CAPÍTULO 21: La sesión

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Not: Aviso que está corto para que no pasen a la desilusión je.

THEO


—¿Por qué no quisiste la sesión en el muelle?

—Porque quería una sesión más... ¿casera? —responde Tristán, mientras ojea entre algunas fotografías de la pared. Se detiene en una en especial y la señala—. Oye, esta es buena. ¿Dónde es?

—Fue la primera que tomé en Charlotte, mi ciudad.

—Está preciosa.

—Gracias —digo, mientras camino hacia la cocina—. ¿Quieres algo de tomar?

—Vinito, por favor.

—No tengo vino.

—¿Y eso?

—Por Liana —le recuerdo.

—¿Y eso?

Me detengo para explicarle.

—No lo sé, me pareció raro tener alcohol  mientras vivo con una adolescente.

—Ay, hombre, eres su abuelo o qué —regaña.

Sonrío. No voy a entrar en discusiones con Tristán, es muy testaruda y puede que hasta termine de convencerme de algunas cosas. Y a estas alturas estoy demasiado débil mentalmente con respecto a Liana. Estoy seguro de que si ella me aconseja algo que implique besarla, caeré en la tentación como un idiota. 

Voy hacia la alacena y tomo unos snacks, luego saco un jugo de la refri y por último un par de vasos. Todavía tengo viejas costumbres de mamá. Ella siempre me reprendía si no le invitaba nada a mis compañeros de la escuela cuando venían a visitarme. Mamá valoraba mucho la amistad de las persona, en cambio yo no. En eso me parezco un poco a mi padre. El único amigo que le vi fue el señor Landon, y mi único amigo en ese entonces era Laslo. ¿Qué será de él?

Regreso a la sala con todo y lo coloco sobre el mesón.

—No sé tú —empieza a decir Tristán, mientras estira las piernas sobre el sofá—, pero yo como que noté un poco molesta a Liana cuando nos vio en la moto.

—Nah, te parece. Yo la vi muy a gusto con su amiguito el greñudo —hago fuerza para abrir la botella de jugo—. Qué tío para más idiota —digo, con voz forzada.

—¿Celoso? —pregunta sinuosa.

Sacudo la cabeza y empiezo a servir el jugo.

—¿De ese idiota? 

—Ahora lo llamas idiota, parece que mi amiguito está celoso. 

—Hemos venido a que te tome las fotos, no a que me hagas más polvo la cabeza. 

—Estás pensando indirectamente en un polvo —bromea. 

Me acerco a ella con el vaso y lo toma. 

Puede que sí, pero prefiero alejar esa idea de mi mente.

—¿Y cómo quieres las fotos?

Toma un sorbo de jugo y lo deja en la mesa de centro antes de empezar a hablar tan rápido que no le puedo seguir el ritmo. Sin embargo, claramente entiendo que está saliendo con un tío. Que ese tío es de Tinder y que quiere algunas fotos para su perfil. 

—Que te he dicho de las citas por Tinder. Ahí no hay nada serio, a menos que seas tú quien solo piense en un polvo —me acomodo en el sofá y tomo un par de snacks.

Cuando te enamores de mí.Where stories live. Discover now