Destrúyeme [En Proceso]

7. Esto no es un adiós

Clara.

01 de septiembre

El orgasmo nos lleva a los dos a la vez, me levanto dejándolo en el sofá de la habitación. Me acomodo el vestido.

Me acerco, le doy un beso en la boca.

Me vuelvo a sentar en su regazo.

Él también se ha puesto el pantalón.

—Dame las bragas. —Le digo.

—¿Qué te hace pensar que te las voy a dar? —Me pregunta con una sonrisa pícara en la cara.

Yo resoplo y lo dejo en aquella habitación.

De vuelta a la pista me encuentro a Layla que me aborda ebria.

—¿Estas borracha? —Le pregunto, ella nunca bebe.

—Esa no es la verdadera pregunta. La verdadera pregunta es que estabas haciendo que tú no lo estás. —Me dice mientras se traba con la lengua.

—Estaba con Aaron. —Le explico

—¿Follando? —Lo dice más alto de lo debido y la gente de nuestro alrededor se gira.

—Sí.

—JODER, estáis todo el puto día follando. —Después de decir eso se ríe.

¿Así me veo yo borracha?

—Voy a por una copa porque te me estás adelantando y no puede ser.

Me sigue a la mesa donde está la bebida alcohólica, y ya que hay tantas y las pago yo. Me cojo una entera de no sé qué.

—¿Y esta mierda cuando la he comprado yo? —Digo cuando le doy un sorbo. —PORQUE ESTÁ QUE TE CAGAS.

—No lo sé, pero yo he empezado igual que tú y mira como estoy —Me dice ella.

—POR FAVOR, SILENCIO —Dice el Dj, la gente baja el volumen, pero no se calla, él baja la música un poco y toma la atención de la gente. —LA CHICA DE ROJO Y ANFITRIONA, QUE SUBA POR FAVOR.

Le doy un sorbo a la botella y subo con ella donde está él.

Le arrebato el micrófono, la bebida esta me ha subido muy rápido.

—CABRONES, ESPERO QUE MÁS DE LA MITAD DE LA GENTE ESTÉ BORRACHA. PORQUE DE AQUI NO SALE NADIE HASTA QUE ASÍ SEA —La gente empieza a gritar alto.

—Más fiestas como las tuyas. —Escucho decir a alguien.

—QUE ASÍ SEA. —Grito en el micrófono.

Cojo el puesto del chico que pone la música por un momento.

—Oye, emm, esto no lo puedes manejar tú. —Me dice por lo bajo para que nadie lo pueda escuchar.

Todo el mundo está en silencio prestándome atención.

—Cállate que quien te paga soy yo guapetón. —Le doy un sorbo a la botella. Por parte voy tan borracha porque antes de que empezara la fiesta ya había empezado a beber.

Le cojo la cara y le beso la boca. La gente empieza a gritar cuando el gesto les pilla desprevenidos.

Es muy guapo.

Rubio, despeinado, ojos oscuros, mirada penetrante, músculos definidos.

Él me sigue el beso, todo el mundo me mira, pero me da igual.

—¿Tienes un bolígrafo? —Besa bien.

Se saca del bolsillo trasero un boli y me lo da. Yo cojo su brazo y le apunto mi número de teléfono.