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Casi había pasado el mes del "suceso", Mikellino había salido con sus amigos a buscar algo para darle a su pequeño como muestra de amor, aunque claro que llamó a Macky.exe y a Douxalas para que le cuidaron, usando como excusa el ir a divertirse.

Pasada una hora desde su partida el cachorro de pelaje mostaza comenzó a sentirse solo, y aunque sus amigas lo animaban no lograba evitar pensar que de alguna manera el mayor se había aburrido de él.

Trataba de no pensar en su dueño, aunque la verdad era que se había vuelto más sensible emocionalmente y cada pequeño acto lo lastimaba, aún así no quería admitirlo.

- Mikel, ¿Me estás escuchando?- le llamó la atención la can.

- ¿Eh? No, perdón, mi mente ha estado divagando últimamente- explicó.

- Es que no puede vivir sin su príncipe azul- dijo la de armadura.

- Ay, que romántico~ que mal que a mí no me pasan esas cosas- se quejó la color caramelo.

- Eso solo ocurre en historias fantaseosas, esta es la realidad- las regañó el único varón.

- Ajá, ¿Entonces por qué te sonrojas cada vez que hablamos de tu seme?- sonreía la loba al ver la reacción del menor.

- Ah, es, es porque me da vergüenza que piensen así de mí- hizo un puchero- ya soy bastante grande y en dos meses cumplo dieciocho años.

- ¿Le has dicho a Mikellino? No sabía que se acercaba tu cumpleaños- meditó la fusión.

- No, pero le había dicho de mi cumpleaños cuando nos conocimos, hacíamos juegos de contestar preguntas.

- ¿Qué tienes planeado para este año?- se interesó la exe.

- Lo mismo del año pasado.

- Y eso es- hablaron ambas al mismo tiempo.

- Encerrarme en mi habitación a llorar, no estoy de humor para festividades.

- O podrías pasar el día con tu novio- opinó la de capa fiusha.

- Dejen de decir esas cosas, ya estoy grande.

- Entonces hablaremos de cosas de grandes- la de vendas lo miró pícara- dime, Mikel, ¿Te gustaría pasar tu cumpleaños encerrado en tu habitación junto a Mikellino?

- Si, quizás hagan algo más que hablar- le siguió el juego la otra- ya sabes, como pedirle que te dé duro contra el muro.

- ¡Chicas!- se quejó el perro.

- Bueno, dejen de molestar a Mike.exe- los interrumpió la madre del príncipe- ya lo hará cuando acepte que lo ama.

- ¡Yaoi!- gritaron los tres haciendo al pelimoztaza ruborizarse.

- Ya dejen de molestar al niño, sigue siendo pequeño aunque no lo admita- había llegado Trollino.

- Pero, amor- Mike quería seguir jugando.

- No es un tema que deba incluirse en una plática, aunque por otro lado ya te veo mejor de tus caderas ¿Qué te parece si "platicamos un rato"?- lo cargó en su hombro.

- ¡Melocotón! ¡Ayuda!- los jóvenes se quedaron sin hacer nada- ¡Son unos traidores!- pataleaba.

- Y... Se quedó sin caminar- rió Macky.exe.

- Bueno, ya es hora de comer y escuché que aquí cerca venden hamburguesas- comentó la otra chica.

- Ustedes vayan a comer, no tengo apetito, me quedaré en mi cuarto- dicho eso se fue dejando a ambas en la sala.

Amores desunidos (Mikeno) [COMPLETADA]Where stories live. Discover now