¿Que pasaría si en una fiesta te acuestas con el novio de tu mejor amiga que también resulta ser mejor amigo de tu novio en la infancia?
No era sencillo responder.
Cada giro, caída, movimiento era algo primordial para que bailar se viera conciderad...
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-¡Tadah! -Gritaron al instante que abrí la puerta de nuestro departamento.
Mi asombro fue casi al instante, pronto mis ojos se llenaron de flores amarillas, blancas e incluso violetas. Esto era como un jardín de flores hermosas, y su olor inundaba la habitación. En esta, Adriel y André estaban con las manos alzadas mostrando la mesa pequeña cubierto de un mantel blanco y encima de esta había cuatro platos llenos de espaguetis y salsas a su izquierda.
-Pero que demo-
-Ahora a qué viejita le robaste las flores Adriel -Dorian me interrumpió antes de poder reclamarle a Adriel.
Este exaltó los hacia mi hermano.
En eso la hermana de Adriel, André, se acercó sigilosamente hacia Dorian.
-Para tu información subnormal, Adriel compro las flores- Adriel sentía orgulloso de eso alzando la barbilla -o al menos la mayoría.
De pronto mi mirada era clavada hacia Adriel, mientras que miles de las palabras de Alan pasaban en mi cabeza.
Él no es lo que parece.
-Adriel...-murmulle.
-¿Se quedarán ahí o que? Hice spaghetti. -Hablo orgulloso posicionando una mano en la cintura.
-¿¡Hiciste spaghetti¡? Demonios me quiero casar contigo. -Mi paso de mi lado para ir a la pequeña mesa de inusual existencia.
-Así es como me gano a mi cuñado - Él se acercó a mi sonriente, cuál no duró mucho al no notar ninguna reacción en mi.
Él no es lo que parece.
-¿Sucede algo Enana? -Pregunto inclinándose un poco a mi para captar mi mirada.
-Si, si, yo...-Lo observé, incluso se veía aún más atractivo de lo normal. Cómo el podría ser el mal de la historia de Alan- No tengo hambre, es todo.
-¿Y recaer otra vez? No, al menos tienes que probar la salsa. -Me cogió de la cintura para guiarme hacia la mesa. Dónde mi hermano estaba complacido con la comida.
-Demonios, esto está para morirse. -quejo este. Adriel tiro de una silla para poder sentarme.
Todo estaba fabuloso incluso había colocado velitas de cumpleaños de centro de mesa. Tenía que admitirlo, todo lo que están haciendo Adriel no era en vano. No podría arruinar esto por solo un simple rumor.
Le regale una sonrisa por fin, algo que él me acepto con una aún más grande.
Había un momento de paz entre los cuatro, no quisiera arruinar esto con mi mal modo.
Dorian y Adriel se peleaban por ciertas cosas como lo era la hermana de Adriel, yo solo podía limitarme a sonreír a lo que ellos decían. Aunque sabía que André lo estaría matando a Adriel con la mirada ahora.
