CAPÍTULO 18: Transparente

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THEO

No puedo ir tras de Liana porque me he prometido no meterme en sus asuntos amorosos a menos que estos le causen problemas. Adrian es un problema, pero yo lo soy más. Liana está teniendo sentimientos hacia mí, sentimientos que involucran deseo y yo no puedo concebir siquiera la idea de que ella me desee porque... 

Ya deja de decir que Liana es tu hermana, Theo. ¿Acaso no logras notas lo ridículo que parece cuando hace apenas una noche te has dado una paja pensando en ella?

Decido salir de mi habitación para fumarme un cigarrillo. Tomo asiento en el borde de la acera y me quedo ahí solo, inhalando y exhalando e intentando tener la mente en blanco. Algo que se me hacía muy fácil hace un par de años. No tenía que esforzarme mucho para dejar de pensar en algo o en alguien porque siempre que podía entretenerme con algún videojuego, video en YouTube o libro, me olvidaba de todo. Quizás por eso mis novias terminaban por dejarme. No iba tras de ellas, no les hablaba en varios días, no me apetecía mucho salir a pasear y olvidaba casi siempre escribirles algo bonito por los meses de novios. Nunca fui muy comprometido con nadie, pero no porque no me gustaran en verdad, sino porque algunas veces pensaba que ellas deseaban su espacio tanto como yo amaba el mío. 

Quise hacer lo mismo con Liana.  Se me ocurrió darle el mismo trato y dejar que volara por sí sola, pero... extrañamente, no puedo.

Ahora  deseo estar a su lado. Cuidar de ella.  No quiero que nada malo pueda pasarle.  Que  sonría. Que nadie se aproveche de su inocencia. Que compartamos momentos estúpidos juntos. Que vea las películas en el sofá. Que se quede...  aquí.

Hago rebotar el móvil entre mis manos. Podría marcar su número y solo preguntar cómo está. Quizás llamar a Korina y cerciorarme de que está cumpliendo la parte de su trato. O quizás solo dar una vuelta por ahí y esconderme como un imbécil entre la gente solo por para corroborar que ella está segura. Podría hacerlo. Pero temo que  pueda percibirlo de otra manera y no quiero confundirla más. 

La calle está solitaria. No hay mucha gente caminando, a excepción de una pareja que pasa frente a mí besándose cada tres segundos. Los miro mientras exhalo el humo entre mis dientes. Ella parece de la edad de Liana y él debe tener un par de años más. No son de la zona, eso es seguro, de lo contrario no estarían tan solos vagabundeando por aquí, pero se ven felices. Como esas parejitas de preparatoria que no pueden quitarse la mirada ni mucho menos las manos de encima. Me recuerdan a mí y a mi relación con primera novia. Casi no podía pasar el tiempo sin sostener su cintura o tocarle el cabello, admiraba todo de ella y la forma en que me hacía sentir. Era un chiquillo más que enamorado, sobreexcitado por la idea de haber conseguido una novia bonita.  Recuerdo que en ese momento Liana no existía para mí, en el sentido que ahora tiene claro está. Yo la veía cómo a una hermana pequeña, una niña a la que debía cuidar, la hija de mis tíos  "de palabra y amistad"  y ahora se ha convertido en... ¿Por qué carajos empiezo a sentir el peso del años que nos separan?

Y si así fuera, ¿qué pasaría? Si Liana y yo tuviésemos la misma edad. Si ella no estuviera aquí para cumplir una de sus metas. Si no estuviera a mi cargo... ¿qué pasaría, Theo?

Nada, me convenzo.

Pero la idea pequeña que cruza por mi cabeza me pone los pelos de punta. 

Me coloco de pie y camino a lo largo de la acera. No sé  a dónde voy, pero inconscientemente sé que estoy caminando hacia la plaza. Debo lucir como un tío pesado y antipático. Como un puto viejo sobreprotector y aburrido que corta sus alas, lo sé, sé cómo luzco. Y no soy así. Me gustaría hacerla vivir más, que aprenda todo lo bueno de esta vida conmigo, pero no estoy haciendo un buen papel. La estoy cagando. 

Cuando te enamores de mí.Where stories live. Discover now