Destrúyeme [En Proceso]

13. Pesadillas.

Clara.

06 de septiembre.

Me caigo al suelo después de hacer fuerza, no le veo la cara, la lleva tapada, no por una máscara, sino por humo negro que no deja que lo vea.

Sus manos son grandes, su cuerpo es dos veces el mío. Intento forcejear, gritar.

De repente aparece mi abuela sentada a mi lado. Gritando al igual que yo. Intentando huir.

Me giro para mirarla, tiene la cara rajada por arañazos, repleta de sangre, con cuchillos clavados a través de todo el cuerpo.

El hombre la coge del pelo estampándola contra un cristal. Este se rompe por el impacto. Mi abuela cae al suelo con la cara llena de cristales.

Sangre gotea en el suelo.

Noto algo frío en mi trasero. Miro. Me acabo de sentar en cuchillos, no me puedo mover, no puedo hacer nada.

Vuelvo a mirar al hombre y lo veo con una pistola y mi hermano cogido entre los brazos.

-¡Suéltalo! -Mi garganta suelta gritos desgarradores. Intento levantarme, pero todo lo que tengo clavado en el trasero y en las piernas me lo impide.

Vuelvo a mirarme las piernas, viendo que hay un gran charco de sangre que unifica la de mi abuela y la mía.

Miro al hombre que tiene cogido a mi hermano. Lágrimas de dolor caen por mis mejillas. De repente se escucha un disparo que retumba en la estancia.

Haciendo que mi hermano caiga al suelo.

Me despierto de la cama de golpe, no hay nadie. Nadie que me asegure que mi abuela y mi hermano siguen vivos.

La respiración me va a mil por hora, mi garganta suelta un grito desesperado. Al escucharlo alguien entra dándole paso a Sara.

-Ey. -Me dice ella para que me tranquilice. -Tranquila cariño.

Mi pecho se eleva y desciende rápidamente. Me empiezo a mover.

-Mi... Mi abuela, mi hermano. -Empiezo a soltar lágrimas que ella intenta frenar.

-Tu hermano está bien cielo, está en la cafetería. ¿Quieres que le diga que venga? -Yo asiento. Ella me dice que en un minuto volverá.

Al poco rato entra mi hermano por la puerta, alborotado y viniendo hacia mí para abrazarme.

-¿Estas bien pequeña? -Me pregunta él acunándome en su pecho.

Yo asiento y él se tumba conmigo.

(Las sabanas las cambian cada día).

★

07 de septiembre.

La tarde del día anterior transcurrió normal. Excepto por la noche. Mis padres llegaron, mi madre se quedó conmigo, al igual que mi hermano. Mi padre se tuvo que ir a trabajar y mi tío estuvo investigando la desaparición de mi abuela.

Aaron se fue a casa por la tarde, me dijo que se iría a cambiar de ropa y que volvería hoy.

Me acabo de despertar después de una pesadilla sobre la noche de la violación. Un leve recuerdo de forcejeo y dolor, cuchillos y muertes.

Mi madre está sentada a mi derecha, mi hermano todavía está tumbado en la cama conmigo.

Entra el ginecólogo de nuevo, junto a Sara.

Los dos entran tranquilos, hablando de no sé qué. Mi madre me coge de la mano y me la aprieta.

-Hay noticias. -Nos dice Sara a los tres. Mi hermano, mi madre y yo nos miramos. -Supongo que buenas.