CAPÍTULO 15: Brazos definidos

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THEO

Qué mierda fue eso. Qué mierda fue eso. Qué mierda fue eso.

Qué mierda hiciste, imbécil. Qué mierda hiciste, imbécil. Qué mierda hiciste, imbécil.

Escucho la voz de su padre en mi cabeza diciendo:

A mi hija la respetas. A mi hija las respetas. A mi hija la respetas.

Y luego...

Te voy a cortar las bolas. Te voy a cortar las bolas. Te voy a cortar las bolas.

Ecos y ecos en mi cabeza.

Camino hacia el sanitario y cierro la puerta. Me mantengo ahí uno segundos apoyado en el lavamos. Tomo una respiración profunda, pero no funciona para arreglar el problema de mi erección. Estoy duro como una roca y necesito bajarlo para salir a la sala y pedirle una disculpa a Liana. Porque tengo que hacerlo para no arruinarlo todo.

Miro la ducha. Parece una buena idea. Me quito la camiseta y los shorts y abro la regadera. El agua está un poco fría y va a ayudar un poco. Todavía me siento un poco afiebrado. Dejo que el agua caiga por mi cabello, por mis hombros y todo mi cuerpo,  froto mi rostro varias veces y empiezo a calmarme. Sin embargo, en cuanto cierro los ojos, la veo a ella. Veo su rostro, sus labios semi abiertos y sorprendidos, siento sus senos suaves apretándose a mi pecho y siento su...

Gruño.

Me enduro más.

No está funcionando, mierda.

Lo sostengo y empiezo a deslizar mis manos rápido sobre mi pene. No se siente tan bien como si fuese real, pero ayuda un poco. Cierro los ojos. Tengo que imaginar a alguien...

Lo siento, señor Landon.

La imagino a ella.

Imagino que pude acercarme a sus labios y devorarlos. Que pude bajar hasta su cuello y besar esos lunares pequeños. Que ella suspiraba y gemía en mi oreja mientras enredaba sus piernas en mi torso. Que pude dejar que mis manos toquen por debajo de su camiseta y lleguen hacia sus senos. Que pude apretarlos y sentir los suaves y pequeños que parecen ser. Que le quité ese short verde que llevaba puesto mientras se acomodaba sobre mi erección. Que pude meter mi mano en su ropa interior. Y comprobar si en verdad estaba tan excitada como lo estaba yo.

Me basta solo eso para liberar todo. Termino con la respiración un poco entre cortada y luego dejo que agua termine por llevarse todo. Me desplomo sobre mi cama aún sin vestirme. Miro el techo blanco y me quito algunas gotas de agua del rostro. Entonces, veo todo con más claridad.

Acabo de rozar mi amigo en Liana Cooper.

Y si fuese otro tipo de persona, diría que no me siento mal por ello. Que esto es algo que suele suceder y pasar a menudo con cualquier chica que me gusta, pero...

No con ella. Y no por el argumento común de que ella es diferente, porque vamos, he tenido la vida sexual y amorosa de cualquier otro tío. Mi primera vez fue a los diecisiete años con mi primera novia. Ella ya había tenido sexo antes que yo, así que enseñó algunas cosas que logré practicar con mi segunda novia con la cual solo duré dos semanas. La tercera no me dejó tener sexo con ella y se lo agradezco, porque con ella aprendí a saber esperar. Su familia era muy reservada y creía en la castidad antes del matrimonio. Lo más extraño, es que me dejó por otro chico con el que sí se acostaba a mi espaldas, así que nunca follamos, terminé engañado y con el corazón roto, pero... aprendí a esperar y a respetar las decisiones de otra persona. Luego de eso, conocí a Korina y con ella aprendí que el sexo sin sentimientos podía ser divertido. Así que, en conclusión, no es que la inocencia de Liana me detenga a tener sexo con ella. Yo no era así.

Cuando te enamores de mí.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ