¿Que pasaría si en una fiesta te acuestas con el novio de tu mejor amiga que también resulta ser mejor amigo de tu novio en la infancia?
No era sencillo responder.
Cada giro, caída, movimiento era algo primordial para que bailar se viera conciderad...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
¿Habían sentido esa sensación de angustia en su pecho?
Es la que ahora enmana en mi cuerpo.
No había contestado la llamada de mi padre por qué Dhara apenas había marchado.
Había esperado que los chicos terminarán de desayunar para llevarlos a la plaza para que comprarás sus disfraces para mañana, no pude estar con ellos por qué sabía que esto de la llamada repentina de mi padre era muy sospechoso a lo que mi tío me había dicho aquella vez. Me subí a mi coche para poder marchar al departamento, mientras que mi teléfono vibraba llamando a mi tío.
-Que alegría tener una llamada perdida de ti sobrino. -Respondio cunado descolgo.
-¿Por qué mi padre me llama? -Lance tan rápido la pregunta con dureza. Lo más seguro es que él sabía sus razones.
-¿En serio que solo por eso me llamas? -Ironizo.
-Contéstame. -Hablo con dureza.
-Esperaba que fuera la hora y lugar de donde dejarías mi dinero. -Siguió evitandome el tema.
-El dinero pronto te lo daré, ahora dime qué situación tienes con mi padre que ahora el me marca con tanta insistencia. -Seguí remarcandole.
-Mira niño, podría ser muchas cosas como el querer saber de ti o simplemente para terminar algo que tú ya empezaste.
Me detuve en un rojo y voltee hacia el teléfono como si este estuviera ahí.
-¿Algo que yo empecé? ¿De que hablas? ¿Qué le haz dicho?
-De ti nada y a lo mejor fue lo peor que tú me pudiste haber pedido.
-Se directo. -Ladre.
-Como te dije ese día, tu padre me habló del plan que tenía contigo con la princesa Becker, pero lo que no tenías en cuenta es que a la que le robas era a su mejor amiga y no a ella.
El semáforo se puso verde.
-Pero tu padre no lo sabe, así que ahora de seguro está en camino a la casa de los Becker a hablar con el padre de tu queridísima Dhara. ¿Cómo era el plan no?
MIERDA.
Ignore todos los claxon cuando mis manos reaccionaron al volante y retroceder de carril. Nunca había sentido tanto pánico en mi, ahora más que nada.
