EXTRA LAYLA

1.5K 65 17
                                    

¡Buenaaaas! Vengo a aclarar algunas dudas, empezando por: Para leer este capítulo, tenéis que posicionaros, en el capítulo que tan poco nos gustó. "La perdición"

Como se ve, es un capítulo narrado por Layla, primero, para aclarar dudas, segundo, para decir algo que me hacía ilusión. El capítulo del lunes sigue en pie. 

Layla.

*Suena el teléfono*

Cojo el móvil al escucharlo. Nerviosa al ver el número de teléfono que sale en la pantalla. Por un momento me quedo mirándolo, cuestionando si lo que debería es, cogerlo, o no. Sin pensarlo lo descuelgo.

—¿Diga? —Pregunto yo, por no sé qué razón mi voz tiembla, al igual que mis manos. Estoy de pie, mirando a través del grande ventanal. Es de noche. A unas horas de irme de fiesta con Clara.

Buenas noches, preciosa. —Escuché al otro lado de la línea. Su voz ronca hace que mi estómago se revuelva. Su respiración es lenta.

—¿Que... Qué pasa? —Le pregunté yo.

Los dos sabemos que pasa. No te hagas la tonta, preciosa. Quiero jugar y tú jugarás conmigo. —Me dice él, tranquilamente. Por un segundo siento que las piernas me tiemblan y que voy a caer al suelo. Me muevo y me siento en el sofá, estoy sola en casa.

—No voy a repetir lo de la noche anterior. —Le digo, finalmente reacciono, sacando de mí, mi carácter.

Escucho una risa floja, pervertida y maliciosa de fondo. —Los dos sabemos que es lo que más deseas Layla, deseas que te vuelva a decir lo que tienes que hacer, como y donde hacerlo. —No sé qué responder.

Siento algo por el estómago, dándome cuenta, de que, realmente, me estoy calentado.

¿Estás cachonda? —Me pregunta, ¿cómo mierdas lo sabe? El no responder me delata. —Tu respiración agitada hace que mi polla se ponga dura, preciosa.

—Para. —Le digo a él para que deje de decir lo que está diciendo. No quería seguir escuchando eso. No era bien para mí.

—¿Esta noche te vas de fiesta? —Me pregunta él.

—Sí.

¿Dónde? —Dice interesado. Le digo la dirección, ya que sé que no se presentará. —¿Ya estás vestida?

No sé cómo tomarme esa pregunta. Le respondo que sí a lo que él me dice.

¿Que llevas puesto? —El asunto sé vuelve caliente y desisto en la misión de hacerme la dura. Al fin y al cabo, no soy un juguete para él, yo también lo estoy utilizando.

—Llevo... —Le explico. —Llevo un vestido corto. Negro, que si me agacho probablemente deje a ver mis nalgas. —Realmente no era tan corto. —Unos altos tacones, de este color.

No me refería a eso y lo sabes bien. —Me dice él, era cierto.

—Un grande escote, el cual, si me agacho, mis pechos se juntan. —Él respira hondo. —Un tanga rojo vino de encaje.

¿Estás sola? —Le digo que sí, aunque están los de servicio. —Sube a tu habitación.

—Quiero seguir tus órdenes. Quiero ser sumisa a tí. —Le digo a él, una vez ya me había levantado y estaba por llegar a mi cuarto.

¿Quieres ser sumisa a mí? —Le respondí que sí.

Esta noche harás todo lo que te diga, cuando y como te diga. Empezando por qué, —Su voz se torna ronca. —Quiero que te bajes, lentamente, esas bragas que amortiguan lo empapada que estás.

Destrúyeme [En Proceso]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu