Amores desunidos (Mikeno) [COMPLETADA]

23

"Si él no lo ayuda lo haré yo" pensaba una joven fusión mientras se dirigía a la celda del exe.

Al llegar lo vio enroscado con las manos en la cabeza, estaba murmurando muchas cosas, entre ellas logró escuchar "te va a sacar, confía en él, todo estará bien" le dio pena el pobre, pues parecía querer mucho al príncipe.

- ¿¡Cuánto llevas ahí!?- la sacó de sus pensamientos.

- ¿Eh? Acabo de llegar, necesito que contestes mis preguntas, quizás pueda sacarte de aquí.

- Las respuestas solo harán que me quieran matar.

- Ya lo quieren, por eso trato de encontrar algo para que te dejen libre.

- No quier...

- Mikellino no vendrá a ayudarte, he ido a verlo y no parece mostrar interés alguno en tu situación.

- ...

- ¿Contestarás mis preguntas?

- ... Si.

- ¿Cuál es tu nombre?

- Mikecrack.exe, pero puedes decirme Mike.exe

- ¿Cómo lograste salir de tu dimensión?

- En el castillo hay una sala llena de espejos, ellos te llevan a donde quieras, use mi magia para activarlos- mintió en lo último, pues no quería que le quitaran la gema de su madre.

- ¿Por qué lo hiciste?

- Asesiné a todos lo exes, yo soy el último y no me gusta estar solo, así que pensé en revivir a uno.

- ¿Por qué los mataste?

- El exe al que quiero revivir fue asesinado por ellos, ese mismo día recibí mis poderes y salí de control.

- ¿Por qué raptaste al príncipe Mikellino?

- Hice un trato con él, me dijo que me ayudaría.

- ¿Qué trato hicieron?

- No te interesa.

- Creí que ibas a contestar mis preguntas.

- No contestaré ninguna que lo involucre de manera negativa a Mikellino.

- Ok, ok, ¿Por qué roban las joyas?

- Ya no pienso contestar tus preguntas, ya contesté bastantes.

- Haré lo que pueda con tus respuestas, aunque primero quiero que justifiques el robo de las gemas, el asesinato y las amenazas.

- El hombre que asesiné trató de violarme, a la tripulación la amenacé en defensa propia, si no lo hacía llamarían a las fusiones y en cuanto a las gemas pensaba regresarlas, solo necesito dos, lo malo es que no puedo saber cuáles son sin tenerlas enfrente, y si las pedía amablemente no me las darían.

- Está bien, con eso basta, te sacaré de aquí, lo prometo, no, lo juro.

Douxalas se dirigió a la sala del trono, el rey Mike acababa de llegar, aunque antes de ir a ver a su hijo la fusión lo detuvo para charlar.

- Majestad, tengo dudas en cuanto a la condena de Mike.exe.

- ¿Cuáles dudas?- preguntó Mike interesado.

- Verá, hablé con el prisionero y logré sacarle un poco de información.

- ¿Algo importante?

- Si, es lo suficientemente fuerte para abrir un portal a otra dimensión, además de que es el último exe de su dimensión.

- ¿Qué pasó con los otros?

- Los asesinó, aunque tengo una justificación a cada uno de sus actos- le dio una hoja.

- ...- la leyó- De igual manera no pienso liberarlo, entiendo que podemos sacarle provecho a su poder, así que como máximo experimentarán con él, ah, y lo harán reproducirse, es importante que queden exes en el universo para mantener el orden.

- ¿Mantener el orden? Pensé que eran una amenaza.

- Y lo son, pero tener uno desde su nacimiento podría permitirnos educarlo, quizás así nos sirvan como soldados.

- ¿Y los alejarán de su madre? Además, no creo que haya voluntarios para meterse con él.

- Él ahora es un prisionero, puedes debilitarlo o esperar a que le dé su celo, incluso adelantarlo, es muy atractivo, seguro hay un voluntario, le vendaremos los ojos para que no vea al responsable, y sí, los alejaremos de su madre por su bien, seguro es capaz de comerse a sus propios hijos.

- ... Entendido, majestad, iré a vigilar al prisionero.

La de capa fiusha se fue y el can se dirigió a la habitación en donde estaba su hijo, al verlo le dio un abrazo, lo extrañaba mucho.

- Mikellino, no sabes cuánto te extrañé- dijo Mike sollozando.

- ¿Qué le harán al exe?- preguntó con seriedad.

- Pensé en matarlo, pero primero dejaré que lo estudien y lo reproduzcan, creo que es el último de su especie.

- ... Mamá, ¿Me quieres?

- ¿Uh? Claro que sí, no lo dudes ¿Por qué?

- Estuve pensando en lo de buscar pareja, creo que tengo a alguien en mente, el problema es que no sé si lo aceptes.

- ¿Es un chico? No importa, cualquier desición que tomes está bien, mientras no arriesgues tu vida.

- Papá hizo mucho para estar a tu lado, ¿Y si yo tengo que hacer lo mismo? Seguro él daría su vida por ti, el chico que me gusta está en un grave problema y debo ayudarlo.

- Yo te apoyo, ¿Qué te parece si me lo presentas? Si quieres puedes invitarlo al castillo, mañana nos iremos, alista tus cosas- salió.

Mikellino suspiró frustrado, esperaba no descepcionar a su madre con lo que haría, no podía permitir que le hicieran daño al menor, lo amaba demasiado para dejarlo y estaba seguro que no era solo un capricho.

Escribió una carta pidiendo disculpas a sus padres, llenó una mochila con cosas que necesitaría para su escape.

Antes de ir por su amado, robó la gema, eso activó una alarma, no le preocupó, al contrario, le daría tiempo, pues servía de distracción para los guardias.

Antes de llegar al calabozo se topó con la híbrido de ojos bicolor, sentía que su plan se había arruinado hasta que le dio las llaves de la prisión.

- Él no es mala persona, aunque ten esto en mente, solo te doy esta oportunidad, los seguiré buscando como si fuera su enemiga para no levantar sospechas, y esta vez los atraparé justamente- le dijo la joven.

- Gracias- habló bajo y siguió corriendo.

Le debía un favor a la fusión, y se lo daría mostrando que su esfuerzo valió la pena, ayudaría al pelimoztaza, lo enamoraría, haría cambiar la opinión de sus padres en cuanto a él y tendría una familia.

Si su plan no funcionaba se dedicaría a verlo feliz al lado de su dueño, lo único que le importaba en ese momento era salvarlo.