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-El maldito con el que me acosté-

¿Les a pasado que llega esa mañana en la que quieres quedar en la cama y nunca despertar?

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¿Les a pasado que llega esa mañana en la que quieres quedar en la cama y nunca despertar?

De una manera positiva.

Bueno eso sentía en este momento. La suavidad de la cama me abrigaba al igual que la fría sensación que me da entre si mismo. Aunque por instante sentí un calor disperso sobre mi cintura.

Me reacomodo pero choco con algo, exactamente algo.

Exaltó los ojos al instante al darme cuenta que no estoy sola en la habitación y mucho menos en mi habitación. Con extremo disimulo mis ojos giran hacia a un lado y diviso algo.

Sin tener cuidando en empujar su mano de mi cintura, salto de la cama con los ojos exaltados que ahora ya no son consientes de sueño. En eso siento un dolor llegar en zonas bajas instalándose. Quejo por el dolor.

Madre mía ¿Qué ha sucedido?

Mi cabeza duele hasta el infierno, siento que mi cuerpo tiembla y mi corazón muy acelerado.

Aun con mis ojos ajustándose a mi entorno observo al monumento que se conservar en la cama baja.

Esta boca abajo con su cara metida en la almohada y gracias a la luz azul de todo el cuarto puedo observar sus mechas castañas caer en su rostro. Su cuerpo se toná tranquilo, solo lo llega a cubrir la sábana blanca en sus entre piernas y lo demás solo son músculos bien trabajado.

Trago duro.

Las ventanas están entre abiertas que solo deja un aire templado llegar a mi. Siento un escalofrío llegar a todo mi cuerpo. Después me doy cuenta que estoy completamente desnuda.

Dah como no me pudiste darte  cuenta -esa vocecita maliciosa aparece.

La sorpresa me cae como balde de agua. Miro por todos lados buscando de mi ropa que ya hace abajo de la cama. Busco mi braga pero el desconocido lo trae por debajo de la entrepierna y solo se puede ver un resto de tela. Gruñó. De seguro lo rompió y no me di cuenta.

Me cambió con rapidez y me dirijo a la puerta sin más. Aunque cada paso que doy me da dolor insufrible en la cadera abajo. ¿Cómo pude soportar tanto?. Solo me llego a poner mi sostén, mi vestido todo arrugado y mis zapatillas con brillos.

Paso mis manos por mi cara y quitar los cabellos rebeldes.

Antes de girar hacia la puerta, lo veo por un momento. De pensar que solo fuiste para una noche...

Me encojo de brazos y con el mínimo cuidado abro la puerta, paso sobre el umbral siento el frio en mis pantorrillas y volver cerrar con cuidado dejando el "clip" cuando cierra completamente.

Suspiro ya afuera.

Misión cumplida - me digo.

Decido no ponerme los tacones para no provocar algún ruido y despertar algún vecino. Por lo que veo el antro muy famoso, también era un hotel. De seguro por si alguien quisiera divertirse a solas.

Amor Por Error ©Where stories live. Discover now