas gemelas se encontraron por casualidad un día, un perro llamado Mike y su ahora dueño Trollino, eran las versiones buenas de los exes.

Trollino fue adoptado cuando era bebé por un rey, por lo que ganó el título de príncipe, sus padres eran cariñosos con él y lo educaron de la mejor manera posible, tanto lo querían que no se rehusaron en su desición de casarse con un chico del pueblo, la única condición fue darles herencia.

A diferencia de los exes y las fusiones, los normales que fueran hombre no podían embarazarse por lo que recurrieron a fusionarse y darle un cuerpo a su creación.

Decidieron que con ayuda de Mayo, el científico real, tuvieran a la pequeña fusión como una cría, de modo que crecería como un normal y no tendría tanta sabiduría como otros de su especie.

Al pequeño ser fusionado lo llamaron Mikellino, era un cachorro amarillo con partes de pelaje negras y su marca de especie en el muslo (un diamante con corona... Algo infantil), era juguetón como su "madre" y responsable, como su padre.

Lo educaron como si de un niño normal se tratase, sus poderes no eran tan fuertes, pero lo compensaba con trabajo duro, inteligencia y perseverancia, Mike y Trolli estaban orgullosos de él hasta cuando respiraba

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Lo educaron como si de un niño normal se tratase, sus poderes no eran tan fuertes, pero lo compensaba con trabajo duro, inteligencia y perseverancia, Mike y Trolli estaban orgullosos de él hasta cuando respiraba.

Le enseñaron de la existencia de los exes y como defenderse, también a tomar buenas decisiones, ser bondadoso y nunca rendirse.

De las cosas que más maravillaban a la fusión era el amor, pocos de los de su especie creían en eso, el hecho de haber sido creados por ese sentimiento les bastaba para ser felices y se los agradecían empeñando todo su esfuerzo en proteger su raza.

Sin embargo, Mikellino era diferente, él añoraba encontrar el amor verdadero, deseaba tener el final feliz del que tanto hablaban en los libros.

Intentó incanzables veces encontrar a alguien especial, miles de chicas se enamoraban de él, pues era un príncipe, por lo que era rico, además de tener un buen corazón, ser responsable y muy apuesto

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Intentó incanzables veces encontrar a alguien especial, miles de chicas se enamoraban de él, pues era un príncipe, por lo que era rico, además de tener un buen corazón, ser responsable y muy apuesto.

El problema era que no sentía nada por aquellas damas, fuera de admitir que eran buenas personas o eran bonitas, también lo intentó con chicos, no le gustaba la idea de ser el menor, así que tuvo citas a ciegas con todo tipo de ukes y nuevamente tuvo el mismo resultado, alguna vez intentó con un seme y terminó espantado, ser uke no era lo suyo.

El problema era que no sentía nada por aquellas damas, fuera de admitir que eran buenas personas o eran bonitas, también lo intentó con chicos, no le gustaba la idea de ser el menor, así que tuvo citas a ciegas con todo tipo de ukes y nuevamente t...

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Todas las noches caminaba descepcionado por el pueblo y se subía a algún árbol para ver el cielo estrellado y hablarle a la luna, esperando que esta le respondiera dándole ánimos.

Siempre era lo mismo... Nada.

- ¿Haz intentado ser uke?- le preguntaba su madre, pues le había pedido un consejo.

- Créeme, no sirvo para eso, yo nací seme por naturaleza- contestó orgulloso.

- Ajá, no es tan malo- dijo desinteresado- ¿Tan siquiera has intentado coquetear a alguien?

- Yo no soy así... Bueno, quizás tengas razón, no estoy hecho para el amor- se desanimó.

- Yo no dije eso, ya sabrás tu papel cuando conozcas a la persona indicada, lo digo por experiencia- añadió.

- ¿Y si no tengo una persona destinada? ¿Y si mi destino es estar solo?

- Ey, calma, todo a su tiempo, sigues siendo joven, apenas tienes 19, te queda bastante tiempo para buscar- vio a su hijo pensar un poco para después sonreír.

- Tienes razón... Pero- volvió a entristecer- ya he salido con todo el reino y no me siento atraído por nadie.

- ¿Y si tratas de ir a los poblados cercanos? Solo debes asegurarte de que no sepan quién eres y alejarte del bosque maldito.

- Gracias, creo que empezaré a ir, falta poco para mi cumpleaños número veinte y quiero casarme tan pronto como sea posible.

- Todo saldrá bien, ya verás.

Lo que no sabía Mike al animar a su hijo en ese tema es que el destino le preparaba un camino largo por recorrer, en el cual podía resultar herido tanto física como mentalmente, pero él solo trataba de cumplir su papel en la vida de Mikellino.

Poco a poco nuestro joven protagonista visitaba más lugares, había hecho amigos, como Riumba y mantenido amistades como a Spartor, sin embargo, no era lo mismo el afecto que el amor y a pesar de estar consciente de que sus amigos gustaban de él, era incapaz de corresponder y prefería ignorar aquel hecho.

¿Quién diría que sus inocentes desiciones lo llevarían a un problema mayor? Él solo se enredaba en los finos hilos del destino, sin darse cuenta que después no podría soltarse.

Aunque, no se sabe, quizás al final no quiera soltarse, pues aprendería a soportar sus cargas con ayuda de alguien más, alguien dispuesto a enredarse a su lado por él, alguien que le daría razones suficientes para luchar contra las adversidades, alguien que le daría un nuevo significado de amor.

¿Y qué si su amor fuera prohibido? ¿Acaso el amor se limita a los tuyos? ¿No vale la pena luchar por lo que en verdad quieres? ¿Sentirás la misma alegría si renuncias a tus sueños a que si luchas por ellos? ¿Habrá algo capaz de darle un nuevo propósito a tu vida? Si así es ¿Decidirás renunciar a él? ¿Le llevarás la contraria a tu corazón?

Eso no importaba, aquella persona pedía más ayuda de la que creía poder dar, cuando en realidad ayudarle ya era una recompensa y ablandar su corazón un plus.

Mikellino tenía un gran camino por delante, pero no lo caminaría solo, tal vez y solo tal vez alguien lo estuviera esperando para recorrerlo juntos, unidos por aquel hermoso sentimiento que puede curar y lastimar.

Él no sabría lo que quiere hasta tenerlo enfrente, no sabría en quién poner su confianza hasta estar a prueba, no sabría si aquella aventura le beneficiaria o si solo seria traicionado, o quizás el traicionado sea otro, quizás solo le baste ver aquellos ojos lagrimeando para sentir su corazón partirse y su felicidad esfumarse cual estrella fugaz... Quizás...

Pero como dicen, todo es parte de la vida y no queda más que aceptar lo que venga con un espíritu firme y los brazos abiertos.

Amores desunidos (Mikeno) [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora