36

318 29 9
                                    

El sol todavía no se asomaba cuando el de orbes rubí se despertó, antes de irse se dio un baño para limpiar su cuerpo e interior.

Fue a verse en el espejo para tapar las marcas que le había dejado el mayor.

Una vez hecho eso, sacó la estrella de un cajón en el que la había guardado y la usó como pin para su capa, según él le daba más estilo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una vez hecho eso, sacó la estrella de un cajón en el que la había guardado y la usó como pin para su capa, según él le daba más estilo.

Se acercó al príncipe depositando un beso en sus labios y separándose al sentir un sabor salado en la boca, había llorado.

Partió de allí entre lágrimas, le dolía la idea de acabar todo así, pero no había vuelta atrás, con ayuda de la estrella se teletransportó a la aldea, el sol comenzó a asomarse y todos salieron a hacer sus labores, se habían vuelto en gente trabajadora.

El escenario era perfecto, las personas cultivando, los niños jugando, jóvenes platicando mientras reían, algunas parejas, y en la cima del lugar un rey sonriéndole al sol, en otro momento esa pequeña acción lo habría enamorado, ahora solo podía maldecir al sol por robarle una sonrisa, cosa que él ya no podía ni podría hacer.

Entre las opciones que tenía podía simplemente ir y pedir que acaben con su vida, sin embargo, ese no era su estilo, y si moriría debía hacerlo de la mejor manera posible, primero mostrando sus crimenes y luego su arrepentimiento.

Una vez meditado esto salió con expresión seria y haciendo brillar su estrella para llamar la atención de todos.

Uno por uno la gente se reunió frente al exe petrificados del miedo, Trollino.exe apenas lo vio se colocó frente a su pueblo con una espada, esperando por el ataque de su antiguo amigo y aliado.

- ¿¡Qué haces aquí!?- le reclamó su dueño.

- ¡Cállate! ¡Vine aquí a ser escuchado y si no lo haces mataré a todos estos exes hipócritas! acabaré lo que no hice la primera vez.

- ...

- Eso quería oír- flotó hasta cierta altura con los ojos rojos y la energía morada alrededor- Yo soy Mikecrack.exe, ex-aliado del rey Trollino.exe, compañero del príncipe Mikellino, único y último portador de la estrella del Nether, una amenaza viviente y...- se arrodilló- ... Su prisionero.

Todos quedaron impactados, el menor se limitó a agachar la cabeza esperando su cruel destino, el de corona oscura se acercó a lo que antes había sido su mascotita con malas intenciones, alzó la espada en alto, por alguna razón deseaba que alguien llegara a detenerlo.

- Yo, como rey y protector de esta dimensión y de todos sus habitantes, cumplo con mi deber al darte a ti, Mikecrack.exe, la pena de muerte que mereces ¿Últimas palabras?

- Creo... Que ya no te amo, pero siempre te atesoraré como mi amigo y la única persona que me apoyó mientras crecía, de cierta forma me alegra que seas tú quien acabe con mi vida y mi sufrimiento, la misma persona que me concedió la oportunidad de vivir y me hizo feliz por muchos años, y el mismo causante de mi dolor.

- ... Fuiste un buen perro... Ojalá hubieras sido mejor- cerró los ojos bajando a una velocidad considerable su espada, esperando que el filo de esta le quitara la vida a su amigo.

Ese momento pareció eterno, sin embargo, nunca llegó al resultado esperado, pues una segunda espada se atravesó entre el arma del rey y el cuello del exe.

- ¿¡Pero qué...- miró al responsable de la pausa, el mismo cachorro amarillo de cabello azabache de antes- ¿Por qué hiciste eso?- se apartó de ahí.

- Te lo dejaré muy claro- contestó levantando a su amado- Soy el príncipe Mikellino, heredero al trono de los normales, si alguno de ustedes se le ocurre tocarme a mí o a un integrante de mi familia va a provocar una guerra entre dimensiones.

- A ti no queremos hacerte nada y a tu familia tampoco, esto es entre él- señaló al menor- y yo.

- Creo que no estás entendiendo- jaló al exe a su lado destapando su hombro y dejando a la vista las mordidas que le había hecho- lo he reclamado como mío, nadie se mete con lo que es mío, y además de ser de mi propiedad carga en su vientre al futuro príncipe e integrante de mi familia, mi hijo.

- Veo que ya te has revolcado con él- le dijo a su mascota burlón- quiero pruebas de que estás embarazado, y si es más de un cachorro reclamaré uno como mío.

- ¿¡Qué!? ¡No, son míos y no permitiré que les hagas daño!

- No pienso lastimarlos... Verás, el cachorro que tienes entre tus patas era mi más fiel compañero, alguna vez desee formar una familia con él, luego destrozó mi pueblo y pido una recompensa.

- Grrr...- el príncipe no podía permitir perder a un hijo suyo, pero menos dejaría a su amado en manos de aquella persona.

- ... ¿Creen que pueden tomar esta decisión?- se animó a hablar el pelinaranja- están hablando de mi vida y mis hijos.

- Si de verdad te importaran no habrías venido a morir- contestó frío Mikellino dejando sin palabras al de vendas.

- ¿Entonces qué decides?- interrumpió el rey rompiendo la tensión.

- Te lo daré- aceptó con expresión seria- ahora si me permites me llevo a mi pareja.

- No tan rápido, tienes una semana para comprobar que está embarazado de ti y van a venir cada tres días para supervisarlos.

- ... Está bien- jaló del brazo bruscamente al pequeño, el cual no dijo nada por miedo a la reacción del mayor.

Una vez algo lejos se detuvo mirando con superioridad al de orbes rojas, eso ponía nervioso al mencionado.

- Yo... Lamento haber escapado- murmuró el de lágrimas oscuras.

- ¿Lo lamentas?- preguntó socarrón- ¿¡Sabes lo que es despertar y no ver a la persona que más amas en el universo a tu lado!? ¿¡Sabes lo que sentí al leer tu carta!? ¿¡Al menos pensaste en qué pasaría si llegara y te encontrara muerto!?

- ... N-no, p-pero, no era mi in-intención- se esforzaba por no llorar, ni siquiera cuando había fingido lo vio tan molesto.

- ¿¡Entonces cuál era!? ¿¡Por qué no puedes hablar conmigo!? ¿¡Cuál es la necesidad de lastimarme así!? ¿¡Por qué no piensas en los demás!? ¡Jugaste con mis sentimientos para después irte como si nada!

- ... Has hecho tanto por mi, creí que si te daba lo que querías podía evitar que te doliera tanto.

- ¿¡Lo que quería!? ¡Te quiero a ti! ¡Entiendelo! ¡No me interesa tu cuerpo o que me odies! ¡No te estoy pidiendo que me ames! ¡Solo te pido que no me dejes! ¡Y es lo primero que haces!

- ¡Cállate! ¡No tienes ni idea de como me duele seguir vivo! ¡Que a pesar de que siento algo por ti me contengo para no salir de nuevo lastimado! ¡Te amo pero me asusta admitirlo!

- ...

Antes de que el menor pudiese continuar reclamando fue callado por un abrazo, el de capa verde estaba llorando y a la vez sonriendo, no sabía si reír contento o seguirse quejando, por el momento quería sentir al pequeño más cerca.

Amores desunidos (Mikeno) [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora